David Muñoz Castillo
Un día de marzo, Salvador Plaza transitaba en su moto por las calles de la comuna de Santo Domingo y se quedó mirando una clase de Educación Física de unos alumnos del colegio Helen Lee Lassen. Con su aguzado ojo, el atleta detectó entre el grupo a un nuevo talento, que rápidamente lo incorporó a su grupo de alumnos.
Se trataba de Matías Olivares (11), quien también vive en la comuna de San Pedro, como Lisette Ureta (14) el gran proyecto deportivo que forma el ex seleccionado nacional de atletismo.
"Lo vi trotar, corría bien. Paré la moto y le pregunté el nombre, sin saber de dónde era. Era de San Pedro, vecino de la Lisette", recordó Plaza.
Luego de comunicarse con sus padres, Matías se unió al grupo de trabajo que entrena en una de las calles de Santo Domingo, por la falta de una pista para trabajar.
En dos meses de entrenamiento, Matías logró subirse al podio. En Curicó se quedó con el tercer lugar en los 600 metros planos con un tiempo de un minuto y 50 segundos y ahora en el escolar de Rancagua terminó segundo en los 800 con un crono de 2.34.
Estos tiempos le pronostican a Matías un promisorio futuro en el atletismo, de acuerdo a la experiencia de su entrenador. "Es medio fondista, tiene aguante y si trabaja va a ser potente", vaticinó.
El próximo objetivo de Matías será el Regional Escolar, que se efectuará en el estadio Elías Figueroa los días 2 y 3 de agosto, donde participará en las pruebas de 800 y 2 mil metros. "Quiero que vaya a ganar experiencia, ahora si resulta, bien, como pasó con la Lisette cuando fue a su primer Regional y ganó", recordó.
Para los padres de Matías la llegada de su hijo al atletismo solo trajo beneficios. Oriundos de Chimbarongo, un tiempo vivieron en Santiago y hace siete años que habitan en San Pedro. "En Santiago vivíamos en un departamento, Matías no tenía espacio y corría todo el día", recordó Pablo, el papá del atleta.
El progenitor contó que el deportista tiene hiperactividad y déficit atencional. "Era desordenado en el colegio, pero desde que Salvador lo vio hace dos meses y medio y empezó a entrenar, cambió en el colegio. Le va bien y no pasa en la inspectoría", valoró.
Pablo confesó que "como familia estamos muy contentos, porque en poco tiempo consiguió logros. Tiene que aprender que no siempre le irá bien", recomendó el progenitor, quien espera que su hijo desarrolle una carrera deportiva que le permita en el futuro estudiar en la universidad.
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