¡Quéeeeee!: Impresionante hallazgo de gigantesco tiburón de 5 metros en el Litoral Central
"Nunca había visto algo así", dijo sorprendido José Moraga, quien lleva más de 40 años como pescador en El Quisco. El ejemplar ya fue vendido a San Antonio.
Poco antes de las 10 de la mañana de ayer Pablo Berroeta Pizarro se subió a su bote en la caleta de El Quisco y fue en busca de las redes que había puesto la noche anterior para pescar cojinobas. Navegó poco más de un kilómetro por la orilla de la costa hasta que llegó al lugar indicado. Tiró las redes, pero no pudo subirlas al bote. Algo muy pesado había en ellas.
Entonces miró hacia el agua y vio con asombro a un gigantesco y extraño pez que se encontraba muerto en medio de sus redes. Era imposible llevárselo por sus propios medios. Así que volvió a la caleta, le pidió ayuda a uno de sus colegas y entre los dos botes lo remolcaron hasta tierra firme.
Al llegar, el impresionante pez se convirtió en todo un espectáculo para los casi 70 pescadores y otros tantos trabajadores que laboran en la caleta de El Quisco.
"Llevo más de 40 años como pescador y nunca había visto un pescado así. Algunos dicen que es un pejevaca; otros que es un tiburón ballena. Yo me inclino por el pejevaca", comentó ayer, todavía impresionado, José Moraga (57), presidente del Sindicato de Pescadores de El Quisco.
El ejemplar, que fue encontrado muerto a unos 50 metros de la costa, midió casi cinco metros de largo y pesó unos 700 kilos, según contó el propio Moraga.
-¿Y qué hicieron con el pescado?
-Hoy mismo (ayer) lo vendieron a San Antonio. Ya debe estar servido en alguna mesa como albacora, jajaja.
-¿Y cuánta plata le sacaron?
-Eso sí que no lo sé. Sólo sé que acá quedamos todos asombrados.
INOFENSIVO
Tan impresionado como Moraga quedó el conservador del museo de San Antonio, José Luis Brito. Tras ver las fotografías, entregó su análisis: "Es un tiburón peregrino (cetorhinus maximus), que también se conoce como tiburón sexto o pejevaca, por su ancho. Es el segundo tiburón más grande del mundo".
El ecologista manifestó que es una especie absolutamente inofensiva para el hombre y que en su etapa adulta llega a medir hasta 14 metros de largo.
"Hace algunos años hice un estudio y hay una treintena de registros en nuestro país. Se encontró uno en San Antonio en la década del "50 y otro en Algarrobo en febrero de 1989. Recorre la costa buscando plancton, su alimento", explicó.
Es una especie absolutamente inofensiva para el hombre y que en su etapa adulta llega a medir hasta 14 metros de largo" José Luis Brito, conservador del museo