Grave se encuentra el dueño
Alfredo Díaz fue internado de urgencia en el hospital Claudio Vicuña, donde ayer pudo salir del riesgo vital. Su familia ora por su pronta recuperación.
del restaurante "El Checo"
Internado en el hospital Claudio Vicuña permanecía hasta ayer en estado grave el dueño del restaurante "El Checo", Alfredo Díaz Herrera (80).
El hombre, de 80 años y conocido como "El Checo", presentó diversas complicaciones de salud tras ser operado de los problemas que tenía en la articulación de uno de sus brazos. Tras esto bajó drásticamente de peso y evidenció mareos y presión baja. Así lo contó a Diario El Líder uno de sus hijos, el entrenador de fútbol Teodoro Díaz.
La noche del miércoles a Alfredo Díaz "se le reventó una úlcera" intestinal, por lo que fue llevado en ambulancia hasta el hospital Claudio Vicuña.
"El jueves en la mañana llegó grave al hospital, donde se dieron cuenta que tenía una anemia, un problema renal y a la próstata. Ahora está saliendo de eso", reveló, en la tarde de ayer, su hijo, quien confirmó que el jueves estuvo en riesgo vital.
"Hoy (ayer) día amaneció un poquito mejor y está estabilizado dentro de su gravedad", añadió el conocido "Teo".
Alfredo Díaz está casado con María González López (70) , con quien tiene cinco hijos. Ambos son los impulsores del restaurante "El Checo", que deleita paladares con sus cazuelas que eran la predilección del fallecido antipoeta Nicanor Parra, quien se transformó en un asiduo visitante del lugar.
"Espero que mi papá se recupere pronto. Confiamos en Dios en que así será porque somos una familia muy católica y hemos pedido harto por él desde el jueves en la mañana", expresó "Teo" Díaz.
"El Checo" fue galardonado por la Municipalidad de San Antonio como personaje pintoresco de esta ciudad. El hombre, a sus ocho décadas de vida, valoró ese reconocimiento que le dio el Concejo Municipal.
Falta su alegría
Aunque el restaurante "El Checo" mantiene abiertas sus puertas pese a la enfermedad que afecta a Alfredo Díaz, sus cercanos admiten que esta joya de la gastronomía chilena no es lo mismo sin la alegría que él le da. En los últimos años, el local se convirtió en un centro de reuniones de portuarios, vecinos, ejecutivos, jubilados, migrantes y trabajadores de toda índole. También ha albergado a eventos musicales y fiestas familiares.
Así, este recinto ubicado en la calle Balmaceda es un espacio que recuerda parte de la bohemia de antaño que tanto maravilló a las primeras generaciones de ciudadanos sanantoninos.