El economista tabino que escribió un libro sobre el fútbol de barrio
Roberto Álvarez lanzará su texto "Al fútbol se juega como se vive", en el cual recuerda sus años de infancia y pichangas en El Tabo. En uno de los cuentos aparece su amigo Eduardo Jones, el sargento fallecido en el accidente del Casa 212.
En El Tabo está gran parte de los recuerdos de infancia de Roberto Jaime Álvarez Espinoza, quien, a sus 48 años, hoy se apresta a lanzar su primer libro de cuentos. Y aunque su profesión está relacionada con los números y las cifras, se puso a escribir sobre el deporte que más ama: el fútbol, la vida, la familia y los amigos.
El próximo sábado 22 de diciembre, a las 19 horas en la sede del club social y deportivo El Tabo, Álvarez y sus cercanos participarán del lanzamiento de "Al fútbol se juega como se vive", obra literaria que, según sus palabras, "recrea una serie de historias relacionadas al deporte más lindo del mundo".
En entrevista con Diario El Líder, este economista de la Universidad de Chile, donde también se desempeña como profesor y director de la Escuela de Economía y Administración, recordó sus orígenes en el balneario tabino, donde aún viven sus padres y cada fin de semana juega por la serie supersenior del club social y deportivo El Tabo.
A la capital
Corría el año 1988 cuando Roberto dejó la tranquilidad de las playas tabinas para ir a estudiar en la universidad en Santiago. El esfuerzo de sus padres rendía así sus frutos y él, como hijo mayor, respondía a ese gran legado que le dieron y que es la educación. No hay día en que no agradezca a sus progenitores por haberle entregado las herramientas que lo llevaron a tener éxito en esas lides. Darles algo de lo que ha ganado en la vida es casi "una vuelta de mano".
"Los que crecimos en la zona de El Tabo y nos gusta el fútbol, podemos decir que nuestra vida gira en torno a eso: jugar los sábado por el club deportivo El Tabo y jugar todos los días a la pelota. Para nosotros el sábado era el día más importante porque íbamos a jugar. Tuve una infancia muy feliz, rodeado siempre de amigos y de familia, guardo muy lindos recuerdos. Mis amistades más profundas vienen de El Tabo y las conservo hasta ahora y nos juntamos, esos amigos verdaderos que uno mantiene a lo largo de los años ", cuenta.
Realidad y ficción
Casado con Alejandra Sanhueza, Roberto Álvarez es padre de Sebastián (13) y Camila (10). Con ellos vive en Santiago y muy a menudo viaja a El Tabo para visitar a sus papás: Roberto y Sara.
Después de décadas atesorando vivencias y bellos pasajes de su vida, Álvarez entendió que el camino hacia la creación de su libro sobre fútbol sería menos complicado que redactar un texto de economía. Y por eso dio rienda suelta a la imaginación y mezcló realidad con ficción para hablar de todos esos episodios que han marcado su pasión por el fútbol.
"Me salió más fácil escribir un libro de cuentos de fútbol", afirma al recalcar que, a su juicio y tal como alguna vez dijo el otrora entrenador de la Roja, Xavier Azkargorta, "al fútbol se juega como se vive".
En ese sentido, Roberto destaca que el fútbol tiene una dimensión ética que debe traspasarse a los niños. "Desde muy chiquitos, tuvimos personas que armaban los equipos, esos entrenadores nos enseñaron a jugar pero también nos enseñaron a cómo jugar y eso significa respetar, ser leal, a no ganar cómo sea, y eso se refleja en lo que somos la mayoría de la gente que se crió allá (en El Tabo). Somos gente esforzada, trabajadora, honesta, leal y solidaria, y eso es lo que pretendo rescatar con estos cuentos, especialmente la formación que recibí de personas que si bien no estudiaron en la universidad, eran humildes y esforzadas, y nos enseñaron a jugar este deporte con buenas armas".
Añade que lo esencial del fútbol está en que debe ser jugado siempre respetando los principios, apegado tanto las reglas como a los valores humanos. Eso, insiste, es lo mismo que debe aplicarse en el día a día, en la vida. De esa manera, explica este hombre que juega de centrodelantero, quien es "mala leche" con los demás en la vida actuará de igual forma en un partido de fútbol: el deshonesto replicará esa condición en la cancha.
Sus 15 cuentos de fútbol y su niñez en El Tabo encierran esa mística de los equipos de barrio, donde poco importan el dinero o los traspasos sino que siempre se realzan la unión y el compañerismo. "Esto va a trascender y, a lo mejor, en 20 o 30 años más van a estar estas historias de El Tabo y algún niño las va a leer, o mis nietos o los nietos de mis amigos".
"Donde soy más feliz es en una cancha de fútbol, ahí me divierto, me entrego, soy yo mismo y es el lugar donde me siento más cómodo", afirma.
"lalo" jones
Eduardo "Lalo" Jones era sargento 1° de la Fach y murió en el accidente del avión Casa 212 ocurrido el 2 de septiembre de 2011 en Juan Fernández, donde fallecieron otras 20 personas, entre ellos el animador Felipe Camiroaga.
Roberto y "Lalo" Jones cultivaron una férrea amistad desde niños y jugaron cientos de pichangas en las canchas de El Tabo. El sargento de la Fach tenía más edad y fue padrino de confirmación del economista.
El trágico deceso de Jones caló hondo en Roberto Álvarez y en su círculo más cercano. Al recordar a su amigo, él se emociona y no esconde esa pena que hasta hoy lo persigue.
"Teníamos una relación de mucho cariño, mucho respeto y admiración mutua, fue un mazazo su muerte y de eso es difícil recuperarse. Aún tengo la foto de cuando me confirmé y yo era católico, ahora soy agnóstico, pero en esos años él fue mi padrino y mantuvimos siempre una buena relación", asegura al rememorar que "Lalo" Jones, quien, a pesar de estar trabajando para la Fach en el norte, volvía a El Tabo en sus vacaciones y así ambos se reunían a recordar esos interminables partidos de fútbol cuando todos eran unos niños con miles de sueños por pintar.
"El cuento 'La pared que no terminamos' está inspirado en él (Eduardo Jones), si yo leo ahora ese cuento, me voy a poner a llorar de nuevo", reconoce.
Volver a ser niños
De vez en cuando, sobre todo en marzo de cada años, esos hombres amantes del fútbol se reúnen en tierras tabinas para disfrutar de una entretenida pichanga, reírse un rato o simplemente llorar. "Volver a ser niños", admite Roberto al mencionar ese ritual futbolístico-humano-auténtico.
Los amigos del fallecido sargento de la Fach crearon la Agrupación Eduardo Jones, a través de la cual entregan becas a algunos jóvenes de El Tabo que llegan a Santiago a estudiar. Así, el nombre de "Lalo" se alza brioso y se transforma en agente de cambio para las nuevas generaciones. "Tenemos dos becarias, y esto lo vamos a seguir haciendo hasta que tengamos fuerzas", afirma Roberto.
El libro "Al fútbol se juega como se vive", detalla Álvarez, es un homenaje a muchos de los que le enseñaron a jugar al fútbol y a aquellos que corrieron con él en las canchas. "En estos cuentos hay finales épicas y derrotas, también hay una historia de una niña futbolista", explica mientras su voz se oye trastocada por las emociones que subyacen de los tiempos añorados.