El sicólogo Giorgio Agostini, mítico sanador de celebridades y quien, además, influyó con su sabiduría en la redacción de la Ley de Violencia en los Estadios, se puso a analizar la situación médica de los colocolinos. Meditó en torno a los sucesos de esta semana: sumó la invasión agresiva al entrenamiento del lunes y agregó los últimos desmanes del miércoles. Con pesar, pero a la vez sin otra opción, Agostini concluyó que la hinchada colocolina padece depresión.

-Sí, es un fuerte trastorno depresivo.

-¿Qué tan grave es, Giorgio?

-Es complejo. Ya ha derivado en una neurosis colectiva.

-¿Esta enfermedad se puede complicar más?

-Es probable. Noto que la depresión de la hinchada tiene elementos casi psicóticos. Está con una distorsión para expresar la rabia.

Ocurre que el lunes dos encapuchados amenazaron a un mediocampista que no ha convertido muchos goles. Y el miércoles, a primera hora, un conjunto de hinchas llegó al estadio y no pudo adquirir su entrada para el Superclásico. La razón es que el fanatismo se puso digital: ahora las entradas sólo se venden por Internet. Sin tarjeta de crédito no hay asiento. Y la venta no está dirigida a cualquier colocolino, sino que a aquellos seguidores que fueron forzados a inscribirse en el sitio de Blanco y Negro. El resultado de esta medida es que a las 10 de la mañana del miércoles 400 hinchas tuvieron un brote psicótico.

Enfermos

Afortunadamente, al cabo de las horas, retornó la cordura. No la de los hinchas, sino la de los dirigentes. Tras una gestión realizada en el Sernac por Raúl Labán (Corporación), Blanco y Negro también deberá vender entradas a los socios del club.

Agostini cree que a raíz de una acumulación de fracasos, los colocolinos están neuróticos. "El hincha aspira a sentirse victorioso, si eso no ocurre empieza a descargar de mala forma su frustración. Le dice al jugador: tú eres el culpable, por ti soy infeliz, entonces te agredo a ti y al club".

Quedaban sólo minutos para el término de la práctica de ayer en Colo Colo y el atacante Emilio Hernández remató al arco y sintió una fuerte molestia en su cuádriceps derecho.

Tras el entrenamiento, el delantero caminó hacia el sector de vestuario del estadio Monumental con evidente rostro de dolor y rengueando. Se pensó lo peor, de cara al Superclásico del domingo frente a Universidad de Chile.

Incluso el doctor del cuadro albo, Roberto Yáñez, no descartaba que el formado en la U sufriera un desgarro.

Sin embargo, y tras realizarse los exámenes de rigor durante la tarde, estos arrojaron que Hernández sólo sufrió un edema.

Desde el club albo informaron que el atacante podría llegar al lance ante los azules, y que será evaluado hasta horas antes del lance.

Hasta ayer, Hernández asomaba como titular en el tridente que prepara el técnico Héctor Tapia, el que también integrarían José Pedro Fuenzalida y el ya recuperado Nicolás Canales.

Otro que también no tendría problemas en llegar al pleito ante los laicos será el defensa Sebastián Toro, quien tiene una pequeña molestia a la altura de la pelvis.