Estallido social por malestar ciudadano acabó en caos y saqueos en San Antonio
Jornada de protesta comenzó en absoluta paz pero devino en una serie de enfrentamientos y ataques a tiendas comerciales de Barrancas y el sector céntrico sanantonino. Carabineros detuvo a siete personas.
Casi a la misma hora que el Presidente Sebastián Piñera anunciaba, en cadena nacional, que se suspendía el alza en la tarifa del pasaje de Metro, en San Antonio las manifestaciones comenzaban a decaer. Eran las siete de la tarde y algunos microbuses y taxicolectivos empezaron a transitar por la avenida Barros Luco, donde aún había barricadas encendidas y cientos de piedras como vestigios de la refriega con Carabineros que se había iniciado cinco horas antes.
La protesta, que se organizó vía redes sociales, partió al mediodía en la Plaza de Armas de San Antonio. Ahí se reunieron más de dos mil personas. Se podía ver a familias completas, adultos, niños, adolescentes y ancianos, todos molestos por un sistema que, recalcaban, es injusto y afecta a los más desposeídos.
"De norte a sur, de este a oeste, daremos la pelea, cueste lo que cueste", gritaba la gente en un ambiente que se caracterizaba por la total tranquilidad y por la nula presencia de encapuchados. Los manifestantes se dispersaron por distintas calles del centro. Quienes no marchaban, apoyaban el reclamo de los demás.
El dirigente social Carlos Contreras era uno de los que llevaba en sus manos una pancarta. "Aquí está el clamor del pueblo, donde seguimos luchando por tanta injusticia. Nos han robado de muchas maneras, nos han robado el agua, la salud, la educación y ahora nos robaron el litio. El costo de todo es muy grande y lo estamos pagando los trabajadores", dijo este sanantonino cuando recién comenzaba la marcha.
El mismo Contreras después defendió a los cuatro carabineros que empezaron a ser agredidos por un grupo de exaltados que les lanzó monedas cuando la manifestación aún mantenía su perfil familiar frente a la plaza.
Los trabajadores portuarios, que se plegaron a la jornada de protesta, también intervinieron para evitar que los policías recibieran agresiones.
En total paz, la columna de personas se dirigió hasta Barrancas, donde se desplegaron sobre la plaza Manuel Soiza. Mucha gente, al ver pasa a los manifestantes, expresaba su emoción. "Despertó San Antonio", gritó un trabajador que, alegre, se sumó al descontento que evidenciaban miles de ciudadanos.
Patricia Rodríguez viajó desde El Tabo para marchar en San Antonio. Su sentir parecía el de cientos de los que allí estaban. "Todos somos víctimas de este sistema, hay una clase media, pero es pobre, es una clase trabajadora explotada y estamos acá para derrocar este gobierno que nos tiene ya cansados", afirmó la mujer.
En Barrancas la manifestación perdió su rumbo. Lo primero que pasó fue el ataque al cuartel de la Primera Comisaría de Carabineros de San Antonio. Sujetos encapuchados apedrearon a los ocho policías que, afuera de dicha unidad, miraban desde lejos el devenir de la protesta.
No conformes con eso, los exaltados rompieron la insignia institucional que colgaba del frontis de la comisaría, rayaron los muros y echaron abajo el portón del estacionamiento del cuartel. En forma paralela, otros destruyeron algunos ventanales del edificio de la Gobernación Provincial. A partir de ese momento, cuando ya eran las dos de la tarde, las familias se restaron de la protesta, que se transformaría en una larga refriega entre Carabineros y manifestantes.
Las escaramuzas se repitieron por distintas calles de Barrancas. Carabineros intervinó con gases lacrimógenos. Y así los encapuchados se multiplicaron y empezó una tensa tarde. El estallido social, validado por el malestar ciudadano que argumentan con peso miles de chilenos, tendría en San Antonio dos caras: una marcha pacífica y luego una insólita oleada de saqueos y violencia.
Hubo cinco horas de constantes enfrentamientos. Mientras los manifestantes se replegaban hacia el norte por la avenida Barros Luco, Carabineros avanzaba para controlar los desmanes. En medio de esa situación, los encapuchados apedrearon los ventanales de las oficinas de Chilquinta, de la sede de la diputada María José Hoffmann y de todas las sucursales bancarias de Barrancas. Lo más complejo fue el incendio que afectó al supermercado Tottus, que también fue blanco del vandalismo. Bomberos, que se había acuartelado desde las 11 de la mañana, concurrió a apagar las llamas, mientras evacuaban al personal de Tottus, lo que se logró en menos 30 minutos. No se reportó de heridos.
Saqueos
En el centro San Antonio, hubo saqueos de farmacias, bancos, multitiendas y el local de WOM. Además desconocidos destruyeron la bencinera Copec de Puertecito. Recién a las siete de la tarde, Carabineros pudo despejar Barros Luco, pero seguían las barricadas y ataques al comercio en el centro de la ciudad.
El presidente de la Cámara de Comercio Detallista, Rafael Letelier, miraba desde su bencinera la imagen de una ciudad que parecía sitiada. Visiblemente afectado, no quiso comentar los hechos, solo atinó a confirmar que desde hace muchos años que no se veía tal nivel de violencia en las calles de la ciudad puerto.