Tras 34 años pololeando se casaron para compartir juntos hasta el final
Pareja de pololos, ambos de 76 años, dieron el sí en la localidad de San Sebastián.
Tuvieron que pasar más de 34 años para que don Fernando Acevedo Polanco se atreviera a dar el paso más importante de su vida: pedirle matrimonio a su eterna enamorada, la hermosa Juana Antileo Calliuqueo.
Por eso que la expectación en el pasaje Montemar en la localidad de San Sebastián era alta.
"Fue un amor fulminante, nos conocimos y supimos que nos amábamos, Pero yo no sabía la sorpresa de que Fernando aún era casado, aunque no vivía ya con su ex mujer", recuerda doña Juana Elena.
Hasta San Sebastián llegó una jueza para oficializar la ceremonia por el civil que realizaron el pasado viernes, a la que asistieron todos los amigos de la pareja, además de los 7 hermanos Valenzuela, los cuales fueron adoptados prácticamente como hijos por el ahora matrimonio Acevedo Antileo.
"Nosotros conocemos a don Fernando desde que éramos muy chicos, y cuando supimos que estaba con Juanita, nos alegramos mucho, y lo que más le repetimos es que la cuidara y la respetara, porque es una mujer demasiado buena", señala Erica Valenzuela, quien fue una de las que organizó la boda del año.
pura alegría
Apenas la jueza dijo las palabras mágicas "puede besar a la novia", el rostro de don Fernando Acevedo se convirtió en pura felicidad.
Muy coqueto besó a su ahora esposa Juanita, y juntos recibieron los aplausos y el cariño de sus amigos que estuvieron acompañándolos.
"Estoy muy emocionada, ya que la intención siempre era casarnos, pero por una u otra cosa no podíamos y así pasaban los años. Por eso que estaba ansiosa previo a la ceremonia, pero salió todo bonito, así que solamente queda agradecer", afirma la señora Juana.
Actualmente don Fernando Acevedo trabaja durante los fin de semana en el restaurante "El Rincón Marino", y ha tenido algunas complicaciones de salud que le reafirmaron sus ganas de casarse.
"No quiero morir soltero", afirma lleno de risa el hombre de 76 años, quien más tranquilo una vez consumada la ceremonia civil, aseguró que "pese a que no estábamos casados, siempre fuimos una pareja unida. Vivimos tranquilos y siempre que podemos nos venimos a tranquilizar a la orilla del mar en San Sebastián, que nos gusta mucho".