Escuela rural de Lo Zárate: entre la ecología y la vida saludable
El plantel, que cuenta con excelencia académica, complementa las clases rescatando las tradiciones orales de este pueblito y poniendo énfasis en el reciclaje. "Nuestro desafío es tener alumnos felices", asegura el director Juan Rojas.
La historia del profesor Juan Rojas Silva y la Escuela de Lo Zárate, ubicada en la zona rural de Cartagena, comienza cuando era un niño. Su abuela Manuela Sereño Díaz fue la primera directora de este plantel educacional, inaugurado en 1923, cuando la mayoría de los caminos eran de tierra y los esteros se cruzaban arriba de un caballo.
"Los recuerdos que tengo de ella (su abuela) son bien particulares porque yo tenía mucha cercanía con ella. Hablábamos de todo. Nos gustaba mucho la política, el deporte y los temas culturales. Lo que más me gustaba era cuando me contaba que vivía en Lo Abarca y tenía que venir a Lo Zárate a trabajar en esta escuela. Me decía que no había puentes, los caminos eran de tierras y llovía mucho. El estero crecía sumamente grande, era como un río a diferencia de ahora", detalla Juan Rojas con un dejo de nostalgia.
El profesor de básica recuerda que su abuela "para cruzar el estero se venía a caballo. Se amarraba una soga a su cintura y el otro extremo lo tiraban al otro lado para que no se llevara el torrente. Yo siempre pensaba que algún día iba a ser como mi abuelita. Como todo niño tenía mi sueño de mi adulto significativo. Por cosas del destino, sin buscarlo, un día llegué a esta escuela".
Hoy Juan Rojas es el director de esta escuela, que imparte clases de primero a sexto básico, en cursos multigrados, es decir, dos cursos comparten una misma sala. Asumió el cargo hace 32 años. Llegó luego del terremoto del 3 de marzo de 1985 y se encontró con una escuela casi devastada por el remezón que sacudió a toda la zona central del país.
"Yo estaba en otra escuela y me la ofrecieron porque había quedado una vacante. Se cumplió mi sueño de niño, pero no fue fácil. Al comienzo fue complicado porque llegué el año del terremoto (1985). Me estaba preparando para venirme por primera vez acá y justo fue el terremoto. El lunes me tuve que presentar en la escuela y estaba en el suelo. Yo conocí la escuela terremoteada. Esa fue mi primera imagen", rememora.
Debido a la tragedia que se vivió por aquellos años, el inicio de clases se retrasó, pero no tanto como quizás el mismo director esperaba. La comunidad del sector se unió para levantar el edificio más importante de la zona: la Escuela de Lo Zárate.
"No empezamos las clases normalmente. Comenzamos dos meses después en unos containers que pusieron en la cancha. Por el terremoto empecé a tener contacto con la comunidad, con la gente adulta que ayudó para levantar bien la escuela. Desde ese tiempo a esta parte nos hemos llevado muy bien con la comunidad. Tengo un gran afecto por el lugar, la gente acá es muy buena onda y son muy buenas personas", consigna el profesor.
Además, revela que gracias a la junta de vecinos de la localidad hoy este establecimiento educacional cuenta con una multicancha, la que consiguieron gracias a un proyecto que elaboraron los propios habitantes de Lo Zárate.
"Ya llevo 33 años en esta escuela y he visto cómo de a poco ha ido creciendo. Antes, por ejemplo, los niños tenían que venir caminando al colegio. Recuerdo que había cinco hermanos que venían desde El Turco a estudiar. Siempre en las mañanas, tipo 7.30, los veía bajando un tremendo cerro caminando. Hoy hay transporte escolar. Los niños reciben colaciones saludables y contamos con más profesionales. Esto incluso ha traído más niños a la escuela, porque hay padres que prefieren una educación personalizada", sostiene con satisfacción.
Proyecto educativo
En 1985 Juan Rojas era el único docente que tenía la escuela. A diferencia de aquella época, hoy existe un equipo de 12 profesionales que ayudan al aprendizaje de estos estudiantes que al igual que el profesor y director buscan alcanzar su sueño.
Uno de los alumnos es Alonso Barrios (10), quien cursa el cuarto básico en este establecimiento rural.
"Me gusta mucho jugar con mis amigos acá en la escuela. A veces jugamos hasta un mes con la pelota con el mismo juego. Lo pasamos bien. A mí me gustan las matemáticas, me va bien", dice este niño, uno de los 48 estudiantes que tiene este plantel.
El director explica que durante los últimos años han trabajado fuertemente en el rescate de las tradiciones orales, junto al músico, folclorista e investigador Jorge Venegas.
"El sello que tenemos nosotros es el rescate de nuestra tradición oral. Empezamos a trabajar para contextualizar el aprendizaje, buscando aquellas historias de los abuelos. Tomamos eso y lo trabajamos en las clases de lenguaje como texto narrativo. Al comienzo hicimos radioteatro junto a Jorge Venegas, y estuvimos trabajando con él durante todo este tiempo", agrega Juan Rojas.
Con este tipo de actividades, según relata el profesional, "rescatamos nuestras leyendas, porque aquí la zona es rica en leyendas. Con este rescate del patrimonio se reafirma la identidad de la escuela. Con esto los niños, además, forman un sentido de pertenencia con su escuela. Para culminar estos trabajos se los mostramos a la comunidad. Tenemos una monitora de teatro, entonces pasamos del radioteatro al teatro con los niños para mejorar muchos aspectos, tanto en la educación misma de contenido, como en sus habilidades".
Reciclaje
Junto con preocuparse por el rescate de las tradiciones del pueblito de Lo Zárate, el establecimiento está ejecutando un importante operativo de reciclaje junto a los alumnos y profesores. En esta escuela nada se pierde.
"Con los niños hemos juntado botellas plásticas para utilizarlas en nuestra escuela. Durante varios años hemos contado con el apoyo de los padres, quienes para el día de la escuela realizan bastantes actividades con nosotros. Una de ellas fue reutilizar los neumáticos, los que hoy forman parte de nuestro jardín en forma de maceteros. Fue bastante entretenido para ellos", afirma Rojas.
Aprovechando los hermosos parajes del sector, los profesores y los estudiantes crearon un "sendero ecológico", el cual sirvió para que otros recintos educacionales conocieran esta zona campestre.
"Invitamos a varios colegios a participar de estos senderos. Eran rutas que idearon los estudiantes gracias al permiso de los dueños de los terrenos. Esta fue una de las ideas que han desarrollado porque siempre vamos buscando más proyectos para incentivar a los niños a cuidar la naturaleza, como el huerto escolar que hoy tenemos, y también estamos construyendo un gallinero", anuncia con orgullo.
La Escuela de Lo Zárate, como afirma su director, es uno de los tres establecimientos acreditados como saludable. "Los apoderados entendieron que los niños necesitan comer alimentos que les aporten a su crecimiento y no comida chatarra. La escuela también se preocupa de entregarles alimentos saludables en los recreos".
"Nuestro principal desafío es tener alumnos felices. Si somos capaces de lograr eso, tendremos buenos estudiantes", concluye Juan Rojas, el director de la escuelita rural de Lo Zárate.