Amor por las aves
Cinthia Águila observaba a las aves que llegaban a su casa y pensó en hacerles estas cajas artesanales con materiales de reciclaje para que tuvieran un lugar seguro donde anidar.
Sanjuanina de toda la vida, la diseñadora gráfica Cinthia Águila Jara contaba con un foco de luz eléctrica en el patio de su hogar.
El foco calentaba el ambiente y eso atraía a los pajaritos que de tanto en tanto pasaban por el lugar revoloteando entre los árboles.
Con el tiempo las aves hicieron un nido en el foco e, increíblemente, se quedaron ahí.
"Y eso es algo peligroso, porque alguien puede encenderlo y es un riesgo. En el foco que tenía en la casa había un espacio y ahí los pajaritos se acomodaron ", recuerda Cinthia, quien tras ver esta situación, decidió innovar con un proyecto ecológico.
"Tenía hartos palos tirados en el patio y fue así como se me ocurrió confeccionar las 'cajaritas', que son casas para aves libres y silvestres. Creo que hay que ser respetuoso con el medio ambiente y tratar de no intervenir ni manipular su hábitat", explica la joven de 30 años.
Fue así como en diciembre pasado Cinthia Águila comenzó con la confección de las mencionadas "cajaritas", las que son ciento por ciento realizadas a mano y confeccionadas por esta artesana con maderas recicladas.
"Hay que dejar atrás la idea de las jaulas para las aves. Hay que disfrutar de su canto que hace armonía con la naturaleza", dice la emprendedora.
Manos a la obra
Cinthia comenta que previo a este trabajo "no sabía manejar ni el martillo ni el serrucho, pero empecé a intentarlo e hice una primera prueba que salió bien, así que aprendí a cortar, martillar, dimensionar y diseñar en un espacio pequeño. Esto hace que cada 'cajarita' sea diferente una de otra. Igual cuesta que la gente valore el trabajo hecho a mano, por eso también estoy trabajando en modelos estándar más económicos".
Tras realizar sus primeras casitas para aves, se aventuró a presentarse en la Feria por el Día del Medio Ambiente que se realizó en la plaza de Llolleo.
"A la gente le encantó la propuesta, muchas personas se han enamorado de la idea, así que he tenido buenas críticas. Mi meta es que esto se popularice y que la gente vaya cambiando su forma de ver la vida", asegura.
Las "cajaritas" tienen que ser instaladas ojalá cerca de un árbol y en altura, para que los niños más pequeños no metan las manos en los nidos que se van formando. "No son juguetes para los niños. Los pajaritos llegan, anidan, luego se van y llegan otros. Se les puede incentivar a las aves dejándoles comida como migas de pan, frutas o semillas, aunque no es obligación, ya que dejándola bien ubicada ellos encontrarán su refugio", detalla Cinthia.