Rodrigo Ogalde Cofré
Rita Álvarez (48) se ve firme y llena de energía. Pero por dentro esta mujer carga con un dolor gigante. Su hija, Zaira, de solo 9 años, está postrada desde el 16 de febrero de 2018, cuando un paro cardiorrespiratorio la dejó sin oxígeno y le provocó un daño tan grave que quedó con parálisis cerebral y la imposibilidad de moverse.
Han sido 15 meses de angustia y pena. Hasta antes de aquel triste episodio, la niña hacía su vida en forma normal. Era alumna de la escuela de Placilla, cursaba el segundo año básico, corría, jugaba y soñaba como muchas de sus amigas. Aquel día la desdicha se ensañó con esta familia. José Cabello, el padre, que es pescador artesanal, Rita y las otras dos hijas, Pilar (25) y Krisna (15), tuvieron que juntar fuerzas y luchar contra la desesperanza y la enfermedad.
Zaira estuvo internada nueve meses en el hospital Carlos van Buren de Valparaíso. En noviembre pasado regresó a su casa en la calle Pedro Aguirre Cerda, de la población de René Schneider, en Bellavista. Ahí pasa sus días de infancia postrada en un catre clínico que un buen hombre les donó a sus padres. Aquella cama que Rita le pidió al Estado chileno llegó tarde, pero la solidaridad de un microempresario hizo la pega que otros no cumplieron.
Mientras Rita Alvarez nos cuenta su historia, Zaira duerme plácidamente, ayudada por los medicamentos que usa para reducir sus convulsiones.
Para mejorar la movilidad de su hija, que presenta evidentes secuelas en su cuerpo, Rita quiere pagar los servicios de un kinesiólogo, profesional que cobraría unos 30 mil pesos por sesión. Ella, que no está afiliada a Fonasa, dice que para costear eso no le queda más opción que realizar eventos a beneficio como pescados fritos o lotas.
"Estamos organizando un bingo para pagar las terapias particulares", dijo Rita, quien invitó a los sanantoninos a participar en el evento solidario que se realizará el próximo 3 de agosto, a partir de las 19 horas, en el colegio Movilizadores Portuarios. El valor de la adhesión es de 2.500 pesos.
"Mi marido es pescador de merluza, pero sale dos o tres veces por semana. Con eso no alcanza para pagar todo lo que necesitamos en la atención de nuestra hija. Hay que comprar pañales, leche Ensure y muchos medicamentos. Además de todos los gastos en útiles de aseo", confirmó.
Un sueño
La enfermedad de Zaira ha sido un golpe fuerte para su familia, sobre todo porque ha solicitado apoyo a empresas y políticos de la zona, sin embargo, no ha obtenido respuesta.
Pero la tragedia pudo ser peor. Rita agradece que su hija haya sobrevivido y aunque ella tenga que dormir a saltos y atenta a las crisis que sufre constantemente su hija, es feliz mirándola y cuidándola. Su amor de madre es eterno, más poderoso que cualquier mal.
"Ahora queremos recuperar su movilidad, la comunicación con nosotros", recalcó Rita Álvarez, quien no pierde la fe.
"La gente me ve bien, pero yo estoy así porque tomo medicamentos, estoy con tratamiento de sicólogo. Me aferré a Dios y le pido todos los días que nos ayude, a veces decaigo al verla así porque como mamá es duro todo esto. Ella era una niña normal y súper inteligente. Creo que Dios la dejó por un propósito", manifestó la progenitora. Una conexión cómplice entre ambas basta para que esta mujer se llene de energía y pueda seguir luchando por su regalona, la menor de sus hijas.
Los que quieran ayudar a esta familia pueden comunicarse con Rita Álvarez al teléfono 997582415 o también hacer depósitos a la cuenta RUT de ella, número 115522556-1. Todo aporte servirá y va a ser un alivio para esta madre y su pequeña hija.
"Me aferré a Dios y le pido todos los días que nos ayude, a veces decaigo al verla así porque como mamá es duro todo esto",
Rita Álvarez