El científico que resolvió el gran misterio de los cráneos deformados
Antes de que se plantearan teorías extraterrestres, el ingeniero argentino Oscar Espoueys estudió y explicó estos hallazgos desde el punto de vista de la ciencia.
El descubrimiento de cráneos modificados en los trabajos de remodelación de la exisla El Alacrán, en Arica, ha dado lugar a que se valorice la labor de diversas investigaciones que por tantas décadas han realizado académicos y científicos.
Uno de ellos es el fallecido Oscar Espoueys, nacido en Argentina, el cual curiosamente era ingeniero electrónico, y llegó a Arica en la floreciente época de la zona industrial para trabajar en la fabricación y armado de televisores que iban a servir para el mundial de fútbol de 1962, una de cuyas sedes fue justamente la puerta norte de Chile.
Según contó él mismo en una entrevista, poco antes de aquel mundial los comerciantes de electrónica de Santiago trataron de importar televisores para que la gente pudiera ver los partidos, pero se encontraron con que ni de Estados Unidos ni de Japón les podían mandar aparatos que funcionaran en esa época en la televisión chilena, por la norma que habían adoptado, que obligaba a hacer un televisor modificado para las condiciones del país.
Fue así que los representantes de Westinghouse tomaron contacto con Estados Unidos y desde allá les dijeron que se comunicaran con sus representantes en Buenos Aires.
Así, con el representante en Chile, que era Sigma Donoso, se hizo un trío en que con partes venidas de Estados Unidos, Buenos Aires y algunos componentes chilenos, como el parlante, transformador y gabinete, se armaban televisores en Santiago.
Ahí , Mellafe y Salas, que era representante de Motorola, le pidió a Espoueys que, terminada la operación, les viniera a hacer una asesoría en Arica.
A los seis meses lo llamó el gerente general, pidiéndole que se viniera a Chile a hacerse cargo de la fábrica de Arica que había organizado.
Oscar Espoueys llegó en 1963, cuando la planta tenía 40 personas y más o menos 200 metros cuadrados construidos. La dejó 11 años después con casi 500 personas y del orden de 10 mil metros cuadrados.
Su hija Claudia Espoueys es quien atesora los descubrimientos de su padre en esta materia y quien señala que "existe mucho material y publicaciones de revistas arqueológicas con las investigaciones de mi padre".
La arqueologia
Pero, ¿cómo fue que el camino lo condujo a la arqueología?
Justamente, a la fábrica de televisores llegó un arqueólogo de Antofagasta ara ver si tenían cajas de cartón que le pudieran prestar para embalar el material que iban a sacar en una excavación en el valle de Azapa.
El arqueólogo le comentó al ingeniero argentino que en calle Sotomayor había un museo particular que sostenía Percy Dauelsberg, fundador del Museo Arqueológico Nacional.
Fue así que Espoueys tomó contacto con él, y le pareció interesantísimo lo que hacían y de a poco fue ayudándolos a salvar el material que, en ese entonces, con el crecimiento explosivo que estaba teniendo Arica por sus franquicias, se estaba perdiendo.
La búsqueda de sitios arqueológicos era una tónica permanente en aquella época.
Con los años, el profesional trasandino empezó a leer y aprovechó dos escuelas de temporada que hizo la Sede Arica de la Universidad de Chile, en los años 60.
De allí en adelante se hizo amigo de otro gran arqueólogo, Guillermo Foccaci, y comenzó con su trabajo de rescate de momias, llegando a poseer varias y a aportar a la investigación de ellas como es el caso de los cráneos modificados.
La hija destaca también que "mi padre hizo esto por amor al patrimonio para que esto se preservara y no se perdiera. Cuando él empezó con el rescate de piezas de los asentamientos indígenas en La Lisera tuvo que guardar en una bodega de su parcela en Azapa el material porque no existía el museo y llegó a tener 11 mil piezas arqueológicas de todo tipo que después las donó". De hecho, por toda esta labor su padre recibió el título de arqueólogo ad honorem.
