Hace 25 años sanantonino vive en su pequeño local de la caleta de pescadores
José Roldán sufrió la amputación de una pierna. Su máximo sueño es tener una casa para dejar de hacer sus necesidades en un balde.
Hace 25 años vive en un pequeño espacio que no supera los cinco metros de largo por tres de ancho. Es su local comercial, que está ubicado en la caleta de pescadores de San Antonio, donde vende barcos a escala y conchas de recuerdos para los turistas que diariamente visitan el sector norte del paseo Bellamar.
Cuenta que su "hogar" no tiene excusado ni muchos menos una ducha. "Me baño por partes. Para hacer mis necesidades ocupo un balde con una bolsa".
Tiene pena, tristeza y rabia. "Pero Dios me acompaña. Sé que no me abandona. Pese a todo lo que he vivido, me he encontrado con gente buena".
Con los ojos vidriosos, José Palacios Roldán Zúñiga (64) relata su historia, esa que a los 17 años le arrancó una pierna y la mitad de su pie. Hoy utiliza una extremidad ortopédica que le permite caminar con dificultad.
"En Barrancas me pasó el tren por encima. No me gusta hablar mucho de eso, pero es lo que me pasó. Yo creo que si no me hubiese pasado estaría muerto. Vengo de una familia de bajos recursos. Me gustaba la calle y ahí me hice. Estuve metido en las drogas, el alcohol y viví en la calle. Me gustaba pelear. Si había que agarrarse a combos, lo hacía. Así como iba, la muerte era segura", cuenta sentado junto a su incondicional amigo "Pica papel", un quiltro regalón que le brinda un poco de cariño. Ambos se acompañan y cuidan.
"Es como un hijo. Está gordito porque comemos juntos. A la hora de almuerzo compro una colación para mí y otra para él", describe.
El sueño de la casa
José Roldán está consciente de los errores que cometió en su vida. La droga, el alcohol y las peleas dice que son cosas del pasado.
Hoy su lucha es contra el sistema que, según comenta, le ha impedido obtener su tan anhelada casa propia.
"La cama que tengo me la regalaron las personas del mercado Esfuerzo y Trabajo. Vivo acá hace 25 años, incluso más creo yo, y lo único que quiero es una vivienda pero con mi plata. Yo tengo ahorros. Soy jubilado como exonerado político y trabajo todos los días para tener mi plata. He luchado harto por una vivienda. He conversado harto con los asistentes, las autoridades conocen mi problema, pero nada. Me llaman a reuniones y así pasa el tiempo. Solo pido que me escuchen y me ayuden o creen que es digno vivir así", pregunta retóricamente para luego apuntar un balde donde está su ropa íntima recién lavada.
"Creo que tengo una buena filosofía de vida. Mantengo limpia mi casa-local. No ando dejando la ropa tirada. Este es un lugar turístico y por lo tanto debemos cuidarlo. Ya no tomo, ni fumo. Junto plata y trabajo desde las seis de la mañana", afirma.
La jornada para Roldán se acaba a las cinco de la tarde. A esa hora, este sanantonino, quien vivió en Las Dunas, 30 de Marzo y Bellavista, entra lentamente sus productos. Los ordena y baja las cortinas de su local para dormir en su diminuto espacio.
"Usted sabe cómo son las caletas. A veces me vienen a golpear el local. Les digo que se vayan, que no quiero problemas. Pero si me buscan me encuentran. Hay que hacerse respetar", dice frente al océano Pacífico, por donde diariamente entran y salen buques del puerto con decenas de productos de todos lados.
"Qué paradójico. Todos los días llegan y se van buques cargados con cosas. Con eso sueño: con que me llamen para irme a mi casa. No quiero que me la regalen, solo quiero hacer valer mis derechos, para por fin sentirme digno, bañarme en una ducha, no tener que hacer mis necesidades en un balde y que cuando me vaya acostar, lo haga en la tranquilidad de mi hogar", espera.
"Tengo una buena filosofía de vida. No ando dejando la ropa tirada. Este es un lugar turístico y debemos cuidarlo",
José Roldán."