Multitudinario adiós a estudiante que se suicidó
Familiares, vecinos y principalmente jóvenes llegaron hasta la capilla para despedirlo.
Ni el frío, ni lo temprano de la ceremonia fueron impedimento para que decenas de amigos y familiares llegaran a despedir a Eduardo Guevara (15), el joven estudiante del Instituto Comercial (Inco) que el pasado miércoles decidió quitarse la vida.
Los asistentes, en su mayoría jóvenes, escoltaron a pie el cajón desde la casa de Eduardo hasta la capilla Nuestra Señora de Guadalupe de Bellavista.
Esta última no dio abasto para recibir a todos los que llegaron a darle un último adiós a Eduardo, quien se llevó a la tumba el motivo de su drástica decisión.
Sus compañeros del club Huracán durante todo el responso realizaron una guardia de honor en torno al cajón y fueron ellos quienes lo cargaron a la salida de la capilla.
"Nunca lo vamos a olvidar, si lo llevamos en el corazón él siempre va a estar a nuestro lado", dijo su hermana Dania, emocionada durante la ceremonia.
Sus profesoras del Instituto Comercial lo recordaron como un joven alegre. "Era extrovertido y muy divertido, era de esos niños que quieres retar en la clase, pero al final no te puedes enojar con él. Lo vamos a echar de menos", comentó Paola Araya, su profesora de Biología.
"Es difícil pensar que ya no va a estar, pero sabemos que nos va a acompañar siempre, sobre todo a sus compañeros que son un curso muy unido", relató Natalia Farías, profesora de Inglés del Inco.
La madre de Eduardo, Patricia Venegas, agradeció entre lágrimas a todos quienes acompañaron a su familia en la despedida de su hijo, e hizo un emotivo llamado a los presentes.
"Cuiden a sus hijos, pregúntenles siempre qué les pasa. Yo le preguntaba, pero él era muy para adentro. Y les pido a sus amigos que no lo olviden", dijo.
En medio del funeral de Eduardo, el sacerdote Jorge Yáñez hizo un fuerte llamado a los presentes y especialmente a los jóvenes.
"Que esto no vuelva a suceder. Vivir la vida a concho también significa la preocupación por mi amigo, no sólo en el carrete, sino una preocupación integral. Aquí (en la capilla y con las hermanas) tienen un lugar de encuentro para buscar soluciones juntos y darle sentido a sus vidas. Siempre deben preguntarse: ¿Qué puedo hacer por el otro?", comentó el sacerdote.
"que esto no vuelva a suceder"