Robinson Romero pasó el duelo de su madre arbitrando en la cancha
El reconocido juez cartagenino de fútbol amateur demostró su compromiso y pasión por el arbitraje.
El domingo pasado, el árbitro cartagenino Robinson Romero estaba en su casa y como todas las mañanas comenzó a revisar las designaciones para los jueces del fútbol amateur. En su calidad de presidente de la Asociación de Árbitros de Cartagena (cargo que asumió hace un año), tiene que estar atento a todos los encuentros donde estarán sus colegas.
Sin embargo, su hogar esta vez contaba con la presencia de su familia materna llegada del sur. Sus parientes se encontraban en Cartagena por una triste noticia: el pasado viernes 27 había fallecido la señora María Núñez Pavez, a la edad de 93 años, quien fuera la madre de Robinson y de su hermano mayor Iván.
"El sábado enterramos a mi madre con bastante pena, pero felices por haberla acompañado tanto tiempo. Y ese mismo día la asociación Puerta del Pacífico había suspendido la fecha de los cadetes, en un hermoso gesto que tuvieron con nosotros", detalla Robinson Romero.
Amor al arbitraje
Fue mientras revisaba el listado de las designaciones cuando el cartagenino tuvo que acudir a un llamado de emergencia que demuestra el gran cariño que le tiene al oficio de árbitro de fútbol, el que viene desarrollando hace más de 16 años.
"Un colega tuvo un problema familiar y no podía estar presente en la terna para dirigir los encuentros correspondientes al clásico entre Unión Placilla y Cóndor", explica Robinson Romero, quien no lo pensó dos veces y viajó inmediatamente desde Cartagena hacia San Antonio.
"Como estaba mi familia materna que había venido a estar presente en el funeral de nuestra querida madre, tuve que decirles que se quedaban de dueños de casa, porque me tenía que ir a arbitrar", detalla el hombre de negro que actualmente tiene 43 años.
Robinson recuerda aquellos domingo cuando le tocaba un partido con estadio lleno o algún clásico sanantonino. "Y antes de irme pasaba por la pieza de mi madre para que me diera su bendición y me entregara su apoyo para que me fuera bien y no tuviera problemas en la cancha", hace memoria con nostalgia.
Minuto de silencio
Tras oficiar como asistente en los encuentros de superseniors, seniors y segunda adulta, Robinson Romero tomó la responsabilidad de ser el árbitro principal del duelo de Primera Adulta entre los conjuntos placillanos.
Fue justamente antes de aquellos 90 minutos que finalmente fueron ganados por Cóndor, donde ocurrió un momento que Robinson Romero no olvidará jamás.
"Hicimos un minuto de silencio y la verdad que me quebré y me tuve que hincar en la cancha, porque me llegaron muchos recuerdos sobre mi madre que me emocionaron. El mundo del fútbol amateur en San Antonio me dio mucho apoyo estos días y eso me gustaría agradecer", reconoce Robinson Romero, quien pese al gran dolor que significó la partida de su madre María Núñez Pavez, se sobrepuso y 48 horas después se las arregló para hacer lo que más le gusta: estar sobre una cancha de fútbol.