Carina Cabrera Aballay
Através de las redes sociales se dio a conocer la difícil situación que vive Camila Torres, una madre soltera de Cartagena que sufre un cáncer a la tiroides y que, además de los dolores de la enfermedad, debe enfrentar los problemas económicos que esta conlleva.
En diciembre del año pasado Camila (38) se enteró del diagnóstico que cambió su vida. "Llevaba meses con un gran cansancio. En un comienzo me sentía mal dos veces al mes, con mucho frío, sin ánimo ni fuerza corporal, hasta que empecé a empeorar y todos los días me sentía así, estaba como una abuelita", cuenta.
"Fui a la Fundación Arturo López Pérez, donde descubrieron que tengo un cáncer a la tiroides grado 6, que es una de las etapas más avanzadas. Detectaron que hace más de tres años tengo este cáncer; el problema es que no me di cuenta hasta que empecé a sentirme mal, por lo que no fue tratado a tiempo", señala.
El 2 de diciembre supo la noticia y a la semana siguiente fue sometida a una operación. "Me extirparon toda la glándula tiroides (que produce hormonas, regula el metabolismo, temperatura corporal, entre otros) y me hicieron un raspaje a la traquea porque el tumor se me había ramificado".
Lucha Solitaria
La enfermedad pilló a Camila en un mal momento. A causa de los malestares, meses antes había quedado cesante -era asesora de un senador- y los ahorros se redujeron rápidamente.
Además, no cuenta con apoyo familiar, por lo que vende detergentes en su casa y se las rebusca para juntar dinero.
Su única familia es Santiago, su hijo de cinco años, quien la mantiene luchando por su sanación. Aunque tiene cuatros hermanos, dos viven fuera del país y los otros en otra región. Sus padres fallecieron hace años, lo que ha marcado su vida.
"Cuando tenía 13 años mi mamá murió, la atropellaron. Se llamaba Rosa Donoso y era muy conocida en San Antonio porque era dueña de Los Pinta Pinta Boutique. La atropelló un conductor que viajaba bajo los efectos del alcohol en Leyda, donde aún está su animita", cuenta.
Prontamente, le tocó otra dura pérdida. "A los 16 años me fui a vivir sola, estudiaba y trabajaba para mantenerme. Y cuando tenía 17 mi papá también falleció".
"Mi historia es de harto sacrificio, no lo digo quejándome sino que, como muchas personas, he tenido que salir adelante sola. Mi vida es como una teleserie venezolana", dice sin perder el sentido del humor.
La batalla continúa
Tras la operación, en febrero se sometió a radioterapia para "atacar los tumores malignos que aún tenía en la traquea. Pero hace dos semanas me enteré de que la radiación no tuvo efecto, por lo que posiblemente deban operarme de nuevo para extraerme la traquea -y ponerle una prótesis- o comenzar una quimioterapia".
A esta nueva noticia, se suman los gastos que ya enfrenta con mucha dificultad. "Mensualmente, gasto de $260 a $280 mil en medicamentos, y eso que algunos me los entregan en el consultorio", expresa.
Además, debe hacerse cargo de su casa y de su hijo. Por ello, para esta nueva batalla Camila necesita toda la ayuda posible. "Estoy dando la pelea porque tengo un hijo de cinco años. Y tengo las ganas, la disposición y el ánimo para dar la pelea, pero necesito que me apoyen" manifiesta.
"Mis amigos organizaron un bingo (ver recuadro) para mis gastos y todo lo que se viene. Si alguien no puede ayudarme con esto, puede hacerlo con ropa para niño o con los medicamentos", manifiesta Camila, quien no pierde la esperanza de ganarle la guerra al cáncer.
"Me enteré de que la radiación no tuvo efectos, por lo que posiblemente deban operarme de nuevo o comenzar una quimioterapia".
Camila Torres"