El Sansón pehuenche que canta ópera
Miguel Ángel Pellao le ganó a la pobreza y a la discriminación para triunfar en la música clásica. Los europeos se rindieron ante su voz.
Impecable terno gris acompañado de una reluciente camisa blanca, mediana estatura, tez morena y una larga cabellera tomada. A primera impresión, de esas hechas al voleo, parece estar más cerca de asimilarse al popular Américo que a un tenor clásico del siglo XX, como Plácido Domingo o José Carreras. Pero al subirse al escenario y soltar los primeros tonos de su potente y envolvente voz, deja más que en claro que calidad de cantante lírico tiene de sobra y para repartir.
Su nombre es Miguel Ángel Pellao, tenor pehuenche originario de la comunidad Callaqui, del Alto Bío Bío, quien maravilló a toda Italia con su calidad vocal, luego de ser alumno por cerca de seis años del prestigioso Conservatorio "L. D"annunzio" de la ciudad de Pescara, lugar donde dice que vivió experiencias que no sólo lo hicieron crecer como cantante, sino también como persona.
"Italia, entre otras cosas, se conoce como la tierra del bello canto. Estar ahí para cualquier cantante es lo máximo, porque es un país donde están los mejores compositores de la lírica y están las óperas más conocidas, está la base para estudiar. Estar en Italia, haber conocido otro mundo, otro país, su rica cultura, para mí fue un paso importante para el desarrollo personal y profesional dentro de lo que hago, la música clásica", dice el cantante.
Sansón en Italia
Pero Pellao no tan sólo destaca en el mundo de la música clásica por su voz. Gracias a su origen pehuenche, sumado a su larga y lisa cabellera, logra marcar un sello propio, que él mismo trata de remarcar y explotar siempre en sus presentaciones: nunca ha negado sus raíces y deja en claro que, a pesar de los viajes y el aprendizaje que pueda obtener de la cultura europea, siempre valorará su origen.
El cacique de voz profunda e imponente que emergió del Alto Bío Bío, en Europa seguirá siendo un tenor de pelo largo, un Sansón aborigen, orgulloso miembro de pueblo originario.
"Siempre he tenido el pelo largo y es de alguna manera una forma para identificarme con lo que soy. Nuestros antepasados llevaban el pelo largo para demostrar que eran fuertes guerreros, y yo me identifico así, de esa forma, teniendo el pelo largo. Quizás es como la historia de Sansón, si me llegan a cortar el pelo, capaz que se disminuyan los poderes de mi voz", bromea el carismático tenor.
Difíciles inicios
Tras nacer en el Alto Bío Bío, el pequeño Miguel Ángel, destinado por nombre a ser un artista y pasar por Italia, tuvo una infancia difícil marcada con sucesos tristes y desafortunados. Su padre falleció muy joven y él debió radicarse en un hogar para estudiantes indígenas en el pueblo de Santa Bárbara.
Eso lo mantuvo alejado de su madre por mucho tiempo, situación que finalmente terminó forjando el temple y la disciplina del tenor.
"Este hogar en Santa Bárbara era muy falto de recursos, hasta que llegó una familia de Bélgica a apoyar económicamente. Después de varios años, cuando esta familia vuelve a Europa, me deja un paquete con varias cositas. Entre eso venía un casette que llevaba por nombre "Grandes cantantes del Siglo XX", el cual incluía grandes intérpretes como Plácido Domingo, Pavarotti y los cantantes más reconocidos a nivel mundial. Ahí parte mi amor por la música clásica, aunque antes también cantaba música popular de aquel entonces, desde Mijares a René Inostroza, esas canciones que se escuchaban en aquel entonces en los pueblos chicos", relata.
Además de la pobreza y la falta de sus padres, Pellao tuvo que sortear las dificultades que de vez en cuando se presentan por llevar siempre por delante su origen pehuenche. De hecho, en los escenarios suelen poner una bandera chilena a un lado y la mapuche al otro.
La discriminación y los prejuicios fueron los primeros grandes enemigos en su carrera artística.
"Allá en Italia jamás viví alguna situación de discriminación, pero lamentablemente aquí en Chile, varias veces. La viví ahora cuando grande, pues como llevo mi pelo largo, la gente no lo ve como algo normal, entonces te encasillan. Dicha situación la he vivido en bancos, supermercados e incluso la viví una vez en una institución pública del Estado donde me atendieron muy mal, justamente por un tema étnico. Pero bueno, son cosas con las que tenemos que aprender a vivir. Hay gente que todavía no aprende que las culturas originarias son para quererlas y no para odiarlas", sostiene.
"En Italia fui invitado dos veces a la RAI (canal de televisión público), justamente para conversar sobre las problemáticas que aquejan a los pueblos originarios. El programa se trataba de eso, de ver y cubrir los problemas de las minorías étnicas de varios países en el mundo. Acepté participar y entregar mi experiencia porque me siento orgulloso e identificado de mis raíces, de pertenecer a las comunidades indígenas. Por eso mismo me hago llamar el tenor pehuenche y no el tenor chileno, es mucho más simbólico", finaliza Pellao.
De vuelta
El camino del tenor rebelde hacia el reconocimiento no fue del todo fácil. Miguel Ángel tenía todo en su contra: una carrera musical donde muy pocos llegan al éxito, un look fuera del canon tradicional establecido para un cantante clásico y los típicos prejuicios de muchas personas que tienden a discriminar a las personas de las etnias originarias. Aún así, el pehuenche construyó solo el camino hacia su crecimiento como artista y a tocar el ansiado éxito.
"Partí estudiando canto lírico cuando se me da una beca para entrar al conservatorio Vivaldi de Concepción. Estuve ahí cuatro años, estudié con el maestro Mateo Palma, después me fui a la Universidad de Chile, ahí estuve como tres años. Luego que empecé a manejar contactos, conocer gente, amigos en Santiago, gente del medio, tuve la opción de que Inti Illimani me invitara a hacer algunas cosas, también Max Perrou, Juan Azúa, que falleció y era un gran amigo, y también el Tío Valentín Trujillo. Y así empecé a conocer más gente, hasta un profesor que me hizo clases particulares. Después de eso me fui a Italia el 2006, la mayoría del camino recorrido lo hice sin beca, porque lamentablemente en nuestro país las becas son bien mezquinas. A veces hay que buscar las oportunidades no por el lado de las instituciones que te la pueden dar, hay que buscárselas por sus propios medios", aseguró.
Tras años de perfeccionamiento en técnica vocal en Europa, el intérprete de piezas musicales clásicas, se encuentra de vuelta en el país, principalmente para ofrecer sus conciertos, los que realiza junto a su esposa, la pianista y directora de orquesta Carolina Arredondo, con la que mantiene un relación hace más de tres años.
"Nuestros antepasados llevaban el pelo largo para demostrar que eran fuertes guerreros, y yo me identifico así".