Sanantonino recorre Tacna en las horas previas a la final
Tras la goleada de su selección sobre Chile en la Copa América, el ánimo de los peruanos de esta ciudad está por las nubes. Creen que esta vez sí se va a poder.
Roberto Cadagán Delgado - Desde Tacna, Perú
J uan mira atento la pantalla de televisión ubicada en el restorán "El pollo + sabroso" mientras el programa N Deportes del Canal 8 informa de los cientos de peruanos que en Lima hacen magia para conseguir un boleto que los lleve a Río de Janeiro y ver en vivo la gran final de la Copa América que Perú protagonizará esta tarde (16 horas) ante la todopoderosa selección de Brasil.
Juan tiene más de 20 años de experiencia en el servicio en restaurantes, y en este local, ubicado en plena avenida Coronel Bolognesi de Tacna, se prodiga en brindar la mejor experiencia a los cientos de seguidores del pollo a la brasa y el pollo broster, las especialidades de la casa.
Pero Juan sabe -con resignación- que llegar hasta Brasil es imposible para él. Es que desde el miércoles por la noche no se habla de nada más que de fútbol en Tacna, esta ciudad fronteriza distante a 40 minutos en taxi desde Arica (3.500 pesos el pasaje por persona) y que es frecuentada todos los días por chilenos venidos desde diversas regiones para disfrutar de las ofertas en ropa, atención dental, óptica y obvio, la gastronomía.
Gran triunfo
La goleada de la selección peruana sobre Chile en Porto Alegre aún resuena por todos lados. Se habla del triunfo peruano apenas se llega al terminal internacional Manuel A. Odria. Lo comenta también el taxista de la línea Terminal que por 4 soles (unos 840 pesos chilenos) te lleva a cualquier punto de la ciudad y lo sacan en cara los vendedores en el concurrido mercado Bolognesi.
En los quioscos se ven las portadas de los diarios: "¡Histórico!", "Te amo Perú", "Héroes del Pacífico", "¡Tráiganme a Brasil!", "¡Qué emoción Dios mío!", son algunos de los rimbombantes titulares de la prensa que reflejan un orgullo nacional, diría que patriótico.
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El taxista se llama Juan Velásquez y pasa su tarjeta por si surge la necesidad de contar con sus servicios para ir a cualquier lugar de interés mientras dure la estadía en la ciudad.
-"Oiga y de dónde viene usted señor, ¿de Santiago?", pregunta curioso.
-"Nooo, de Santiago no", le respondo. "Venimos de San Antonio"...
-"¿De San Antonio? ¿Y dónde queda eso?", agrega mientras acelera el Toyota Corolla station wagon del año 90 y toca la bocina insistentemente por las calles de la ciudad que nos recibe con un cielo nublado y 16 grados de temperatura.
-"San Antonio está a una hora y media de Santiago hacia la costa. Es el puerto más importante de Chile", le informo.
Juan responde algo contrariado: "Bah, yo pensé que el puerto más importante de Chile era Valparaíso".
-"No, eso era antes", le digo con orgullo.
Juan es bueno para conversar, es de tez morena y luce como el estereotipo que uno tiene del peruano. Es simpático. De inmediato lanza: "¿Y? ¿Vio el partido?".
Como para no darle importancia le digo que estuve trabajando y que lo vi un rato, solo hasta el gol de ese tal "Oreja" Flores... Le mentí porque pasé rabia los 90 y tantos minutos que duró el enfrentamiento.
-"Jugó bien 'Oreja', también Yotún y Gallese atajó todo... Ganó Perú y estamos en la final. Quién lo diría", comenta.
Como para echarle el avión abajo le lanzó: "Sí, están en la final, pero recuerde que Brasil les hizo cinco goles".
Juan cambia la cara y dice con un tono humilde: "Para nosotros esto es un sueño".
Al llegar al hotel, un coqueto recinto de pocas estrellas, pero que cumple con lo que ofrece, le digo a Juan: oiga, tienen que ganar el domingo sí...
-"Sí, y no se olvide de enviarme un whatsapp al número que le di por si quiere ir a Miculla, al museo del Alto de la Alianza o a los baños de Pachia".
Mercado
-"¿Son chilenos? ¿Cómo quedaron con el partido? Ahora tienen que comprar porque perdieron, jajaja", dice un vendedor del mercado Bolognesi que ofrece productos naturales como maca, té de coca, ungüentos de aleta de tiburón, wira sacha, colágeno, grasa de tortuga y muchas cosas más.
Su compañero de labores, más cauto, le dice que no moleste a los clientes, sabedor de que los turistas de Chile mueven la economía del lugar.
-"A 25 soles los polos de Guerrero, casero", ofrece una señora.
Luego en voz más baja agrega: "aunque por ser a usted se lo dejo en 20 (4.220 pesos)". Pero si uno regatea y se da vueltas buscando en las galerías tacneñas de avenida Bolognesi, las camisetas de la selección peruana se pueden encontrar por 15 soles, poco mas de 3 mil pesos.
Las tricotas albirrojas han tenido un aumento en las ventas, especialmente las de Paolo Guerrero, Jefferson Farfán y las de Edison Flores. Las ofrecen curiosamente junto a las de Gary Medel, Alexis Sánchez y Arturo Vidal, pero se pueden encontrar las de Colo Colo, Universidad de Chile, Cobreloa, Iquique, Wanderers y hasta la tricota oficial de Christianne Endler, la arquera de la selección chilena femenina. Igual 20 soles.
En una de las casas de cambio de dinero ubicadas en la avenida San Martín unas mujeres comentan: "¿Qué habrá pasado con los chilenos? No han venido, será por lo del partido jajaja...".
La televisión peruana informa permanentemente de la situación del equipo de Gareca, de la lesión de Flores, de la mesura de Zambrano que dice que aún no han ganado nada, del saludo de los tíos de "Rayo" Advíncula, de los buenos deseos de la familia de Gallese; en fin, de todos los detalles.
Pero hay algo de la personalidad de los tacneños que llama la atención. Con los que me he encontrado están felices por lo que ha hecho su selección nacional; claro, bromean un poco y les gusta hacer saber que están en la final, pero no son atrevidos ni pasados para la punta, como se diría en buen chileno. Ahí, a veces, a los seguidores de la Roja se les suelta la cadena.
-"Chile tiene buenos jugadores. Lo importante es que lleguen al Mundial. Eso sí es bonito", comenta Juan cuando atiende una mesa donde sirve un pollo entero y un cuarto más, acompañado de un plato de papas fritas, salsas varias, ensaladas surtidas y una bebida Oro (similar a la Inka Cola), todo por 53 soles, unos 10.900 pesos chilenos.
De reojo mira la pantalla de la tele y ve a los jugadores de la blanquirroja en dirección a un entrenamiento.
-"¿Le gustaría estar ahí?", le digo.
-"Claro, pero es un sueño", responde, baja la vista y se va rápido porque ya está lista otra bandeja con pollo.
"La goleada de la selección peruana sobre Chile en Porto Alegre aún resuena por todos lados".
"(Los tacneños) bromean un poco y les gusta hacer saber que están en la final, pero no son atrevidos ni pasados para la punta, como se diría en buen chileno".