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Así fueron los últimos días del "cura Tato" en Santo Domingo

El exsacerdote José Andrés Aguirre Ovalle falleció ayer en Santiago y vivió siete meses en la comuna parque con su padre.
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Siete meses vivió José Andrés Aguirre Ovalle (56) en Santo Domingo, luego de que el 26 de noviembre de 2012 fuera dejado en libertad tras los diez años que pasó en la cárcel acusado por nueve casos de abusos deshonestos a menores y un caso de estupro.

El "cura Tato" se trasladó hasta la comuna parque apenas fue liberado y residió en la casa de su padre hasta junio de este año, cuando su salud empeoró y debió ser derivado a un asilo en la Región Metropolitana.

A las 3.50 horas de ayer el exsacerdote falleció en el hospital Del Salvador tras un paro cardiorrespiratorio, que se pudo gatillar tras la distrofia miotónica muscular que sufría desde hace años.

Debido a esta enfermedad degenerativa José Aguirre pasó sus últimos meses de vida postrado y utilizando una silla de ruedas para trasladarse.

Dado esta misma condición es que había subido mucho de peso y por ello se le dificultaba aún más trasladarse y eso agravaba su padecimiento.

Remigio Fuentes, quien cuida de la casa ubicada en calle Del Parque número 98 desde hace años, contó que los últimos días del "cura Tato" en Santo Domingo estuvieron marcados por su demacrado estado de salud.

"La habitación suya estaba en el segundo piso y por ello la casa no era la más adecuada para que él estuviera cómodo y pudiéramos trasladarlo. Estaba en silla de ruedas y había subido mucho de peso. Desde que llegó nunca salió de la casa porque le costaba movilizarse", explicó Remigio.

El hombre contó además que "apenas supimos de la muerte, el papá de José se fue de inmediato a Santiago y allá se llevará a cabo el velorio y el funeral", contó.

Chocolito

Chocolito

Por su parte, el párroco de Santo Domingo, Ricardo "Chocolito" Reyes, expresó que el "cura Tato" oraba mucho y que no salía de su casa. "Sus familiares y amigos lo venían a visitar (...). Él estada casi postrado", manifestó.

Además el sacerdote expresó que "no somos nadie para juzgarlo ni condenarlo. Ya está descansado en paz tras su difícil enfermedad".

Frente a la condena por abuso deshonesto contra menores de edad Ricardo Reyes concluyó que: "Si él cometió errores en esta vida, Dios tiene que ser misericordioso" .

José Aguirre fue sentenciado en 2003 a 12 años de presidio en la cárcel Colina I por los vejámenes perpetrados entre 1998 y 2002, cuando estaba a cargo de la iglesia San Isaac Bogues, en Quilicura. El buen comportamiento que tuvo durante su estadía en el Centro de Atención Sistemática en Tratamiento y Rehabilitación (Asistyr) le permitió que se rebajara su pena en 24 meses, recuperando su libertad en noviembre de 2012.

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