Misionero mormón en San Antonio: "Hemos disfrutado mucho estar aquí"
Estadounidense Elder John Payne ha vivido dos veces en Chile. Quiso volver por su gente.
Hace 48 años John Payne -o Elder Payne, como prefiere que lo llamen-, llegó por primera vez a Chile, en su calidad de misionero mormón. Era la época de la revolución de las flores en el mundo y, en el país, el gobierno de Salvador Allende llevaba casi un año.
En ese entonces, era un joven de 19 años, para quien esta aventura de llegar desde América del Norte a un país sudamericano y desconocido, lo marcaría positivamente, durante los casi dos años de su primera estadía. Era el 2 de junio de 1971 cuando arribó a suelo chileno. Inmediatamente, lo enviaron a Ovalle, en la Región de Coquimbo. Pasarían más de cuatro décadas para que pudiera volver.
Fue en 2017 cuando regresó, ahora junto a su esposa Nyla (Hermana Payne), para trabajar por su Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Ésta ha sido fundamental para que pudiera conocer nuestro país, del cual no sabía casi nada, salvo lo que le contó un amigo, también misionero, que había venido antes.
En Ovalle se sintió como en casa. "Me gustó mucho, porque yo vivía en el Estado de Arizona, donde hay desierto. Así es que Ovalle me pareció mi casa", recuerda John.
Después se trasladó a Providencia, Los Ángeles, Viña del Mar y La Calera. "Yo conocí, en aquellos días, de Copiapó a Puerto Montt", asegura.
Payne regresó a Estados Unidos a fines de marzo de 1973. Al preguntarle cómo se enteró y qué sintió al saber del golpe de estado en Chile, prefirió no hacer comentarios. "De hecho, no quiero hablar de lo que sucedió... No quiero tener nada que ver con la política".
Por segunda vez
John nació en el Estado de Nuevo México, el 5 de febrero de 1952. Está casado hace 45 años con Nyla, más conocida como Hermana Payne, con quien tiene 6 hijos, 28 nietos y dos bisnietas.
Vivió 27 años en Arizona, donde ejerció como maestro y director de escuela. Durante ese tiempo, también fue entrenador del equipo de básquetbol masculino y femenino, vóleibol femenino, fútbol americano, béisbol y de deportes olímpicos. Luego de jubilar, regresó a Nuevo México, donde trabajó durante 10 años más como maestro de matemáticas, y obtuvo una segunda jubilación.
John volvió después de 44 años a nuestro país. Su llegada a San Antonio fue casi fortuita, pues el presidente de su iglesia les ofreció la posibilidad de viajar a esta zona, y él y su esposa aceptaron. "Nos gusta mucho. Nos gusta la playa para ir a buscar conchitas (ríe) en nuestro tiempo libre, especialmente a mi esposa", comenta.
La marraqueta
A dos meses de su nueva partida, John cuenta sus impresiones sobre San Antonio y su gente.
-¿Qué es lo que les gusta de vivir en San Antonio?
-La primera cosa que nos gusta es el clima, porque es mucho más suave que Santiago o Macul, y que Arizona, donde hace mucho calor. Vamos a volver en el verano de allá. Donde vamos a vivir hay 40, 41 o 42 grados. Acá, vivimos en un apartamento donde tenemos una vista muy bonita, en Llolleo, cerca del puente. Una cosa que me gusta mucho es que cerca de donde vivimos hay una panadería que tiene una marraqueta tan rica (ríe). Me gusta con mantequilla y mermelada.
-¿Cómo ha sido la integración con la comunidad sanantonina?
-Fácil. Trabajamos con muchos miembros de nuestra iglesia aquí, así es que ha sido muy fácil integrarnos. (…) Hemos visitado Cartagena, El Quisco, Algarrobo. Todo es tan bonito aquí, en la costa".
-¿Cómo define a los sanantoninos?
-Todas las personas son muy amables. Si tenemos una pregunta, podemos preguntar a cualquier persona en la calle, y siempre nos ayudan. Siempre nos tratan bien. De hecho, no conozco a ningún chileno que sea malo. Todos nos han tratado tan bien. Los chilenos no han cambiado desde que estuve aquí. Chile, sí.
-¿En qué se nota?
-La primera cosa que noté es que hay muchos condominios y apartamentos. No había tantos cuando estuve la primera vez. Chile es mucho más moderno. Tiene una economía muy buena. Estoy muy feliz por los chilenos".
-¿Hay algo que usted encuentre negativo?
-('Is anything bad that we found?', le pregunta a su esposa). No, yo creo que no.
-¿Les da pena irse?
-Sí, porque hemos disfrutado mucho estar aquí, amamos estar aquí, nos gusta trabajar con la gente. Pero también, no hemos visto a nuestros nietos en dos años. Anhelamos verlos; tenemos dos que no conocemos y una bisnieta, que nacieron durante los dos años que hemos estado aquí. (..) A lo mejor, volvemos algún día sólo de visita. Ahora, como matrimonio, tenemos muchos amigos acá en Chile.
"No quiero hablar de lo que sucedió… No quiero tener nada que ver con la política",
Elder John Payne, al ser consultado por el golpe militar de 1973
"Todas las personas son muy amables (...). Siempre nos tratan bien",
Elder John Payne, sobre los sanantoninos