El profesor gallardino Aníbal Jeria dejó las salas de clases tras 48 años dedicados a la educación
El pasado 1 de marzo puso fin a su larga trayectoria este docente que fue director en tres establecimientos de la comuna: su querida escuela de Lo Gallardo, la escuela Villa Las Dunas y el colegio Movilizadores Portuarios.
Una de las anécdotas que más recuerda el profesor Aníbal Jeria Vera ocurrió durante sus días como director de la escuela de Lo Gallardo. Producto de las subidas del río Maipo, en más de una ocasión el agua entró al recinto escolar e inundó las salas.
"Hace años que eso no pasa, porque el río ya no tiene el agua que traía antes. Pero teníamos que amarrar todas las cosas a los pilares de la construcción y nosotros prácticamente salir arrancando. Cuando el río bajaba hacía el mismo efecto de un sopapo, entonces se llevaba todo, por eso que teníamos que dejar todo amarrado", hace memoria el docente que este año dejó de ejercer su profesión después de 48 años dedicados a la educación de la comuna de San Antonio.
Justamente su carrera empezó en la escuela de Lo Gallardo, la misma en donde su padre, Aníbal Jeria Vargas, trabajaba como auxiliar. "Nací en Santo Domingo pero a los 4 años debido al trabajo de mi padre nos trasladamos a Lo Gallardo y vivíamos al lado de la escuela. Hice ahí la educación básica hasta sexto básico y posteriormente pasé a estudiar al liceo Fiscal, que actualmente es el Juan Dante Parraguez", recuerda.
Una vez egresado del liceo Fiscal, se fue a estudiar a la Universidad Católica de Valparaíso la carrera de profesor de educación básica con mención en Historia. "Apenas tuve el diploma del título, con el que ya se podía ejercer, me vine a trabajar a la escuela de Lo Gallardo, ya que fue una decisión personal. Era una escuela que pocos conocían en mi carrera, sin embargo, para mí era volver al mismo lugar donde había estudiado, donde había acompañado hasta a mi padre a hacer el aseo de las salas. Llegué como profesor, luego pasé a ser inspector y terminé como director de la escuela. En total estuve más de diez años trabajando en este establecimiento", detalla con nostalgia.
-¿Qué significó para usted volver a la escuela donde estudió de chico?
-Algo muy lindo, que tiene una explicación también, ya que yo conocía a toda la gente ahí, aparte que con los niños que iban en la escuela salíamos a cazar, a andar en bote, a pescar, hacíamos muchas actividades, pero ellos entendían que en la escuela tenían que mantener el respeto y eso se dio siempre.
A las dunas
Tras una década en la escuela de Lo Gallardo, un llamado de la alcaldesa de aquel entonces, Lucía Menares, lo trasladó hacia el sector de Barrancas.
"Llegué como director a la escuela Villa Las Dunas. Durante el tiempo en el que estuve en Lo Gallardo tuve que realizar varios cursos para el puesto de director. De hecho, mi exjefa me matriculó cuando estaba en la escuela de Lo Gallardo y ahí comencé a ir a clases para interiorizarme del cargo", cuenta el docente.
-¿Qué recuerda de su paso por la escuela Villa las Dunas?
-Tuvimos importantes hitos en la escuela: fuimos los primeros en suscribirse a la Jornada Escolar Completa, algo que no existía aún en San Antonio. Llegamos de una matrícula de 300 alumnos a tener 450. Y otra cosa importante fue que en la escuela se hicieron cursos para educadoras de párvulos, las que antes eran apéndices de la educación básica. En cambio, a partir de esas generaciones se transformaron en parvularias y escuelas independientes de la básica. En total egresaron 62 parvularias, las que en su mayoría actualmente son directoras. Por eso digo que fue un buen paso la escuela Villa las Dunas, donde se hizo una buena formación.
Un nuevo desafío
En la escuela Villa las Dunas Aníbal Jeria fue director hasta el año 2008, cuando nuevamente comenzaría otro desafío escolar. "Como era el director municipal más antiguo, tuve que ir a hacer un sumario al colegio Movilizadores Portuarios y finalmente me quedé hasta marzo de este año como director", recuerda.
-¿Qué fue lo mejor de estos 11 años como director en el Movilizadores Portuarios?
-Pudimos promover la construcción de un nuevo edificio, ya que la escuela no podía trabajar en una sola jornada, sino que teníamos dos jornadas y quedábamos con muchos alumnos que no iban a clases. Cuando llegué había una matrícula de 300 alumnos y, según las últimas cifras, actualmente hay 990. Además que antes la escuela era solamente básica y ahora va de prekínder hasta cuarto medio.
Fin a la docencia
La rutina en el colegio Movilizadores Portuarios de Aníbal Jeria contemplaba un horario desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde, para posteriormente estar, entre las 7 de la tarde y las 10 de la noche, a cargo de la jornada nocturna para sacar cuarto medio.
"La nocturna era para todos los trabajadores portuarios y padres de los mismos alumnos que sacaban cuarto medio con nosotros. Era un promedio de 30 alumnos que salían por año. Muchos de ellos hoy trabajan y aprovecharon esta escuela nocturna. Yo siempre creí que esto era lo más justo para que las personas tuvieran más posibilidad de desempeñarse en el ámbito laboral", reflexiona.
El pasado 1 de marzo, de forma voluntaria, Aníbal Jeria se presentó a retiro, dejando atrás nada menos que 48 años entre salas de clases y oficinas de dirección. "No quise volver a repostular, de hecho, había ganado otros tres concursos ya para estar como director, pero esta vez no opté por aquello", asegura decidido.
-¿Qué cosas le gustaría hacer ahora que tendrá más tiempo libre?
-Actualmente estoy descansando en mi casa de Alto Mirador y la verdad que este año pude acompañar durante cuatro meses a mi madre, Maclinia Vera Mella, que estaba ya delicada de salud. Ella, lamentablemente, falleció pero se fue lúcida y tranquila. Lo bueno es que la acompañamos cerca de 25 familiares que estuvimos durante cinco minutos todos juntos para despedirla.
-¿Ha aprovechado de juntarse con amigos o personas que no veía hace tiempo?
-Claro, de hecho, siempre estoy yendo a Lo Gallardo cuando alguien está enfermo o pasa algo. Aún está la casa donde vivíamos con mis padres y voy a limpiarla una vez a la semana. Me siento de Lo Gallardo, porque a toda la gente adulta que tiene menos de 60 años yo le hice clases, entonces conozco a todos los gallardinos.