Matrimonio desvinculado de Maersk sale adelante con emprendimiento
Tras quedar cesantes, Ingrid Cruz y Patricio Sánchez invirtieron el dinero de su indemnización en máquinas y ahora están confeccionando diversas prendas de vestir.
Ingrid Cruz y Patricio Sánchez se desempeñaban como soldadores en la empresa Maersk, de la que fueron finiquitados sorpresivamente en junio pasado junto a mil 200 trabajadores más. Con el dinero de la indemnización decidieron emprender seriamente con el taller de confecciones que ya tenían.
"Estamos haciendo todos los esfuerzos para poder dedicarnos definitivamente a esto, porque es simpático trabajar desde la casa, no tener un jefe, y la libertad para poder ver a nuestros hijos, de 10 y 16 años", cuenta Patricio en el taller que está en su misma casa, en Barrancas.
Económicamente se pudieron establecer, generando ingresos similares a los que tenían en la cerrada empresa danesa. Según el matrimonio sanantonino, quieren ir creciendo de a poco. "Un amigo nos está haciendo una página web, queremos mandar a hacer volantes para promocionarnos, y también estamos en Facebook como Confecciones SC. Queremos hacer de todo para promocionar el producto", añade.
Este emprendimiento familiar nace de la idea de confeccionar trajes para las murgas y comparsas de San Antonio, específicamente la del Cerro Arena, a la que pertenece Patricio, además de hacer algunas cosas para sus hijos y sus familiares.
La desvinculación de la empresa los pilló por sorpresa, pero les dejó un finiquito de aproximadamente tres millones a cada uno. Con ese dinero pagaron las deudas que tenían e invirtieron el resto en máquinas más profesionales, como las de coser y elementos para estampar género, además de varias telas e hilos para levantar el negocio. "Con eso ampliamos el rubro, porque teníamos solo la bordadora y la máquina de coser recta. Con el finiquito nos compramos las máquinas industriales y el sistema de estampado" comentaron.
Maersk
Su abrupta salida de la empresa que les ofrecería trabajo para toda la vida, según pensaban, fue un duro golpe anímico para esta familia. Perder la estabilidad económica que les daba la compañía danesa los desestabilizó, sin embargo, ellos venían hace un tiempo realizando confecciones, así que inmediatamente intentaron continuar con este giro. Comentan con orgullo que les ha ido muy bien en este rubro, sin embargo, seguirán en el proceso de cooperativismo que se está levantando desde el ex sindicato de trabajadores.
Aprendizaje
Dominar la maquinaria necesaria para la confección de prendas de vestir no es tarea fácil. Por fortuna, una familiar estudió y se dedica actualmente a fabricar uniformes escolares para un conocida marca de retail. Ella los ayudó desde el primer día, y ahora acuden a su experiencia cuando les surge aluna duda con los diseños. "Ella nos hizo todos los moldes, nos enseñó hartos trucos y maneras de trabajar. Hay cosas que no sabemos y ella viene y nos da una mini clase", expresa Ingrid.
Además, al ya conocer la base de las técnicas de corte y confección, cuando quieren innovar, consultan en internet. "En Google está todo. Yo veo hartos tutoriales para hacer diseños, y de ahí voy sacando ideas y moldes. Obvio que primero pruebo con los de la casa, practico y después los pongo a la venta", agrega la emprendedora.
Ahora están confeccionando uniformes escolares, buzos, chaquetas, ropa institucional, overoles, camisetas para el equipo de fútbol femenino del hospital Claudio Vicuña, entre otras prendas. "Hace poco también le hicimos la ropa que usaron los Bomberos de San Antonio para el desfile de Fiestas Patrias", afirma Ingrid con orgullo.