Rodrigo Ogalde C.
En los últimos meses han existido dos casos en que ciudadanos de San Antonio graban a choferes de microbuses que no respetan la luz roja en semáforos de la avenida Barros Luco.
El último hecho de este tipo ocurrió el pasado domingo 3 de junio en la esquina de esta arteria con Curicó, donde dos máquinas de la línea Taxibuses San Antonio cometieron esa falta después de una larga carrera hacia el sur que partió en Puertecito.
Esta conducta, que no es ajena a otras ciudades, pone en riesgo tanto a los pasajeros de las micros como a los choferes y peatones que circulan cerca de ellas. Se deben tomar cartas en este asunto y en otros temas ligados al transporte público.
Así lo reconocen autoridades como la gobernadora provincial de San Antonio, Gabriela Alcalde, quien fue la promotora de una reunión que sostuvieron los representantes de las líneas de microbuses de la zona con el seremi de Transportes, Gerald Oliger.
Este último admitió que en esta área "hay mucho margen por avanzar". En ese sentido, recordó que en mayo pasado fueron presentados a la comunidad local los resultados de la Encuesta Origen y Destino, que permite conocer los hábitos de desplazamiento de las personas dentro de la ciudad.
A esta herramienta de análisis se sumará un estudio de demanda, el cual ya partió y ayudará a determinar cuál es la oferta de transporte que debe reforzarse con medidas reales que incentiven su uso por parte de la gente.
"Ese estudio está en curso ahora; cuando tengamos los resultados vamos a poder avanzar mucho más en el ordenamiento", apuntó Oliger.
De rural a urbano
A juicio del seremi, las cosas no cambiarán mucho en este campo si se mantienen las actuales reglas del juego. "Convengamos en que teniendo transporte público mayor rural, poco vamos a avanzar. Por eso conversamos con los empresarios locales (del rubro) en el sentido de que necesitamos darle otro estándar a la ciudad, y eso implica sacrificios de ambos lados, o sea que el Estado ponga su aparato, su inteligencia, quizás hay que ver el nivel de subsidio que va a haber".
Una de las fórmulas, admitió el seremi, para mejorar los servicios y la categoría de los microbuses que circulan por San Antonio es que el transporte pase de tener el nivel rural a ser del tipo urbano, tal como lo es en el llamado Gran Valparaíso.
Agregó que la tarea del gremio microbusero es que pronto logre una capacidad más efectiva de ordenar sus servicios para estar en condiciones de asumir el desafío que significará que la locomoción colectiva mayor cumpla con un estándar urbano, lo que debe incluir asegurar frecuencias y dar certezas de inicio y término de jornada. "Si una persona sabe que tiene micro de tal hora a tal hora, y además que van a salir cada 10 o 20 minutos, eso ayuda mucho", dijo.
Sin embargo, para lograr que el transporte público deje ser rural y se transforme en urbano existe un proceso que, según el seremi, se hace "en forma paulatina" y que, a la larga, va a provocar que "mejore la antigüedad de las máquinas" y un realce en el nivel de los servicios y un aumento de los estándares de seguridad.