Raúl Abarca Pailamilla
Verioska Peñailillo (39) dice que se siente con rabia y pasada a llevar por personal de la Casa de la Discapacidad de la Municipalidad de San Antonio.
Al recinto asistencial, ubicado en Los Cisnes 435, Llolleo, fue derivada la hija de esta sanantonina, de apenas 3 años.
La pequeña niña padece autismo y es tratada en el hospital Carlos van Buren de Valparaíso, desde donde la derivaron a una interconsulta.
"El siquiatra derivó a mi hija a una terapeuta ocupacional por lo que llegué hasta este recinto de Llolleo para que atendieran a mi hija. Estuve mucho tiempo esperando una hora, porque no hay, hasta que me la dieron", cuenta la mujer que, por lo menos, viaja una vez a la semana hasta la capital regional para los controles de su hija.
Como era de esperar, Verioska con su hija acudieron el 6 de julio a la interconsulta y llegaron 10 minutos antes de la atención con la especialista, que estaba pactada al mediodía.
"Apareció un joven y me dijo que tenía que esperar, que la terapeuta estaba ocupada. Le dije que sí, que no había problema, pensando que no se demoraría tanto", relató.
Verioska agregó que "como a la una de la tarde apareció la misma persona que me había dicho que esperara, pero ahora me dijo que la terapeuta ocupacional no me iba a atender. Yo quedé desencajada, porque no entendía nada. Yo sé que la terapeuta tiene contrato por ocho horas y no por media jornada".
La situación causó la indignación de la mujer, quien puso el reclamo en la Dirección de Desarrollo Comunitario, repartición municipal que está a cargo de la Casa de la Discapacidad, centro donde además le habrían negado el libro de reclamos, según denuncia la progenitora.
Diario El Líder se contactó con la Dideco para aclarar por qué no atendieron a la menor, si es verdad que la profesional trabaja jornada completa y las razones para negar el libro de reclamos; sin embargo, no quisieron responder estas preguntas, ya que aseguraron que habían llegado a un acuerdo con la madre de la menor.
Verioska aclaró que "no hemos llegado a ningún acuerdo. Solo me ofrecieron que la terapeuta ocupacional, con la que tuve el problema, evaluara a mi hija para ver si efectivamente necesitaba las terapias todas las semanas. Y si era efectivo, la municipalidad pagaría una particular".
"¿Usted cree que yo confío en la mujer que no quiso atender a mi hija", pregunta de forma retórica. Verioska afirmó que "me da rabia, porque uno se siente discriminada".
6 de julio, al mediodía, la hija de Verioska tenía cita con la terapeuta ocupacional.