La funcionaria municipal de salud que lucha contra el lupus
Maritza Vásquez fue premiada en el nuevo aniversario de la Municipalidad de San Antonio por su trayectoria dentro del Cesfam de Las Lomas. En 2005 esta sanantonina recibió una noticia que le cambió la vida: le diagnosticaron lupus.
Maritza Vásquez Ubilla fue galardonada el pasado lunes 6 de mayo con un premio que la llenó de orgullo. En una emotiva ceremonia realizada en el Centro Cultural de San Antonio y que fue encabezada por el alcalde Omar Vera, esta sanantonina, de 46 años de edad, obtuvo nada menos que el reconocimiento a la trayectoria por su labor en la salud municipal, ya que en febrero pasado sumó 24 años de servicio.
"Fue una cosa muy sorpresiva y bonita, porque es algo que uno nunca se espera. Hay que pensar que se premiaba a un solo funcionario de salud de todos los consultorios que hay a lo largo de la comuna. Cuando recibí el galardón se me vinieron a la cabeza los recuerdos de toda esta trayectoria, donde he tenido momentos buenos y malos, aunque son pocos los puntos negativos durante mis 24 años de servicio", reconoce la trabajadora, que para el evento tuvo la posibilidad de invitar a su madre y a sus dos hijos, José Tomás Castillo y Jullie Fajardo. "Fue una jornada muy emotiva en lo personal", confiesa.
Actualmente, Maritza Vásquez, conocida por todos como "Pachy", se desempeña en la farmacia del consultorio Néstor Fernández Thomas de Las Lomas, que en estos momentos está funcionando en la exclínica Llolleo que se encuentra en calle Arzobispo Casanova. Allí atiende con su habitual simpatía a los pacientes que llevan sus recetas para que les entreguen los remedios para sus tratamientos. Sin embargo, cuando egresó de cuarto medio, comenzó estudiando algo muy diferente a su actual oficio.
"Estuve desde primero básico hasta cuarto medio en el colegio Fernández León, donde tengo los mejores recuerdos de mi época como escolar. Salí en 1990 y primero estudié para educadora de párvulo en el Instituto Itesa en Santiago, aunque era una carrera que no me gustaba mucho. En el colegio tenía buenas notas y el área que me gustaba era de letras y humanista, era más de leer", afirma.
Hasta que en 1994 se abrió un cupo para auxiliar de enfermería en el hospital Claudio Vicuña. Postuló y quedó finalmente todo ese año en el hospital. "Estábamos desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde, con clases en la mañana y luego práctica. Y esto la verdad que me motivó y me sentí en el área profesional que me gustaba cuando tenía 21 años", admite.
En febrero de 1995 Maritza Vásquez culminó sus estudios de auxiliar de enfermería y le ofrecieron ir a trabajar justamente al consultorio Néstor Fernández Thomas.
"Comencé haciendo de todo en el Cesfam, porque en nuestra labora somos multifuncionales. Y en el año 95 me mandaron a hacer un curso de Farmacia, por lo que estuve intermitentemente trabajando entre algunos puestos y la farmacia del consultorio, hasta que hace 10 años me dejaron dedicada totalmente al trabajo en la farmacia", relata la funcionaria que también tuvo la posibilidad de trabajar en la posta rural de Leyda, entre 1998 y 1999, donde cuenta que "había que hacer de todo. Fue una bonita pega, ya que es algo más chiquitito donde todos se conocen".
Un vuelco en su vida
Maritza Vásquez retornó de Leyda y trabajó en el Cesfam de Las Lomas hasta que en 2005 le diagnosticaron lupus. "Durante el 2004 comencé a tener problemas de salud y al año siguiente me diagnostican la enfermedad. Empecé con problemas muy raros, ya que perdía la sensación de mis manos y mis pies. Las manos se me hinchaban y quedaban moradas. Pero como no me sentía mal ni enferma, igual iba a trabajar", agrega.
