La reina de las murgas de San Antonio que defiende el derecho a votar de los transexuales
Alejandra Pradón es una figura que llama la atención en el Carnaval de Murgas y Comparsas de la ciudad.
Alejandro se mueve con soltura por los pasillos de la escuela España de Llolleo para buscar la mesa donde le corresponde votar.
Mira los letreros, sube unas escaleras hasta que encuentra la sala donde le corresponde emitir su sufragio.
No sería nada raro que Alejandro pudiera votar en una elección presidencial y parlamentaria. Es más, es uno de los pocos electores que acuden a las urnas a emitir su opinión voluntariamente.
Nadie le dice nada a Alejandro, no hay enfrentamientos. Quizás uno que otro susurro a sus espaldas con comentarios al oído.
Pero este proceso no siempre fue así para Alejandro, más conocido en San Antonio y los alrededores como Alejandra Pradón.
Alejandro es un transexual que asumió su condición de homosexual hace largos años y que decidió enfrentar la vida como mujer. Claro que una mujer en cuerpo de hombre.
Reconoce que siempre se sintió una fémina, que nunca le atrajeron las entretenciones de los niños, que no era asiduo a los juegos bruscos y todo lo relacionado con los "machos" a determinada edad.
Por el contrario, todo el tiempo se sintió diferente. No un niño como los demás. Se sentía mujer.
Con la madurez y con medios propios decidió intervenir su cuerpo para adquirir formas femeninas.
Pechos, caderas, pelo y pestañas largas. Ropa ajustada, maquillaje. Hoy Alejandra mira el mundo como Alejandro.
Años atrás, el simple hecho de ejercer su derecho ciudadano en una votación era todo un problema. ¿Cómo votar en una mesa de varones siendo una mujer por fuera?
Los comentarios, las miradas indiscretas y las risas burlonas eran lugar común.
Pero eso -dice- ya pasó. Por fin pasó.
Hoy Alejandra Pradón defiende el derecho a votar como se siente, como ella dice ser.
¿Discriminación?
Alejandra Pradón contó que "las primeras veces que fui a votar tuve problema al entrar al lugar de votación, ya que me decían que las mesas de las mujeres estaban en otro lugar. Me acuerdo de un encuentro con un uniformado que me paró al ingreso. Le dije: mírame a los ojos, me saqué los lentes y le reiteré que yo votaba ahí. El, muy sonrojado, me respondió lo siento, pase. Jajajaja. Yo toda cocoroca entré jajaja".
-¿Sigue siendo importante votar?
-Sí. En realidad me da lo mismo en qué mesa votar. Si es de hombres o mujeres. La gracia es votar porque todos tenemos ese derecho. No importa si eres transexual u otra opción.
-¿Confías en que los políticos defenderán tus derechos?
-Por eso hay que votar. Así exigimos que cumplan lo que prometen. Ahora, aunque votemos igual nos cagamos de hambre, igual hay que pagar cuentas, igual hay que deslomarse trabajando para poder seguir adelante. Esa es la verdad. Mientras la gente del Gobierno se llena los bolsillos con sueldos extremadamente grandes, el pobre y el de escasos recursos tiene que seguir luchando con un sueldo de 210 lucas. Creo que los políticos deberían cumplir lo que ofrecen, ya que nunca lo han hecho al 100%
-¿Hay discriminación?
trans
-Los tiempos han cambiado. Diría que no hay discriminación como antes. De hecho hay una concejala que es trans en Valparaíso.
La vida
Alejandra es una persona con sentido del humor. Responde cada pregunta con su toque sarcástico y, a veces, de doble sentido. No cae mal, es simpática y eso la hace enfrentar la vida con la mejor predisposición.
Aunque en ciertos periodos de su vida, la situación no haya sido fácil.
-¿Cuándo te asumiste como gay?
-Cuando le conté a mi madre, aunque las mamás ya lo saben todo, por eso a lo mejor le dicen brujas, jajajaja. Antes de que uno les cuente algo ya saben. En 1998 participé en el primer Miss Gay San Antonio. Le costó asumirlo, pero hasta el día de hoy me apoya. Siempre me cuida al igual que mis hermanos, familiares y amigos de infancia.
