David Muñoz Castillo
En cada ataque de San Antonio Unido, cuando el equipo lila jugaba en la Tercera División, sonaba con fuerza una sirena, extraída de una ambulancia, para apoyar a los jugadores. Esa tradición se perdió con el ascenso de la escuadra de la comuna puerto a la Segunda División y con las normas del plan Estadio Seguro.
Desde el 2013 que el aparato sonoro dejó de inundar el ambiente en los partidos del SAU, pero su propietario, el mítico hincha lila, Raúl Acevedo (65) quiere reflotar esta tradición.
El sábado pasado, en las galerías del estadio de El Quisco, Alex Caroca, el cabecilla de los Hinchas del SAU, el grupo que acompaña al equipo en un bus por todas las canchas, se acercó al sempiterno barrista y entablaron una conversación. Entre los comentarios del partido y otros temas salió a relucir la idea de recuperar esta perdida costumbre del SAU.
A pesar de los golpes que le dio la vida, como un accidente vascular, Acevedo no deja de alentar a su equipo. Y aunque le cuesta caminar igual viaja. Fue a Angol y Osorno y trata de acompañar a la escuadra en cada cancha.
Sobre la sirena Raúl recordó que "esa me la regaló un amigo que la sacó de una ambulancia que compró en un remate, por ahí por 1990. Siempre la llevaba al estadio. El otro día hablando con el Caroca le dije que por qué no la llevábamos de nuevo para llamar más la atención. Como era antes".
El aparato se transformó en un integrante más de la barra "Tito Guevara" el primer grupo de barristas que tuvo el SAU, cuando volvió a la Tercera División en la década de 1990. "La llevaba a todos los viajes, cuando íbamos llegando a la ciudad que nos tocaba jugar la hacía sonar", rememoró.
Como buen fanático del SAU, Raúl está desempolvando todos sus artilugios para alentar al equipos. "Antes tenía dos banderas, una la ponía en la casa y otra la llevaba al estadio, pero están viejas. Me regalaron unas, de una empresa, pero tienen ese pelícano feo que pusieron de insignia. No se sabe qué güea es, si pelícano o gaviota. Quiero unas banderas con la gaviota y el timón, con la verdadera insignia del club", solicitó el acérrimo hincha.
La sirena está intacta solo le falta la batería. Alex Caroca se movió entre sus contactos y la residencial Blanco Encalada se puso con la fuente de energía que necesita el aparato para volver a sonar.
La primera parte de la gestión ya estaba realizada. Faltaba hablar con la nueva dirigencia lila para conseguir los permisos para ingresar la sirena al estadio.
"Si entran al estadio bombos e instrumentos, no creo que sea problema que entre una sirena", analizó Alex Caroca, quien ayudó a su amigo Raúl Acevedo para recuperar esta tradición de la hinchada.