La nueva promesa del SAU que busca abrirse paso en el fútbol profesional
Matías Herrera es un talentoso volante de creación que creció admirando a David Pizarro. Con 18 años espera ganarse pronto la titularidad en los lilas y luego dar un gran salto. Esta es su historia.
Mónica Vásquez cuenta que su hijo Matías Francisco Ignacio Herrera prácticamente nació con un balón en los pies. A los dos años de vida el pequeño Matías ya andaba haciendo sus primeras piruetas con la que se transformaría en su inseparable compañera durante sus 18 años: la pelota.
Mónica supo de inmediato que su primogénito había nacido con un talento innato para el fútbol. "Desde muy chico le gustaba andar detrás de la pelota. Era muy pelusón", dice la madre en el comedor de su casa de calle Copiapó, en Barrancas.
Con apenas 5 años Matías ingresó a una escuela de fútbol de Santiago Wanderers en la comuna de Quinta Normal. La habilidad, la rapidez y el talento de su zurda deslumbraron a todos. Por eso, apenas cumplió 12 años fue integrado a los cadetes de los caturros en Valparaíso. Matías se fue a vivir a una pensión en Playa Ancha donde compartía con otras promesas del semillero del decano del fútbol chileno.
Durante dos años fue titular indiscutido en las sub-12 y sub-13 de Santiago Wanderers. "En esa época ni siquiera sabía que estaba en las cadetes de un equipo de Primera División. A mí lo único que me importaba era jugar", comenta el novel futbolista.
Matías tenía un próspero futuro, pero la lejanía de su madre, que ya se había venido a vivir a San Antonio junto a su pareja, el ex futbolista del SAU Felipe Zegarra, le pasaron la cuenta. Un día no soportó la soledad y se vino a San Antonio. Nunca más quiso volver a Valparaíso.
En San Antonio siguió entrenando por su cuenta y tuvo un fugaz paso por el club José Luis Norris. "Nunca perdí la esperanza de convertirme en jugador profesional, porque sé que tengo las condiciones para llegar alto. Una vez me fui a probar a Colo Colo, con casi mil chicos de mi edad, pero no quedé", recuerda.
Uno de sus grandes problemas era su diminuta estatura. Era más chico que los niños de su edad y eso le restaba protagonismo en las pruebas masivas. Pero talento y técnica había de sobra. Por eso nunca se desanimó, más aún cuando se pegó un estirón que lo elevó por sobre el 1,75 metro de altura.
A principios de octubre del año vino su gran oportunidad. Hubo una prueba masiva en San Antonio Unido y Matías fue uno de los 23 elegidos para formar la serie juvenil del club que participaría en el Fútbol Joven de la ANFP. Aunque ese equipo nunca jugó de manera oficial, en febrero de este año el excadete de Santiago Wanderers, junto a otro volante juvenil, Mauro Lizama, fue subido al primer equipo lila, lo que coincidió con la llegada de DT Luis Pérez a la conducción técnica.
el presente
En estos últimos siete meses ha estado entrenando a la par de sus compañeros, esperando una oportunidad para demostrar sus condiciones dentro del campo de juego. "Estoy entrenando al máximo para ganarme la posibilidad de jugar. Quiero poder llegar a la banca en el corto plazo y, si me toca la posibilidad de jugar, aprovecharla al máximo para mostrarle al profe Pérez que puedo ser una buena opción para el equipo", confiesa el zurdo.
-¿Cuál es el jugador que más admiras?
-Me gusta mucho David Pizarro. Él es un referente para mí. Yo también soy de enganchar, encarar y habilitar a los compañeros. Gol no tengo mucho, aunque a veces salen algunos por ahí. Yo soy más de habilitar a mis compañeros.
A principios de este mes recién se desvinculó de Santiago Wanderers y selló su incorporación oficial al plantel del SAU. La semana pasada, de hecho, recibió su primer bono, algo que lo llena de orgullo.
"Estoy contento porque sé que este es el primer paso para lograr las metas que me he propuesto en el fútbol", asegura este reconocido hincha de Colo Colo.
-Alcanzar la titularidad en el SAU y después emigrar a un equipo grande de Santiago, ojalá a Colo Colo.
-Ha sido extraordinario estar al lado de Kalule, a quien veía jugar en Colo Colo junto a Arturo Sanhueza. Es cuático estar entrenando con él después de haberlo visto tantos años por la televisión.
-¿Cómo es Kalule en la interna?
-Es muy amistoso y simpático. Siempre está tratando de enseñarnos cosas técnicas a los más jóvenes.
-Noooo, no tengo nada que decir de él. Es una gran persona.
-Es lindo tener un técnico con tanta trayectoria, porque te puede enseñar muchas cosas. Luis Pérez ve el fútbol de una gran manera y es una persona muy observadora.
Matías tiene claro que hoy día no basta con ser bueno para la pelota para llegar alto en el fútbol, y por eso está concentrando sus esfuerzos en fortalecerse físicamente. "Estoy consciente que el camino del futbolista es largo y difícil, pero estoy dispuesto a recorrerlo y a esperar mi oportunidad, porque confío en mis condiciones. Estoy contento en el SAU porque es un grupo muy unido y que quiere lograr cosas importantes".