Pero ¿en qué consiste esta deformación intencional craneana que hace tan particular la historia de esta región multicultural, lo cual fue investigado por Oscar Espoueys junto a otros académicos?
De acuerdo a las investigaciones y estudios reflejados en revistas científicas como "Chungará", esto "tiene como consecuencia la alteración permanente de los atributos anatómicos externos del cráneo humano".
El porqué
Según la investigación de Espoueys, es natural suponer que esto se relaciona con la obsesión por la cabeza en el Mundo Andino (cabeza ausente en algunos cadáveres de Chinchorro), trepanaciones de Paraca-Cavernas, separación secundaria de la cabeza del resto de cuerpo en entierros de Faldas del Morro, el culto al decapitador, los cráneos rituales y los cadáveres decapitados de Alto Ramírez, las cabezas-trofeo de Paracas, los complejos turbantes y atuendos cefálicos de Faldas del Morro y El Laucho, balneario de Arica. Y la variedad de peculiares gorros como los hay en forma de hongo de Alto Ramírez y los de cuatro puntas del Tiwanaku y Cabuza (en Azapa). Siendo el atuendo cefálico un marcador étnico y cultural, pareciera que se acondicionaban la cabeza para poder usar un determinado tipo de atuendo, más que adaptar el gorro a la cabeza.
Periodos
Para enfrentar el tema, Oscar Espoueys estudió las deformaciones de los habitantes de distintos períodos prehispánicos de Pisagua, una caleta al sur de Arica no apta para la agricultura y consecuentemente con una población muy aislada, de mayor pureza étnica.
Lo anterior lo hizo tratando de definir una clasificación basada principalmente en el método utilizado en las deformaciones, como una manera de identificar el componente o gatillante cultural de las mismas.
Los métodos deformadores son muy variados, con tres procedimientos básicos que pueden combinarse: cunas restrictivas que comprimen el cráneo, tablillas frontales y occipitales y vendajes circulares (llautu).
Aunque se piensa que desde el periodo Formativo y en particular durante el Período Intermedio Medio se utilizaron tablillas, pareciera que el llautu, combinado o no con las tablillas, es el elemento más utilizado en Arica y el estudio de sus variantes y combinaciones con las tablillas aportará nuevos elementos para comprender esta compleja evolución cultural.
Todo esto demuestra que la mera consideración de los estilos cerámicos y los procedimientos funerarios son insuficientes para definir la compleja interacción de las identidades étnicas de Arica y hemos de redefinir nuestra historia prehispánica tomando en consideración parámetros más complejos como la textilería, la cestería y las deformaciones craneanas.
Sitios en azapa
De acuerdo a recopiladores de esta historia, lo que sugieren las investigaciones modernas basadas en las características de los cráneos considerando parámetros dependientes o independientes de la deformación artificial, es que, si bien parece que hubo un sitio en Azapa ocupado por altiplánicos, en Arica no hubo migraciones importantes de etnias foráneas, como podría suponerse si sólo se consideran los estilos cerámicos y la iconografía.
Pareciera que las poblaciones ariqueñas evolucionan a partir de los Chinchorros (o de los anteriores asentamientos de Acha, cuyos cráneos son muy similares a los no deformados de Chinchorro) hasta los yungas del Período Intermedio Tardío, cuyas poblaciones costeras y de valles adoptaron el mismo estilo.
"Los métodos deformadores son muy variados...",
Oscar Espoueys,, en su investigación "Deformación Intencional del Cráneo en Poblaciones Arqueológicas de Arica, Chile.
"(Mi padre) llegó a tener 11 mil piezas arqueológicas de todo tipo que después las donó",
Claudia Espoueys,, hija de Óscar Espoueys.
"Mi padre hizo esto por amor al patrimonio, para que esto se preservara y no se perdiera",
Claudia Espoueys,, Hija de Óscar Espoueys.