El cineasta que sueña con pasar a la historia de San Antonio
Desde niño Osvaldo Cepeda supo que sería actor. Ahora está en la etapa final de posproducción de "La ruta del olvido", su primer largometraje grabado casi en su totalidad en San Antonio y con el que espera recorrer el país y el mundo.
Acorta edad, Osvaldo Cepeda Cabello se dio cuenta que quería ser actor.
"Mi papá es fanático de las películas de acción. Recuerdo que muy chico vi Rocky y me gustó mucho, pensé que me encantaría estar ahí y eso me movió. Pasaba actuando frente a la familia y en los actos y obras de la escuela. Por eso, yo digo que desde los ocho años que soy actor", manifiesta el joven de 25 años, cuyo seudónimo artístico es Emmanuel De Large.
Desde entonces Cepeda, quien se crió en la Viuda, tuvo una infancia dedicada a la actuación. "En la Escuela España N° 5 los profesores me elegían para hacer de protagonista en las obras, hice de El Chavo del 8 y actué en 'El rotito que engañó a el diablo'. Fue bonita esa época", comenta.
Lamentablemente, su pasión por las tablas no siempre fue bien recibida.
"La básica también la recuerdo con un poco de tristeza, porque me hicieron bullying por ser un poco distinto a lo que lo demás niños querían... No le encuentro una explicación justificable a esos acontecimientos, pero crecí pensando que todo en la vida pasa por algo y uno tiene que darse la motivación", dice Cepeda, a quien molestaban entonces por su físico.
Primeros logros
Cuando ingresó a la Educación Media al Liceo Juan Dante Parraguez los malos tratos recibidos en su infancia quedaron en el pasado y reafirmó su vocación por el arte.
"Allí explotó todo. Llegué a un colegio que en San Antonio estaba catalogado como 'flaite'. Entré con el temor y la inseguridad por los sucesos del pasado, pero me di cuenta que era totalmente distinto, tenía laboratorios, una biblioteca enorme y un anfiteatro. Pero lo que más me atrajo fue el taller de debate competitivo, donde participé y de cierta forma seguí actuando", recuerda.
En el liceo vivió uno de los momentos importantes de su incipiente carrera. "Participamos en un concurso de cine estudiantil del Injuv, donde hubo 2.300 participantes y 280 cortometrajes. Yo fui el protagonista del corto, que se llamaba 'Primer día' y ganamos el primer lugar, por lo que viajamos al Centro Cultural La Moneda a la premiación".
Allí, el artista recibió una sorpresa que lo marcó. "Tras entregarnos el premio, informan que van a galardonar a los mejores actores del certamen y me nombran a mí, entre tantos participantes de todas las regiones del país. Fue súper emocionante, me sentí en los Oscar", expresa.
Cuesta arriba
Luego de terminar su enseñanza media, Cepeda estaba decidido a convertirse en actor y estudió en el Duoc de Viña del Mar.
Tras egresar de la carrera, el joven comenzó a participar en audiciones para la televisión, pero los resultados no se dieron en el tiempo que necesitaba.
Paralelamente, comenzó a incubarse en el actor el sueño que lo tiene trabajando intensamente hasta hoy.
"Siempre he escrito relatos. De hecho, en las conversaciones siempre escuchaba más de lo que hablaba, para poner atención a las historias. Hasta que hace unos años escribí una historia que me gustó y decidí convertirla en un guión de cine", señala.
Finalizado el guión con la ayuda de Rodrigo Abarca -amigo del cineasta desde el liceo y director de fotografía del filme-, comenzó a buscar financiamiento para llevar a la pantalla grande su historia. "No me fue bien, pero siempre tuve la fe de hacer mi película, por lo que decidí trabajar en el puerto de eventual para financiarla, lo que fue un sacrificio enorme. Es difícil el puerto, porque se trabaja bajo la lluvia y el viento, de sol a sol. Se pasa mal a veces porque no siempre están las condiciones más apropiadas de seguridad", indica.
"Yo vengo de una familia portuaria, mis abuelos, papás y tíos han trabajado en el puerto, entonces para la familia fue como que uno más se había unido al clan, pero en el fondo yo nunca quise estar ahí, porque tengo claro mi sueño", sostiene Cepeda, quien durante cuatro años fue estibador.
Gracias a su trabajo y al apoyo de familiares, el actor invirtió en equipos para el rodaje. Su plan comenzaba por fin a tomar forma, pero la desazón afectaba a veces sus días.
"Hubo días en que lloré de frustración con mi esposa, porque uno quiere trabajar como actor y es difícil asumir que uno a veces no lo está haciendo tan bien o que debe conseguir otro trabajo para cumplir su sueño. Es jodido pasar un casting y que te ofrezcan un sueldo bajo por toda una jornada, que no te alcanza. Fue complejo asumir que no todo es color de rosas", sostiene el cineasta, quien tiene dos hijos y está a la espera del tercero.
Pero la desesperanza no lo venció.
La ruta del olvido
"La ruta del olvido" es el nombre de su primer largometraje, que narra las vivencias de dos hermanos en la provincia de San Antonio, uno de los cuales es interpretado por Cepeda.
"La película muestra la historia de dos hermanos huérfanos y documentalistas, que deciden grabar la historia arquitectónica de San Antonio. En su recorrido por los edificios de la ciudad les ocurre algo que les cambia la vida para siempre", comenta.
-¿Es una filme de acción?
-Cuando me preguntan cuál es el estilo o de qué trata la película, siempre digo que más allá de eso mi película es de amor, ese es el trasfondo de la historia.
Una de las estrellas del largometraje es el destacado actor nacional Jorge Yáñez, quien hace décadas vive en San Sebastián.
"Fui a buscarlo a su casa y no lo encontré, por lo que decidí dejarle un recado en un almacén y me vine a mi casa en Placilla. A las horas recibí un llamado de la señora del almacén: 'Hola, estoy con don Jorge y quiere hablar con usted'. Me citó a conversar con él al otro día y aceptó. Así quedó fichado el primer actor del elenco", cuenta.
Tras las jornadas de grabación, Yáñez se posicionó como un importante referente para el director. "Siempre lo admiré, pero tras conocerlo se volvió mi maestro, una inspiración para mí. Con todo su talento y trayectoria, uno piensa que podría ser pesado, pero es una persona cálida y hermosa por dentro. Desde el día cero me apoyó", dice agradecido.
Actualmente, el joven está finalizando los últimos detalles de posproducción y preparando su distribución.
Soñando en grande
Cepeda no se pone límites. Tiene como primer propósito "presentar la película en distintos lugares de San Antonio, para que se vea que la gente de ciudades pequeñas también tiene la capacidad de hacer y hemos hecho cosas", afirma.
Cepeda expresa que además "nos gustaría exhibirla para los alumnos del liceo Fiscal para motivarlos, porque quizás piensan que tiene mala reputación, pero nosotros salimos de ahí y logramos hacer un proyecto audiovisual solos".
El joven sostiene que "busco hacer historia acá, porque nosotros afuera estamos considerados casi como un pueblo, y somos una ciudad que está en camino al desarrollo artístico y cultural".
"Queremos que la película viaje por todo el país y por todo el mundo. Es una idea difícil, pero no imposible. Yo quiero pasar a la historia de San Antonio", afirma el cineasta independiente que no para de soñar en grande.