Rodrigo Ogalde
Murió en su casa y en los brazos de su hijo homónino. El cáncer se lo llevó con crueldad y en menos de un año le quitó la vida. Fernando Saavedra Pérez vivió 57 años; la mitad de ese tiempo la dedicó al mar. El hábil contramaestre partió de este mundo el mismo día en que el puerto de San Antonio -donde él dejó una huella a bordo de los remolcadores- recordaba la postura de la primera piedra, aquel 5 de mayo de 1912. Ya nunca más volverá a surcar la bahía, su último respiro lo dio a las 05.45 horas de este fatal domingo.
"Estamos destrozados y más resignados", dijo ayer Fernando, el menor de los tres hijos que tuvo el matrimonio de Fernando Saavedra y Ximena Machuca. Sus hermanas Natalia y Lilians también lloran al patriarca.
Era octubre de 2018 y diversos malestares alertaron a Fernando Saavedra de que algo andaba mal en su organismo. Los exámenes y una operación a los ganglios hicieron que se comprobara que sufría un extraño cáncer a la piel que le provocó la aparición de tumores en distintas partes de su cuerpo. Así lo explicó su hijo Fernando, que ayer, en entrevista con Diario El Líder, no pudo contener su resistido llanto.
Su energía, siempre poderosa, se empezó a agotar. Fernando Saavedra Pérez se destacó como un tripulante de excepción y así lo saben sus colegas en la empresa CPT Remolcadores.
La grave enfermedad lo hizo sucumbir, más aun cuando su familia tuvo que organizar un bingo para costear el tratamiento de un mal que no tiene cobertura del sistema de salud. Interminables sesiones de radioterapia y la conciencia del dolor propio y el de sus seres queridos lo terminaron por aniquilar. "Tenía un cáncer a la piel y la metástasis lo tiró a la cama. Estuvo dos semanas postrado hasta que falleció, ya el 5 de abril lo habían desahuciado", explicó su hijo Fernando, quien recordó que su padre siempre trabajó con ahínco y que incluso le entregaron una medalla de honor por su dilatada trayectoria de más de dos décadas en la marina mercante.
El contramaestre Saavedra, cargo que es el tripulante encargado de hacer que todo funcione bien sobre la cubierta de una embarcación, recibirá hoy un saludo postrero de sus compañeros.
Sus restos son velados desde ayer en la capilla Nuestra Señora de la Esperanza, en Cristo Rey, donde a las 13.30 horas de hoy se oficiará una misa, para luego realizar el funeral en el Cementerio Parque Mirador, en Bellavista.
23 años fueron los que Fernando Saavedra trabajó en remolcadores en San Antonio.