La Orquesta Sinfónica Juvenil a 10 años del inicio
La agrupación de la comuna de Santo Domingo está ad portas de celebrar una década desde que el proyecto se puso en marcha. Durante este tiempo sus integrantes han tenido experiencias inolvidables y una notable evolución.
Corría noviembre de 2009 y el maestro Pablo Yáñez comenzaba con la dirección de un proyecto que no sabía cómo funcionaría. Hasta ese momento, el futuro de la primera orquesta sinfónica de la provincia de San Antonio era una incógnita.
A pocos meses de cumplir 10 años de existencia, la agrupación musical ha sido la cuna de cientos de niños y jóvenes que han decidido dedicar los sábado de su vida a la música, formando parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil Rocas de Santo Domingo.
El colegio People Help People es el establecimiento donde se realizan los ensayos durante tres días a la semana. En el recinto se reúnen, de jueves a sábado, cerca de 160 alumnos que tocan algún instrumento en la orquesta.
"Este proyecto, en sus casi 10 años, nos tiene muy contentos, ya que tenemos muchachos que partieron en ella y hoy están en la universidad. Algunos siguen siendo parte de la orquesta y otros se dedicaron a la música. Además, entre nuestros profesores, tenemos a dos exalumnos", detalla Pablo Yáñez, director e impulsor de la sinfónica juvenil.
-¿Qué edad tienes los alumnos que participan en la orquesta?
-Tenemos un taller exploratorio con niños desde los cuatro años, hasta los más grandes de la orquesta, que están por sobre los 18 años. Además, hay que contar a nuestros universitarios que son jóvenes que partieron en la orquesta y han seguido con nosotros, entre ellos tenemos algunos de hasta 25 años.
-¿No todos los jóvenes que salen de cuarto medio se han dedicado a la música?
-No, algunos se han dedicado a áreas totalmente distintas, pero aún son parte de la orquesta, pero hay otros que se han abocado a la música.
Los nuevos aires
La Orquesta Sinfónica Juvenil ha tomado nuevos aires a medida que ha pasado el tiempo. Por lo mismo, su línea de formación ha cambiado. "Este es el proyecto más grande que hay a nivel provincial. Nos hemos concentrado en la parte formativa, logrando tener los cuatro niveles de aprendizaje", afirma Yáñez.
-¿Cuáles son esos niveles?
-El primero es el nivel Exploratorio, que se divide en niños de cuatro a cinco años y de seis y ocho. Después tenemos el nivel de Apresto, donde los niños ya tocan instrumentos de orquesta. Luego la Orquesta Intermedia, con niños de séptimo, octavo y, máximo, primero medio. Por último, está la orquesta juvenil, con integrantes de segundo medio hacia arriba, además de los universitarios.
-¿Cuál es la relevancia de tener estos niveles?
-Hay una etapa formativa que es muy importante. Aparte de la orquesta, hay grupos de ensamble y quintetos que también hacen sus presentaciones y tienen su propio repertorio. Tenemos un nivel que se llama Gran Orquesta, en el que juntamos a las tres orquestas e interpretamos un repertorio aparte. Con ellos hacemos intervenciones urbanas y cerramos los conciertos. Esto genera que de alguna forma tengamos casi cinco niveles orquestales. Esto, además, es importante porque los más chicos pueden tocar con los más grandes.
-¿Cuál es el principal enfoque de la orquesta?
-Estamos centrados y concentrados en la formación musical por niveles, paso a paso, y también en la orquesta juvenil, que ha tenido la oportunidad de tocar con Los Jaivas más de cinco veces, con Roberto Bravo, con grupos de rock sinfónico, con agrupaciones de distinta índole. Hemos hecho giras y, además, estrenado obras chilenas. Por una cosa de tiempo o trayectoria, la orquesta es la que tiene un nivel más alto, entonces de todas formas proyectamos esto pensando en un nivel profesional.
-¿Cree que tocar con artistas de renombre, como Los Jaivas, ha sido un desafío para los alumnos?
-Por supuesto, además ha sido un reconocimiento, porque para ellos tocar con este tipo de artistas no es común, menos en niños que son de comunas más pequeñas o que no son de Santiago. Son, muchas veces, oportunidades que nadie se imaginó que iban a ocurrir. Siempre hemos tenido esa visión de proyectarnos y que no quede como una orquesta juvenil donde los niños aprendan a tocar un instrumento y listo. La idea es que esto siempre trascienda, que tengan una formación integral y estas instancias de tocar con músicos profesionales.
El funcionamiento
Este grupo posee todos los instrumentos que requiere una orquesta sinfónica: violines, violas, chelos contrabajos, piano, oboe, flauta, clarinete, corno, trompeta, entre muchos otros.
Por otra parte, cuenta con una variada gama de instrumentos de percusión, como timbales, platillos y bombo, además de una práctica coral y clases de teoría musical.
"Somos 23 las personas que trabajamos en este proyecto, entre profesores y coordinadores para cubrir todos los puestos de la orquesta", detalla el maestro Yáñez.
-¿Qué días son los ensayos?
-Jueves y viernes están separados por niveles, y el día sábado están todos juntos, pero también divididos en salas por niveles. Además, el sábado se cierra con un ensayo de la gran orquesta.
-¿Siempre los ensayos han sido en el People?
-Siempre, desde sus inicios, siempre ha sido la sede de la orquesta. Esta es la única infraestructura adecuada que existe en la comuna, porque son muchos niños.
-¿Cuáles son los nuevos desafíos para la orquesta?
-Este año cumplimos una década y es un proceso importante. Estamos en conversaciones con algunos grupos nacionales para celebrar el evento y también realizaremos conciertos itinerantes por todas las comunas de la provincia y cerraremos el año con un espectáculo grande.
Los universitarios
Keila Pontigo (20) y Gabriel Olmos (25) iniciaron su vida universitaria tras salir de cuarto medio. Pontigo estudia Intérprete Musical; y Olmos, Ingeniería Civil Mecánica. Sin embargo, nunca han dejado la orquesta. Ellos son parte de los ensayos sábado a sábado.
-¿Por qué seguir en la orquesta después de salir del colegio?
-Keila: Yo me voy a dedicar a esto, entonces estar en esta orquesta igual es un apoyo, porque se pone en práctica todo lo que uno aprende. Además, este es un proyecto bonito, me gusta lo que hago
Gabriel: Por mi parte, es puro impulso del corazón, de alguna forma por mi carrera vivo en dos mundos totalmente distintos. Acá me sirve para distender un poco la vida. Me encanta ver que a la gente le gusta este proyecto.
-¿Cuál es el principal avance de la orquesta en estos 10 años?
-Gabriel: Yo creo que el compromiso del nuevo alumnado y cómo los profesores han ido cambiando y mejorando la actitud ante los intérpretes. Se ha ido diversificando. Cada vez hay menos miedo a dedicarse a la música, porque saben que hay un mundo gigante detrás.
Keila: Creo lo mismo, cuando partimos éramos solo un nivel y muy pocos alumnos; ahora uno ve que hay muchos niños y más niveles.
"Siempre hemos tenido esa visión de proyectarnos y que no quede como una orquesta juvenil donde los niños aprendan a tocar un instrumento y listo",
Pablo Yáñez,, director de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santo Domingo.
"Cada vez hay menos miedo a dedicarse a la música, porque saben que hay un mundo gigante detrás",
Gabriel Olmos,, integrante de la Orquesta Sinfónica.