-¿Cuándo pasaste de ser Alejandro a Alejandra?
-A los 20 años hice un cambio en mi vida visual. Me desaparecí por un tiempo y volví convertida en Alejandra.
-¿Alguna vez trabajaste en la calle?
-Trabajar en el comercio sexual es algo sólo para gente valiente y decidida. Una ve la realidad de la noche y la bohemia a lo cual nunca me pude acostumbrar. Lo hice por necesidad, para sobrevivir. Nunca por monería o por tener dinero para droga o alcohol, como otras personas que sí trabajan para costear esas cosas.
-¿Se puede decir que tuvo algo de bueno?
-Hubo cosas buenas. Conocí mucha gente. Pude salir de eso después y darme cuenta que no era lo mío.
-¿Lo malo?
-Lo peor fue ver una dura y triste realidad de la noche, tráfico de droga y gente que está en malas condiciones de vida durmiendo en la calle. Mucha delincuencia. Muchos me conocían y me cuidaban porque sabían que no era mala persona. Eso lo agradezco ya que muchas veces me vi rodeada de peleas en locales nocturnos. Espero nunca más volver a pasar por eso.
-¿Nunca más?
-Hummm. Lo volvería a hacer sólo si es por una necesidad muy grande. Nada más que por eso.
Alejandra se pone triste y reflexiva. Dejar atrás ese episodio en su vida la pone melancólica, aunque orgullosa de ahora estar en otra realidad.
No crucifica a quienes ejercen el comercio sexual en la calle. "Son valientes y capaces de hacer cosas que muchas veces una no quiere o con quien no quiere. Yo lo hacía con quien yo quería. Si no me gustaba la persona, no lo atendía" .
las murgas...alegría
Uno de los puntos por los que Alejandra Pradón es conocida en San Antonio es por su participación en el carnaval de murgas y comparsas. Allí participa con la murga de Bellavista, siempre luciendo trajes llamativos y provocadores. Ella disfruta de las peticiones de fotografías de grandes y chicos. A todas responde con una sonrisa. Los piropos los acepta y -a veces- los comentarios malintencionados le resbalan.
"Siempre participo en las murgas; además, tienen que andar locas como nosotras en las murgas, si no, no son murgas jajaja", cuenta riendo.
Más seria dice que se siente valorada en los grupos donde ha participado (Tejas Verdes, Las Acacias de Llolleo y Cerro Bellavista). "Me han apoyado y cuando no he podido salir, se siente mi ausencia, por lo que dicen algunos de mis compañeros", relata.
-¿Qué es lo que más destacan tus amigos respecto de esta experiencia?
-A la gente le gusta la creatividad de cada uno de mis trajes, los cuales creo sola. En cada salida son dos vueltas y me presento con dos trajes. En las presentaciones finales muestro los trajes más grandes.
-¿Todo es bueno?
-En general sí. Lo que encuentro vulgar son los hombres que tratan de vestirse de mujer y se ven horribles. Las mujeres no son un chiste. Si se van a vestir de mujer háganlo bien, ya que nos sacamos la cresta para mostrar algo bonito para parecernos a lo más hermoso que hay en este mundo que son las mujeres creadoras de la vida. No dejemos mal el arte de un buen transformista y el de la mujer.
el corazón
-¿Actualmente tienes pareja?
-No tengo pareja, ya que los hombres que han pasado por este cuerpo juvenil y virginal, jajaja, nunca supieron valorizarme. Me gustan las relaciones serias y duraderas. Siempre siendo fiel, aunque un pastel del puerto me engañó con algo feo después de estar juntos ocho años, jajaja. Sin comentarios ni nombres porque soy una dama y una dama no tiene memoria.
-No, pero me da mucho miedo sufrir. He tenido depresiones e intentos de suicidio por miedo a sentirme sola y no amada. Me di cuenta que eso no es necesario. Hay mucha gente que sí me quiere y me ama de verdad y de corazón. Ahora lucho por mí y por ver crecer a mi sobrina que es mi regalona. Lucho por mis cosas y por seguir demostrando el bello arte de un homosexual, ya que no todas somos iguales. Hay malas copias y buenas personas como yo.
"He participado en concursos de belleza y siempre me ha ido bien"