Las múltiples facetas de una terapeuta alternativa
Laura Aravena (40 años) trabaja como terapeuta integrativa, además de oficiar como maestra de ceremonia en matrimonios simbólicos. En la comuna parque lleva a cabo su gran proyecto "Casa Playa".
Hace tres años la terapeuta alternativa Laura Aravena Recabarren decidió dejar su vida y rutina en Santiago para comenzar un nuevo ciclo en la comuna de Santo Domingo.
"Llegué el 2015 acá y el cambio fue por una apuesta y un nuevo proyecto de vida, además de traer a regiones lo que yo estaba haciendo hasta ese momento en Santiago, que eran las terapias alternativas. No fue porque allá estuviera saturado, sino que vi que acá había una necesitad. Además, tengo muchos colegas que se instalaron en el Litoral Central, desde Algarrobo hasta Pichilemu, entonces tuve hartas motivaciones para realizar este cambio", reconoce Laura.
Instalada en su nuevo hogar ubicado en calle Griselda Norte, Laura Aravena lo primero que hizo fue acondicionar una pieza para realizar sus terapias.
"Llegué a la casa en Santo Domingo y una habitación la programé y acondicioné inmediatamente para que fuera mi sala de terapias. Partí primero atendiendo a la familia y poco a poco comencé a hacerme más conocida. También me presenté en varios lugares, entre ellos el taller "Nosotras", que lleva harto tiempo en Santo Domingo, y así fui haciéndome un nombre", explica Laura, quien quiso darle identidad propia a su proyecto y decidió bautizar como "Casa Playa" el lugar donde desarrolla sus funciones.
Desde el año 2000
Previo a su arribo a Santo Domingo, Laura Aravena se había desarrollado en trabajos de terapias alternativas. "Entré a estudiar terapia integrativa en el 2000, partiendo con masoterapia. Previo a eso había realizado unos talleres de danza y teatro en el colegio del que había egresado. Después de eso entré a un reemplazo a una consulta de medicina natural, "Solaris", que pertenece al Instituto del Desarrollo Humano, y a partir de ahí, derivé a todo lo que son las terapias alternativas", explica.
En el centro de salud natural "Solaris", Laura Aravena estuvo cerca de siete años trabajando una vez que finalizó sus estudios.
"Y después me dediqué a atender pacientes con una terapia que se llama masaje reconectivo, que en el fondo permite que la persona se encuentre consigo misma, y a través de las maniobras de masaje lo que se consigue es ir eliminando el trauma arraigado en las capas de la piel, por lo que produce mucho dolor corporal y emocional, algo que se va liberando a través del masaje. También hacía reiki y en el año 2004 estudié podología clínica, más que nada para tener un conocimiento mejor en cuanto a la anatomía, fisiología, para estar más preparada al minuto de estar con un paciente, saber qué músculo estoy tratando y conocer acerca de la dermatología, que también es importante", asegura.
Tras varios años de aprendizaje y experiencia, Laura Aravena tuvo la posibilidad de poder abrir su propio centro de salud natural. "Tuve mi propio centro de salud y calidad de vida que se llamaba 'Mutuo', en Providencia. Pero cuando me vine a Santo Domingo lo tuve que cerrar y arrendé un lugar en el espacio Nueva Providencia, en el metro Manuel Montt, en calle General del Canto, donde actualmente somos un colectivo en el que trabajamos terapeutas, profesores de yoga, diseñadores de vestuario independientes y en la que existe también una cafetería", detalla.
-¿Cómo era esa época en la que comenzó a dedicarse a las terapias alternativas?
-En el año 2000 ya había mucha gente interesada en el yoga, de distintas edades, entonces en Santiago había más apertura sobre estos temas. Ahora está todo más masificado, y eso es buenísimo. Comenzó una nueva era en donde la gente elevó su pensamiento y maneja más información sobre los beneficios de mantener una alimentación saludable, mucha más información de los beneficios del yoga. Y tratar la salud de las personas a partir del poder que cada uno tiene de autosanación.
"Casa Playa"
Dentro de las actividades que Laura Aravena realiza en su denominada "Casa Playa" de Santo Domingo para las personas que se acercan a sus terapias, la especialista cuenta que "ofrezco distintos tipos de talleres y promuevo a mis colegas, ya que hacemos cada cierto tiempo encuentros de salud natural acá en 'Casa Playa', donde atienden iriólogos, tarotistas con tarot terapéutico, hacemos círculos de sonidos, sesiones de musicoterapia, y también yo realizo masajes y reiki".
-¿Qué tipo de consultas hace la gente que asiste a "Casa Playa"?
-Cómo superar problemas de angustia, cómo superar dolores físicos que aparentemente no están provocados por ninguna lesión, sino que más bien es un dolor constante que la gente arrastra en el cuerpo y que se puede tratar con masajes reconectivos; con reiki, que es una imposición de manos que restablece la energía vital de la persona; a través de reflexología, que es el masaje terapéutico en la planta de los pies; y por último a través de una meditación guiada.
Inspiración andina
Paralelamente a su trabajo como terapeuta, Laura Aravena realiza en "Casa Playa" la venta de textiles andinos que destacan por sus colores y su detallado trabajo de producción.
"Esto lo comencé este año. La marca se llama Aura Andina y lo que hacemos es viajar a Bolivia, Perú y el norte de nuestro país para internarnos en los pueblos originarios donde las abuelas guardan por muchos años estas mantas. Nosotros vamos, las rescatamos y las ponemos en exhibición para traer colores y cultura a las casas de la gente que compra este tipo de textiles andinos", acota la emprendedora que vende estos productos en su propia residencia.
Maestra de ceremonia
Desde el año 2010 que Laura Aravena también se desempeña como maestra de ceremonia para matrimonios simbólicos. "Derivó por una productora que me conoció en un cumpleaños. Ella organizaba matrimonios y siempre tenía muchos extranjeros que querían tener una ceremonia alternativa. Querían una persona con harto carisma y por eso la productora se me acercó y me dijo que le tincaba que yo podía hacer bien la función de maestra de ceremonia", reconoce.
Este año, por ejemplo, ya ha realizado más de 10 ceremonias y cuenta con fechas reservadas hasta el 2019. "La ceremonia tiene una estructura: primero se les da la bienvenida a los invitados y se les pide que en una tarjeta escriban cómo conocieron a la pareja que se va a casar y por el otro lado un deseo para los novios. Eso se guarda en un cofre y se les regala como sorpresa a los novios. Y luego el parlamento se va realizando en base a la semilla, a la germinación, al cuidado de la naturaleza. La estructura de la ceremonia está muy ligada a la naturaleza, al universo, a la tierra. Habla mucho acerca del respeto, la seducción, el hacerse reír. Luego viene la consagración de las argollas, donde todos hacemos una meditación y relajación para que todos los invitados les manden un pensamiento y buena vibración a las argollas para que queden programadas", explica.
Tras estos rituales, Laura Aravena se consigue el nombre de las personas que hicieron que los novios se conocieran "y los nombro a ellos, que fueron canales para que existiera esta unión. También le damos la palabra a algún invitado y lo importante es darle mucho relajo a los novios. Al finalizar ellos hacen su primer regalo como esposos: en el altar se ponen tres jarrones, dos de ellos con flores, entonces al unísono sacan una flor desde cada jarrón y ya siendo matrimonio ponen esta flor al mismo tiempo en al jarrón del medio, que tiene agua, que es el elemento vital y origen de toda vida. Ese es el primer regalo que se hacen mutuamente. La ceremonia está llena de elementos y simbologías y tiene muchos rituales en particular".