La esforzada mujer que cambió su local de comida rápida por un singular colectivo
Yasna Escanilla maneja un automóvil que por dentro está invadido por un intenso rosado que refleja su género. En su rol de conductora, advierte sobre el peligroso estado de algunas calles de la comuna.
Todo un paseo en rosa es subirse al colectivo del recorrido número 5, Tejas Verdes, de Yasna Escanilla (46), quien suma nueve años conduciéndolo desde que dejó su negocio de comida rápida para convertirse en colectivera, impulsada por su esposo, "porque él (su marido) tenía muchos problemas con los choferes del auto y me pidió que lo condujera. Dejé mi negocio y me dediqué al colectivo y ahora es como la ambulancia de la casa, partimos altiro en el auto ante cualquier cosa", comenta Yasna para dar cuenta de sus inicios en el rubro.
Y es que no es azaroso observar a los pasajeros subirse a su vehículo y verlos inmediatamente felices y contentos tras percibir la energía positiva que transmiten los tonos rosas de sus decorados. Si hasta con los monitos animados de Heidi en su reproductor de DVD y con la Peppa Pig colgante en su espejo retrovisor, Yasna los regalonea, sobre todo a los niños, para que el viaje sea acogedor y agradable.
Esposa, madre de cinco hijos y abuela de seis nietos, cuenta que pertenece al sindicato de colectivos Mar Azul "en donde somos unos 200 ó 300 los que formamos dicha agrupación. Yo fui la tercera mujer de la zona en manejar un colectivo. Actualmente debemos ser unas treinta.
Yasna confiesa que le encanta manejar y que fue bueno llegar a un rubro que, en otra época, era por lo general masculino. "Ha sido bonito el aprendizaje porque mientras ellos piensan dos veces, nosotras lo hacemos diez", bromea, pues "ahora las mujeres también manejamos aviones, barcos, trenes, trolebuses. Por eso, con lo del feminismo, ojalá que aprendamos a manejar de todo, si hasta las grúas silenciosas del puerto manejamos, eso demuestra que ya no servimos para puro tener bebés", enfatiza.
Bache en la calle
Este mujer oriunda de Rancagua llegó al Puerto a los 14 años "cuando el muelle era de palo", recuerda. Atesora los mejores momentos de San Antonio cuando la plaza y la costanera eran otras. Este recuerdo ha formando en ella una preocupación especial por sus pasajeros, colegas, peatones y la comunidad sanantonina en general, más aun cuando de analizar el estado de las calles se trata.
Comenta que durante el invierno del año pasado "falleció un colega de nosotros con un pasajero. Ambos murieron en la calle Barros Luco, frente al embarcadero Puertecito, y resulta que justamente en ese lugar hoy hay un tremendo hoyo. Ahí se arma una poza cuando llueve y eso hace que los autos se 'ronceen' y puedan chocar o protagonizar un accidente", dice de forma categórica para referirse a un bache de más de 30 centímetros existente frente a Puertecito, en una de las arterias principales de la zona, en donde ya se levante una animita que recuerda a uno de los muertos en el accidente.
Yasna sólo pide la reparación del hoyo. "Necesitamos que lo tapen, que lo arreglen, para que no vaya a morir otro chofer u otro niño porque además los autos le hacen el quite. Espero que no vaya a ocurrir nuevamente un accidente para que lo hagan", finaliza.
9 años lleva Yasna conduciendo el colectivo del recorrido Tejas Verdes.