Con la partida de Víctor Contreras el mar perdió a su gran tiburón
El histórico nadador, dueño de múltiples récords en aguas abiertas, dejó este mundo sin haber recibido el homenaje en vida por el que tanto clamó durante sus últimos días.
De niños, lo primero que nos dicen antes de nadar es que al agua no hay que tenerle miedo, sino respeto. El mar, sin embargo, majestuoso e indomable, le tuvo eterno respeto y admiración a un hombre que por años, avanzando como el más feroz de los tiburones, dejó una y otra vez el nombre de Chile en lo más alto del deporte mundial. Se trata de Víctor Contreras Olguín, quien este martes falleció en el Hospital de Quilpué producto de una miocardiopatía dilatada e insuficiencias cardiacas.
El "Tiburón", que hace un tiempo venía delicado de salud producto de una avanzada diabetes que lo llevó incluso a perder una pierna y a pasar gran parte de sus últimos días internado en el hospital, fue despedido por sus amigos y familiares en la Iglesia de los Sagrados Corazones de Valparaíso, desde donde fue trasladado al mausoleo del cementerio de Playa Ancha, donde sus restos fueron sepultados.
Uno a uno, los hijos del histórico nadador, nacido hace 72 años reconocieron el legado de su padre. "La escuela de nadadores, también los triunfos que le dio a nuestro país", contó Jessica Contreras, hija mayor del "Tiburón".
"Mi padre tuvo mucha fuerza, y eso es lo que más destaco, era muy perseverante en el deporte y ojalá que ahora se le dé más énfasis a la natación, porque esta es una disciplina que arrastra a toda la familia, y a los más jóvenes, que necesitan hacer algo distinto. Eso es lo que quería mi papá, quien ahora tiene una larga travesía por completar, la más larga de todas, que es descansar junto a Dios", agregó.
Homenaje en vida
Hace unos meses, ya hospitalizado en Quilpué y con graves problemas de salud, Víctor clamaba para que el Estado le pudiese rendir un pequeño homenaje, algo que su propia hija Jessica confirma al indicar que "él quería un homenaje en vida, quería que reconocieran lo que él había hecho. Faltó eso, un homenaje, yo creo que es importante que se considere a los deportistas que destacan en nuestro país".
Víctor hijo, quien es nadador como su padre, recalca también la importancia de los reconocimientos, ya que éstos deberían llegar "no solo a Víctor Contreras, sino a cualquier deportista destacado. No tienen que esperar que esté muerto para hacerle un homenaje, eso es lo que siempre hemos peleado. Él (Víctor) decía que no le servía un homenaje cuando estuviese bajo tres metros o cuando saliera con los pies por delante, él quería uno en vida. El diputado Andrés Longton inició algo y estuvimos a semanas de poder concretarlo, de hecho había tres planes, que eran hacerlo en Valparaíso, en Viña del Mar o hasta en el mismo hospital. Queríamos sí o sí hacer el homenaje, pero no se logró por tema de tiempo, aunque estoy tranquilo porque con Andrés Longton se hizo mucho más que lo que se hizo antes, ya que en el pasado no había nada, ningún tipo de intención".
Una triste realidad que el propio nadador, en agosto de 1982 luego de cruzar el Canal de la Mancha, ya retrataba al señalar "por lo menos pensé que en la avenida Argentina habría unas cinco personas esperándome; mal que mal, soy el primer chileno que cruza el Canal de la Mancha (...) Como que ya estoy acostumbrado, fui el primer chileno en cruzar el Estrecho de Magallanes y solo estaban mis familiares".
Hazañas y anécdotas
El nadador completó varias hazañas en cada rincón del planeta. Cruzó el Estrecho de Gibraltar, en 1981, con una marca récord de 3 horas y 27 minutos, que mantuvo durante catorce años, además de haber atravesado el Canal de la Mancha (entre Francia y Reino Unido), el Estrecho de Magallanes, el Canal Beagle, el Cabo de Hornos (en el extremo sur de Chile) y el Canal de Chacao.
Todo lo anterior, lo hizo nadando sin su traje de protección, lo que lo hacía aún más formidable. Pero como todo gran artista, porque Víctor hacía arte sobre las aguas, ocultaba un gran secreto: impermeabilizaba su piel con aceite de lobo de mar, sustancia que si bien lo protegía del frío y lo ayudaba a flotar mejor, también expelía un aroma tan fuerte y desagradable que se sentía a muchos metros de distancia.
Dentro del libro de sus imperdibles anécdotas, se encuentra la que también contó en febrero de 1979. En aquella época, Contreras ya había cruzado el Estrecho de Magallanes y ya se aprontaba para hacer lo mismo en el Canal Beagle, aunque para poder lograr su objetivo, su propia madre ideó un plan tan triste como efectivo: le ocultó la muerte de su padre para que pudiese prepararse y afrontar de la mejor manera el nuevo desafío que se había impuesto. "Mi padre murió hace una semana, pero por orden de mi madre nadie me informó de eso. Solo lo supe en el aeropuerto", aseguró el nadador en esa época.
De cerca
El director de Diario el Líder, Manuel Mejías Yáñez, conoció de cerca a Víctor Contreras y recordó el origen del sobrenombre "Tiburón" que lo acompañó toda su vida.
"El siendo muy joven entrenaba en el trayecto entre el Molo y caleta El Membrillo en Valparaíso. Estaba en eso cuando de pronto se le acercó un bote con unos pescadores que le advirtieron que unos tiburones lo venían siguiendo y lo subieron a bordo. Este hecho fue recogido por la Radio Portales cuyo periodista le puso ese apelativo", dijo.
Agregó que "recuerdo a Víctor Contreras como un hombre de buen humor, simpático. Físicamente no era muy alto, pero sí de contextura gruesa lo que le servía para sus desafíos por cuanto decía que no era rápido, pero sí constante para cubrir las distancias que se proponía".
Y hay que sacar la cuenta de que el Canal de la Mancha mide 75 kilómetros de ancho.
En el año 1989 Mejías acompañó a Contreras y a una delegación de su escuela de nadadores Los Delfines a un desafío en Brasil, específicamente a la ciudad de Sete Barras en el estado de Sao Paulo.
"Allá el grupo participó en una travesía por el río Iguape frente la escuela de nadadores local. Recuerdo que el río era de aguas café y la competencia se desarrolló de noche. Fueron largas horas de carrera y el ganador fue un chileno que era un atleta de La Calera de apellido Valenzuela", recordó el periodista.
Comentó también que "Tiburón" Contreras siempre participaba en pruebas de largo aliento para ocasiones especiales como el aniversario de Valparaíso. "Hacía el trayecto entre Valparaíso y Viña del Mar. Incluso vino en algunas ocasiones a San Antonio pues gustaba mucho de las aguas del Litoral de los Poetas, además de realizar jornadas formativas y de motivación para deportistas locales en las comunas de la provincia".
"Él decía que no le servía de nada un homenaje cuando estuviese bajo tres metros (...) Con el diputado Longton estuvimos a semanas de hacerle uno".
Víctor Contreras
hijo del histórico nadador."
1979 años tenía el recordado deportista nacional al momento de su fallecimiento.
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