Bordadoras de Isla Negra exponen en el Bellas Artes
Labores de las artistas son expuestos en el museo. Director del recinto dijo que "se trata de un trabajo de artífices que, sin poseer una formación convencional, alcanzan una calidad y una intensidad que ha entusiasmado".
Isla Negra no es solo poesía. Sus afamadas bordadoras, quienes han salido al mundo a exponer sus trabajos, cumplen 60 años de labor y el Museo Nacional de Bellas Artes les ha abierto sus puertas para que expongan su extenso imaginario, el que hoy forma parte del patrimonio cultural chileno.
"Bordar el desborde" lleva por título la exposición de estas mujeres, quienes guiadas hace seis décadas por su mentora Leonor Sobrino, supieron con lanas y sacos arpilleros plasmar la realidad que las rodeaba.
Estas artistas han logrado que sus trabajos hayan sido exhibidos en el Institute of Contemporay Arts de Londres, Inglaterra (1972), Galerie du Passeur and L'Espace, de Paris (1972), y en la Bienal de Sao Paulo, Brasil (1973), por citar algunos.
Hace 50 años, cuando Nemesio Antúnez era director del Museo Nacional de Bellas Artes (1969), una decena de bordadoras lucieron sus obras de desbordante colorido. Muchas de ellas ya no están, sin embargo dejaron un legado de belleza que trasciende en el tiempo. Hoy, sus trabajos, muchos de ellos con más de 30 años de existencia, conforman el catálogo a exhibir.
Calidad
El director del museo de Bellas Artes, Fernando Pérez Oyarzún, dijo que la categoría de "arte ingenuo" (naif) a la que este tipo de labor ha sido asociado, no le hace necesariamente justicia. "Se trata de un trabajo de artífices que, sin poseer una formación convencional, alcanzan una calidad y una intensidad que ha entusiasmado, desde un inicio, a doctos y profanos".
La exposición, que fue gestada gracias a la Fundación Eladio Sobrino, cuenta con el auspicio del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y también de la Universidad de Chile, entidad esta última que fue representada por la periodista, Faride Zeran, vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, la que acerca de las bordadoras comentó: "A pulso han trazado su trabajo, el que no se rige por reglas, ni técnica alguna, y que usan llamativos colores en sus trabajos; el que distingue a su localidad y al país; tienen cuerpo y piezas para sentir".
La exposición "Bordar el desborde" estará presente hasta fin de noviembre en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Tradición
Los inicios de las bordadoras se remontan al año 1966, cuando Leonor Sobrino junta a un grupo de 20 mujeres en una de las agrupaciones de vecinos de la localidad para enseñarles economía doméstica. Ella, a su vez, pensó que si les enseñaba a las mujeres a tejer en el telar, podrían vender su artesanía.
Los elaborados textiles realizados por las bordadoras de Isla Negra forman parte del patrimonio cultural por su laboriosidad y colorido, por lo ingenuo y simple del trabajo en sencilla arpillera, dibujada y colmada de puntadas que recrean -con miradas candorosas y honestas - la cotidianeidad de la vida de la localidad de la provincia de San Antonio.