Nadie quedó indiferente al cambio en el equipo ministerial del Gobierno
La llegada al gabinete ministerial de Jaime Mañalich fue uno de los aspectos más comentados por los parlamentarios de la zona.
Diversas reacciones en el mundo político de la región y la provincia generó el cambio de gabinete que el Presidente Sebastián Piñera realizó ayer.
El cambio se produce a dos semanas de la cuenta pública presidencial y luego de que el gobierno ha acusado de obstruccionismo a la oposición por el lento avance de las reformas en el Congreso.
En las modificaciones, el presidente Piñera designó como canciller a Teodoro Ribera, en reemplazo de Roberto Ampuero. Además, salió en Economía José Ramón Valente y fue designado en dicha cartera Juan Andrés Fontaine, quien deja el MOP.
En OO.PP., en reemplazo de Fontaine, el Mandatario designó a Alfredo Moreno, quien fue sucedido en Desarrollo Social por Sebastián Sichel, que se desempeñaba como vicepresidente ejecutivo de Corfo.
En Salud, en tanto, Emilio Santelices fue reemplazado por Jaime Mañalich, quien ejerció dicho cargo en la primera administración de Piñera.
En la cartera de Energía, en tanto, Juan Carlos Jobet, quien ejerció como ministro del Trabajo en el primer gobierno del presidente Piñera, reemplaza a Susana Jiménez.
La ceremonia no contó con la presencia de los ministros Fontaine, Sichel y Jobet, quienes se encuentran fuera del país y del canciller Ribera, quien se trasladaba desde Temuco tras su designación.
Reacciones
El Senador Ricardo Lagos (PPD), declaró que "Lo que hay es una tremenda caída en todos los atributos del Presidente de la República, en los cuales está con nota roja; y en consecuencia, acá hay un tema más estructural. Los ajustes de gabinete son para generar un punto de inflexión, entendiendo que se tiene una dificultad".
"No tenemos muchos nombres nuevos porque de los que fueron nombrados, gran parte de ellos habían formado parte del gabinete del Presidente en su primer gobierno, como ocurren los casos del nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Teodoro Ribera o el nuevo ministro de Salud, Jaime Mañalich".
La diputada Camila Rojas (Comunes) declaró que "se mantiene la ministra Cubillos y es preocupante porque el mismo Presidente cuando se detiene a hablar de educación, menciona que no se ha podido avanzar. Tenemos los antecedentes del abandono de la educación pública y hemos visto en terreno cómo no se está llevando a cabo la implementación de los servicios locales de educación. Además, el paro de profesores ha tenido la ausencia de la ministra Cubillos; entonces, si hay un estancamiento es porque la ministra no ha sido capaz de lograr avances".
El diputado Andrés Celis (RN) criticó la llegada de Jaime Mañalich al Ministerio de Salud. "Volvemos a Piñera I, Mañalich es un gran administrador, pero una persona con un carácter fuerte, es bastante terco y es capaz de decir que no al Presidente de la República. Me preocupa por los carácteres, los integrantes de la Comisión Salud tienen mucha personalidad y temo temor de que hayan algunas peleas y conflictos por las personalidades... Si yo hubiera sido el Presidente habría confirmado al ministro Santelices y hubiera hecho el cambio en la Subsecretaría de Redes Asistenciales".
El consejero regional Mauricio Araneda (UDI) dijo que "transcurrido un año de gobierno me parece muy bien que el Presidente determine hacer ajustes. Desearles el mayor de los éxitos a los nuevos ministros. La llegada de Mañalich es una gran noticia dada su experiencia".
Sergio Castro, de la Federación Democrática de Profesionales Universitarios de Salud, declaró que "la llegada de Mañalich es más de lo mismo, tiempos peores. Frente a la no consecución efectiva de sus políticas privatizadoras de la salud pública llega el nuevo ministro a arrollar con su visión de director de clínica. Va a validar los cambios que le permitan externalizar la salud pública y eliminar el último bastión de la solidaridad y seguridad social de Chile: Fonasa".
Para el diputado socialista Marcelo Díaz algunos ajustes "fueron acotados e inexplicables", especialmente con lo sucedido en el Ministerio de Obras Públicas, donde recala Alfredo Moreno, quien fuera cuestionado por su gestión en la Araucanía como ministro de Desarrollo Social, por lo que, para este parlamentario, su cambio obedece a una suerte de salvataje para mantenerlo como una carta presidencial vigente por Chile Vamos.
Jorge Gortari Romero, de la Corporación de Desarrollo de Llolleo, sostuvo que "es esperanzador el cambio de ministro de OO.PP. por cuanto el exministro Fontaine no había tenido disposición a recibir las inquietudes respecto del deficiente proyecto en licitación Ruta G-66 Camino de la Fruta. Sin desmerecer las capacidades profesionales de Juan Andrés Fontaine, en su diario quehacer ministerial demostró no tener las capacidades de comunicación hacia la comunidad, siendo su gestión prioritariamente técnica lo que estimamos demostró su baja empatía ciudadana, que finalmente fue mal evaluada por el Presidente Sebastián Piñera".
El diputado (DC) Raúl Torres dijo que "este cambio ha sido más bien nominal, carece de la profundidad suficiente para revertir los graves problemas que este gobierno ha tenido para resolver su mala gestión y pésimo respaldo ciudadano. Hubiese esperado modificaciones más sustantivas en el equipo político y en carteras claves del gabinete social. Nota aparte me merece la reincorporación de Jaime Mañalich, una especie de déjà vu que nos traslada a una gestión deficiente en el primer gobierno de Sebastián Piñera".
El consejero Roy Crichton (DC) comentó que "es un cambio doméstico más que estructural. No hace ningún cambio en el comité político por no tocar a su primo hermano que es el ministro del Interior.
"No soy una persona fácil, es evidente que parlamentarios y dirigentes manifestarán oposición",
Jaime Mañalich,, nuevo ministro de Salud
Encuesta cep
Los encuestados por el sondeo, además, evaluaron con nota roja la gestión del gobierno en diversas áreas, siendo la mejor evaluada el Transporte Público con un 3,7 y la peor, las pensiones con un 2,8. El 68% de los entrevistados dijo que el gobierno ha actuado con debilidad y el 65% planteó que lo ha hecho sin destreza, ante las presiones de instituciones, grupos o personas. En materia de la gestión del gobierno, un 25% aprobó cómo el presidente Piñera está conduciendo su gobierno, lo que implicó una caída de 12 puntos respecto de la medición de fines de 2018. El rechazo a la gestión del Mandatario, en tanto, creció 11 puntos porcentuales y se situó en 50%.