-¿Cuáles fueron los peores momentos que tuvo debido al lupus?
-Mi peor etapa fue entre 2006 y 2009, donde tuve que incluso comenzar a realizarme sesiones de quimioterapia. El lupus es una enfermedad de pruebas y aciertos, así que mientras los especialistas buscaban el tratamiento adecuado se iban presentando otros síntomas sobre la marcha. Estuve muchos días también hospitalizada, ya que me atendieron por siete años de corrido en el hospital Sótero del Río. Hasta que el lupus ingresó a la lista del Plan Auge en el 2013, por lo que cuento con varios beneficios. Por ejemplo, la canasta de recetas que antes me costaba 400 mil pesos ahora la puedo adquirir prácticamente gratis, solamente tengo que comprar unos poquitos remedios.
-¿Cuánto cambió su rutina laboral debido a esta enfermedad?
-De partida el 2007 estuve ocho meses con licencia en el trabajo. Y luego me han dado cosas intermitentes, pero trato de faltar lo menos posible al Cesfam. Lo que sí cuando me dan crisis de dolor, no me puedo ni siquiera levantar. El cuerpo se siente todo adolorido, uno no quiere moverse para nada, porque duelen los huesos, no el cuerpo, ya que es un dolor interno, muy difícil de describir. Por eso que he tenido que aprender a vivir con el dolor, porque hay días que es más intenso, y si el cuerpo me imposibilita movilizarme no puedo ir a trabajar. Estas crisis son relativas, porque pueden pasar una vez al mes o cada tres o cuatro meses.
Hace varios años que Maritza Vásquez forma parte de la agrupación Lupus San Antonio, la que actualmente cuenta con más de 30 integrantes que comparten consejos y actúan como red de apoyo en varios temas que pueden ser útiles para aquellas personas que padecen esta patología.
"Nos juntamos cada cierto tiempo en el Centro Cultural, donde tenemos nuestras reuniones informativas con las demás integrantes de la agrupación. Por eso que hacemos un llamado a la gente que padece lupus a que nos contacte por nuestra página de Facebook (Lupus San Antonio), ya que así pueden tener consejos y saber cómo enfrentar esta enfermedad", reconoce la sanantonina.
Muy agradecida
En estos momentos, mantiene su rutina normal de trabajo en la farmacia del Cesfam Néstor Fernández Thomas, donde comparte las tareas junto a sus compañeras Jenny Navia, Noelia Soto y Lidia Camacho.
"Estoy desde las ocho de la mañana hasta las siete de la tarde de lunes a viernes. Tengo la suerte de que los pacientes conmigo siempre se han portado muy bien, y nunca he recibido un reclamo de parte de ellos, al contrario, como varios saben que tengo una enfermedad delicada, preguntan por mí y se preocupan de que me sienta bien", dice de forma orgullosa.
-Ha realizado una larga trayectoria de 24 años. ¿Tiene personas a las que le gustaría agradecer?
-Estoy muy agradecida de mi jefatura, desde el alcalde Omar Vera, que ha estado durante todo mi período, como también del doctor (José Luis) Hernández, además de la señorita Lilian Velásquez y Camilo Cartagena. Nosotros como funcionarios de salud podemos tener hasta 180 días de licencia médica en un período de dos años y si juntas más de esos días te pueden despedir. Y yo cuando estuve ocho meses hospitalizada de corrido me respetaron todo y volví al mismo puesto de trabajo, así que agradezco mucho eso que hicieron. También quiero destacar a mis compañeras de servicio, ya que cuando me siento un poco mal, ellas me alivianan un el trabajo y atienden al público mientras yo me desempeño en otras cosas más tranquilas.
"Empecé con problemas muy raros, ya que perdía la sensación de mis manos y mis pies. Las manos se me hinchaban y quedaban moradas",
"El 2007 estuve ochos meses con licencia en el trabajo por el lupus",
Maritza Vásquez