Desde el más allá le avisó a su mamá que le quemaron animita
Esta no es la primera vez que vándalos destruyen animita de joven atropellado en El Quisco.
El pasado miércoles Erika Marín estaba limpiando el patio de su casa, en la ciudad de Coyhaique, en la Región de Aysén, cuando sintió un ruido muy fuerte que venía desde el interior de su vivienda.
No pasó ni un minuto cuando un segundo ruido, mucho más fuerte la volvió a asustar.
"Pensé que había llegado mi hija, pero miré al estacionamiento y su auto no estaba. Por la puerta de la cocina entré a la casa y cuando voy llegando al comedor veo a mi hijo Andrés sentado. Estuvo cerca de quince minutos sentado mirándome", relató Erika.
"Me hacía señas y me decía que no quería estar solo. Me puse a llorar. En un momento pensé en irme con él, pero el cariño a mis nietos y en especial a la hijita de Andrés me hicieron recapacitar", contó muy triste Erika.
Desesperada llamó a su marido para contarle que algo pasaba con Andrés porque en su aparición intentaba decirle algo.
"Cuando mi marido llegó me comuniqué de inmediato con mi hermana que vive en El Quisco para ver si podía ir a la animita de Andrés y ver si estaba todo bien. No pasaron ni quince minutos cuando ella me llamó para contarme que la animita de mi hijo había sido incendiada. Le pusieron algo en el interior y ésta se quemó".
"A veces pienso que me estoy volviendo loca y que la muerte de Andrés me está superando, pero mi nieto, de dos años, también ve a mi hijo. Siempre dice que su tío está con él y le da besitos a las fotos que tengo en la casa y le dice chao", detalló.
Desafortunadamente esta no es la primera vez que la animita de Andrés Mariñanco es víctima de un ataque.
A las pocas semanas de la instalación de la animita, en calle Isidoro Dubournais, justo en el lugar donde el joven de 24 años murió atropellado la madrugada del 31 de diciembre de 2012, desconocidos la arrancaron de cuajo.
"Esta no es la primera vez que la animita de mi hijo es dañada...la otra vez la arrancaron de cuajo. Sólo dejaron una cruz. No saben el daño que hacen con todo esto, pero las personas que hicieron esto deben tener claro que aunque destruyan la animita de mi hijo un millón de veces, yo la voy a volver a levantar una y otra vez", dijo firmemente Erika.
"No sé quién pudo haber sido y tampoco quiero culpar a nadie porque no tengo pruebas, pero no descansaré hasta saber quién está jugando con nuestro dolor", recalcó.
