Vecina de Bellavista contó el "milagro" que salvó la vida de su mamá de 76 años
El corazón de Inés Tapia empezó a apagarse lentamente. A pesar del instrumental médico, este órgano seguía perdiendo fuerza, sin embargo, pudo recuperarse rápidamente gracias a una gestión que hoy su hija agradece.
Inés Tapia tiene 76 años. Padece hipertensión y diabetes, pero salvo esas dos complicaciones médicas, hace unos tres meses no arrastraba ninguna otra enfermedad.
Se movía con agilidad en su casa de dos pisos, en Bellavista. Sin embargo, de un momento a otro empezó a cansarse con mayor facilidad y, sin importar cuánto descansaba, seguía experimentando el mismo fenómeno.
Al subir el segundo peldaño de la escalera ya estaba extenuada.
Algo estaba pasando, pero no sabían qué era.
Fue al Sapu de Bellavista y de ahí la derivaron al hospital Claudio Vicuña. Su corazón no estaba funcionando bien y necesitaba ser vista de forma urgente.
En el recinto le dijeron que estaba "estable", pero que debía verla un médico especialista. Le dieron dos opciones: esperar por una hora en el sistema público o ir de forma particular a una clínica privada.
Ante la desesperación, la familia optó por la segunda alternativa.
Pasaron pocas horas antes de volver al mismo centro asistencial. Tras ser vista por un cardiólogo, los pronósticos eran malos.
Corazón
Su corazón se estaba apagando, cada vez latía con menos fuerza. Estaba sano, pero perdía impulso a cada instante.
Le recomendaron volver al hospital. Necesitaba estar en un centro capaz de atender complicaciones cardiacas de alta complejidad, según cuenta su hija, Ana Morales.
"Entramos a Urgencias y estuvimos mucho tiempo ahí dentro. No porque se demoraran en atender, por el contrario, era porque no podían dejar de verla, de vigilarla", agrega Ana.
Su progenitora fue conectada a máquinas para mantener su corazón funcionando y, en consecuencia, a Inés con vida.
Si se separaba de ellas fallecería en cosa de minutos.
"Milagro"
"Nos estaba viendo una doctora, no recuerdo su nombre, pero intervino otro médico, Claudio Muñoz. No la estaba viendo específicamente a ella, pero quiso ayudar", relata.
"Estaban complicados porque no había ningún lugar en Valparaíso donde poder derivarla y mi mamá tenía cada vez menos latidos", dice la mujer, quien ayer llegó hasta Diario El Líder para dar las gracias por la rápida atención. Dice que quienes le prestaron asistencia fueron "ángeles" que dieron forma a un "milagro".
Ana Morales ahora está feliz. Pensó que su madre se iba de este mundo cuando se acercó al médico y, según recuerda, le dijo "ayúdenme, le va a parecer algo incoherente lo que le digo, pero es la única madre que tengo y no la quiero perder".
El médico le dijo que ante la falta de posibilidades en Valparaíso era mejor derivarla a Santiago.
Pero antes de eso "tenía que hacer un llamado".
Eran las cuatro de la mañana. Ya no recuerda bien el día, pero fue la semana pasada. "Han sido días muy intensos", recalca.
Dos horas después, a las seis de la mañana, Inés estaba internada en la clínica Tabancura, en Santiago.
Atención
El médico que intervino, según Ana, "hizo todas las gestiones" para que su madre fuera intervenida de urgencia. Necesitaba un marcapasos, un minúsculo instrumento médico que mediante señales eléctricas, regula la estimulación del corazón y mantiene la frecuencia cardíaca adecuada.
"Si llegamos una hora más tarde, no contamos esta historia", revela.
"No puedo dejar pasar esto, porque es algo bueno. El doctor fue un ángel que se cruzó en el camino, y con eso tampoco quiero dejar de lado a los demás, todos fueron muy buenos profesionales en el Claudio Vicuña. Todos hablan mal del hospital, pero yo, Ana Morales, quiero dar las gracias, porque no todo es malo", añade.
Inés Tapia, quien nunca antes había tenido un problema cardiaco, volvió a su casa y se recupera sin problemas.
"Ella todavía no reacciona, piensa que fue un sueño", prosigue Ana.
"Yo solo quiero agradecer, fue un milagro, porque los milagros no siempre son cosas paranormales. También se dan cuando se atan todos los cabos para que una persona siga viviendo", finalizó.
"Yo solo quiero agradecer, fue un milagro, porque los milagros no siempre son cosas paranormales. También se dan cuando se atan todos los cabos para que una persona siga viviendo",
Ana Morales,, hija de Inés Tapia
"No puedo dejar pasar esto, porque es algo bueno. El doctor fue un ángel que se cruzó en el camino",
Ana Morales,, hija de Inés Tapia