Crónica - El Líder de San Antonio
La familia de Marco Velázquez, el conscripto que el sábado mató a dos militares (sargento Fernando Zamorano y el cabo Pedro Benavidez) y luego se quitó la vida en la Escuela de Caballería Blindada Coronel Santiago Bueras de Iquique, está destrozada. No tienen consuelo.
Pero también impotencia. Tanto la madre como el hermano mayor del joven de 18 años acusan que le hacían bullying, que sufría maltratos y que antes él ya había intentado suicidarse.
"Yo entiendo que los mató porque lo estaban molestando, mi hermano no tuvo culpa de nada", relató uno de sus hermanos a La Estrella de Iquique.
Agregó que incluso "Marco denunció ante sus superiores que había tráfico de drogas dentro de la institución, el denunció también abusos".
Siguiendo con su relato, aseguró que "tienen que haberlo hostigado demasiado al punto de mi hermano reventar. Él estaba con depresión, trató de suicidarse y lo pusieron de guardia con un arma. No era un hombre, era un niño de 18 años (...). Sus compañeros le pegaban y él lo denunciaba a sus superiores y no hacían nada, ellos lo ponían a pelear con otros conscriptos, le daban patadas para que aprendiera a solucionar las cosas como hombres, él vivió muchos maltratos allá adentro".
Mientras que Claudia González, su madre, apunta en conversación con los medios que "después de un tiempo (de su ingreso al Ejército) le contaba a su hermano que lo molestaban, que tenía problemas con un compañero. Lo habían acusado de robo, él no había sido. Lo hicieron que peleara en el baño, lo pasó mal, le decían sobrenombres".
"En diciembre intentó suicidarse dentro del regimiento. Qué rabia tenía en su cabeza, cómo le entregaron un arma con balas. Él estaba en tratamiento sicológico que no continuaron. Él no estaba bien, me hacen ver como si mi hijo fuera un sicópata y no es así. Él era un niño bueno, era un pollito flaco y nunca más lo voy a volver a ver", sentenció.
