Nicole Guzmán Cáceres
El síndrome de Down es una falla en un cromosoma, que genera en los niños un leve retraso en su proceso cognitivo, además de una ternura única.
Hoy se conmemora su Día Internacional, y para eso, se lanzó una campaña que llama a utilizar los calcetines cambiados en señal de aprobación a la inclusión.
Germán García, director de la fundación local Talentos 21 y padre de Magdalena, de nueve años, cuenta cómo ha sido el proceso de asumir la discapacidad de su hija y la lucha por conseguir que sea integrada por la sociedad.
"Estos años han sido básicamente de aprendizaje. Han sido nueve años súper duros en cuanto al tiempo que se le dedica, lo desgastante que es sicológicamente y económicamente, pero al mismo tiempo han sido súper satisfactorios. Aprendimos de algo nuevo que no conocíamos, nos hemos llevado muchas sorpresas. Es menos grave de lo que pensábamos antes de conocer la condición", confesó.
Para el papá de Magda, la sociedad ha progresado, pero todavía falta. " La sociedad está siempre en avance con este tipo de temas. Nosotros desde que la Magda nació, conocimos la experiencia de otros papás de niños mayores, y comparado a lo que hay hoy, definitivamente estaban en pañales. Ahora los avances son significativos en comparación hace 10 años. Falta mucho por avanzar, en cuanto a cómo lo ve la gente, a cómo está la educación y los proyectos de integración. Afortunadamente, ahora hay más centros para nuestros hijos, como el que tenemos acá en San Antonio".
Laboral
El tema del empleo para las personas con Down va bastante lento para este padre. "Si bien es cierto, las empresas contratan niños, los tienen para funciones menores como fotocopias y de junior; lo hacen más que nada por un problema legal, ya que la ley les exige a las empresas tener un porcentaje de personas con discapacidad contratados", expresó.
-¿En San Antonio está más al debe que en otras partes?
-Sin duda, en regiones se queda más atrás el asunto. En Santiago existen fundaciones que apoyan a los niños hace más de 14 años. Acá nuestra fundación es la única de la zona. La creamos en 2013 porque no había nada en la provincia que prestara los servicios que requieren los niños con síndrome de Down.
-¿Cómo puede aportar la sociedad a la integración de los niños?
-Seguir creyendo en la integración. Los niños con síndrome de Down tienen discapacidad cognitiva, les cuesta aprender, aprenden más lento, pero aprenden exactamente lo mismo. Que la gente sepa que somos todos iguales, todavía se diferencia a los niños según el género y no vamos a tener diferencias en cuanto a la capacidad cognitiva, falta un montón. Pero esperamos que siga creciendo la cantidad de colegios con proyectos integrativos, que hayan más especialistas, que hayan más familias que se interioricen del tema.