Quisqueño quiere recuperar el recuerdo de su abuelo que peleó en dos guerras
Oscar Urquieta Vargas recuerda a su familiar que fue veterano de la Guerra del Pacífico y de la Guerra Civil de 1891 en las que fue protagonista.
Es enero de 1881, la Guerra del Pacífico cumple su tercer año y el conflicto se ha alargado más de lo que cualquiera de las partes hubiera esperado.
El ejército chileno al mando del general Manuel Baquedano avanza hacia Lima después de enfrentar a las fuerzas peruanas que defienden su país con todo lo que tienen, pero que en las cercanías de la capital esperan emplear todo lo que les queda.
El próximo choque será en el sector de Miraflores. Es el paso previo para la entrada del ejército chileno a la capital peruana.
Pero las cosas no se ven fáciles. El enemigo engrosado con milicias alcanza a los 5 mil hombres decididos a defender su patria y su gobierno.
Los chilenos -según historiadores sobrepasaban los 10 mil- avanzaron sobre las fuerzas peruanas decididos a terminar de una vez por todas con esta contienda.
La lucha fue cruel. Miles de muertos por ambos bandos y miles también los heridos. Las bajas peruanas fueron 3.000 y las chilenas 2.214 hombres.
Pero el bando chileno derrotó al peruano y quedó sólo a unos kilómetros de Lima, el objetivo final de la campaña y cuyo control -esperaban- sería clave para la victoria final en la Guerra del Pacífico.
Miles de chilenos resultaron heridos en estas últimas refriegas del conflicto bélico. Algunos no se recuperarían nunca, otros quedarían marcados para siempre y otros, resultarían con heridas que en el corto plazo se recuperarían.
Uno de estos últimos afortunados fue Antonio Urquieta Marcoleta, del regimiento Coquimbo. Un soldado que realizó gran parte de las campañas en esta contienda bélica y que formaría parte de los héroes recordados de esta gesta histórica, pero que nunca alcanzó el reconocimiento de los libros de historia, de los monumentos o de las placas conmemorativas.
recuperación
Esa memoria, esa experiencia es la que quiere recuperar el quisqueño Oscar Urquieta Vargas, nieto de Antonio Urquieta y que hoy está orgulloso de todo el legado histórico de su familiar.
Pero no es un camino fácil. Todo comenzó con el libro que su abuelo escribió "Recuerdos de la vida de Campaña en la Guerra del Pacífico" y donde el soldado vertió toda su experiencia y todos los aspectos de lo vivido en combate.
Actualmente existe un solo ejemplar de este texto, el que está microfilmado en la Biblioteca Nacional.
Oscar Urquieta Vargas contó que "esto es motivo de orgullo para nuestra familia. Mi abuelo luchó en todas las campañas que llevaron a la conquista de Lima y todo esos recuerdos los puso en el libro. Es un verdadero tesoro el que está en la biblioteca, pero sería muy interesante tener algún día ejemplares en papel para que quede evidencia de todo lo vivido".
-¿Toda la experiencia de su abuelo se conversaba en su familia?
-Mire, cuando era niño no entendía mucho de lo que se trataba, pero siempre supimos lo que había hecho mi abuelo. No es algo común, ya no quedan muchos descendientes tan directos de los soldados que participaron en la Guerra del Pacífico y yo soy nieto de uno de ellos.
-¿Qué recuerdos le quedan de su abuelo?
-Lo que tenemos es esta foto (imagen de la izquierda) en la que aparece fotografiado tras la conquista de Lima. El resultó herido después de las batallas de Chorrillos y Miraflores y luce su uniforme con un quepí con las letras R C, del regimiento Coquimbo. Esa fue una de las batallas más grandes que ha visto el continente y por eso se recuerda.
-¿Qué contaba de lo vivido en la guerra?
-Siempre supimos que él era de La Serena y que se enlistó en el regimiento Coquimbo, tras conocerse las noticias del combate naval de Iquique. Hay que recordar que después de conocerse la gesta de Prat y sus hombres, muchos chilenos se incorporaron como voluntarios en las unidades militares del país. En una de esas estaba mi abuelo y se fue como soldado al norte cuando tenía menos de 25 años. Ah, la noticia de la muerte de Prat se conoció de una manera muy particular.
-¿Cómo fue eso?
-Claro, recuerde que de la Esmeralda hubo muy pocos sobrevivientes. Uno de ellos fue el guardiamarina Zegers quien se comunicó por carta con su padre cuando estaba preso. El fue quien recordó en esas hojas las palabras con las que Prat arengó a sus hombres.
-¿Oiga y qué fue de su abuelo?
-Mire, es bien curioso, porque tras la experiencia en Perú regresó al país y siguió ligado al Ejército, pero pronto se vio envuelto en otra guerra.
-¿Otra vez, cómo es eso?
-Claro, porque tras regresar a Santiago, se encontró con el paso de los años en el gobierno de Balmaceda como parte del ejército en la guerra civil de 1891. Allí se mantuvo fiel al gobierno del Presidente de la República José Manuel Balmaceda.
-¿Y qué le pasó?
-Bueno, como estaba en el bando que perdió debió buscar otros horizontes. Hizo diversas labores hasta que falleció en La Serena donde está sepultado.
-¿Cómo le gustaría que se le recuerde a su abuelo?
-Como lo que fue, como un hombre que luchó por la patria y que participó en dos guerras. No muchas personas pueden contar eso y hoy más que nunca lo valoramos.
-¿Cómo va hacer para recuperar ese pasado?
-No sé, empezaría primero por recuperar esos volúmenes del libro que escribió mi abuelo. Sería muy bueno que sea parte de nuestra historia. Hoy en día no hay nada que lo recuerde por lo hecho como parte del ejército en la lucha de la guerra, sólo hay una placa donde aparece su nombre, pero espero que no se pierda en el tiempo.
Esfuerzos
Oscar Urquieta Vargas se avecindó en El Quisco porque es un enamorado del Litoral Central. Allí aprovecha de leer todo cuando pueda sobre la Guerra del Pacífico, los libros de la historia de Chile de Leopoldo Castedo y de Francisco Antonio Encina donde espera encontrar en alguna de sus páginas algún párrafo que haga referencia a su abuelo.
-¿Está orgulloso de su abuelo?
-Imagínese. Hace poco veía en un diario a bisnietos de los soldados del ejército de Chile en la Guerra del Pacífico. Yo soy nieto de un veterano de guerra; y no sólo de una, sino que de dos. ¿cómo no estarlo?
"Mi abuelo escribió el libro 'Recuerdos de la vida de Campaña de la Guerra del Pacífico' y sólo hay un ejemplar microfilmado".
