La historia de la hermosa joven salvavidas de la playa Chépica de El Tabo
Lola se maneja como pez en el agua y desde hace cinco años mantiene la certificación como salvavidas oficial de su comuna natal.
En medio de la ceremonia de lanzamiento de la temporada estival del Plan de Protección Civil de Playas y Balnearios realizado ayer en El Quisco se destacó la presencia de una joven salvavidas entre los asistentes. En medio de decenas de marinos, autoridades locales, concesionarios y salvavidas estaba Teresa Guerrechea Farías, una bella muchacha de grandes y brillantes ojos verdes.
Ella estudia Radiología en Valparaíso y ayer precisamente tenía una prueba importante, pero no podía faltar a esta ceremonia. "Me llegó la invitación de la Armada y no podía faltar", dijo.
Desde que tenía 16 años trabaja como salvavidas en una playa que se ha caracterizado este año por ser una de las más complicadas, la playa Chépica de El Tabo. "Fue la que tuvo más rescates en la temporada pasada, seguido de Las Gaviotas y de Cartagena", comentó.
Hoy a sus cortos 21 años de edad, ya cuenta con la experiencia suficiente para desenvolverse como una de las mujeres salvavidas más destacadas de la comuna. "Por lo general las mujeres que hacen el curso de salvavidas se dedican a trabajar en piscinas, pero yo siempre me he desempeñado en esta misma playa", argumentó.
Como hija de un vendedor ambulante de la misma playa donde hoy trabaja, Teresa vivió prácticamente toda su niñez junto al mar. Así cuenta que no sabe exactamente cuándo aprendió a nadar, pero que nadie le enseñó. "Desde que tengo uso de razón, exactamente no sé, pero aprendí a nadar en esta misma playa sola, mientras mis papás trabajaban. Siempre estuve metida en el agua. Siempre me ha gustado estar en la playa todo el día y todo el verano", sostuvo.
"Cuando era chica los salvavidas me echaban si me veían muy adentro, porque me metía sin traje, sin aletas. Nada. Pero con el tiempo ya me fueron conociendo y ahora soy parte del equipo", agregó.
A estas alturas de su vida ya le ha tocado estar del otro lado y es ella quien saca a los niños imprudentes que se arriesgan demasiado.
Pero como su relación con el mar es de amor y pasión, ella dice que conversa mucho con los niños y jóvenes que se dedican al body. "Como esta playa tiene harto oleaje, vienen muchos chicos que hacen body y yo trato de incentivarlos para que sigan metiéndose al agüita, pero que lo hagan siempre con respeto".
Cualquier veraneante que disfrute de esta concurrida playa de El Tabo podrá apreciar la belleza de esta joven, ya que su cabello largo, alta estatura, cuerpo esbelto y lindo rostro llaman la atención en cualquier lugar.
Cuando aún estaba en el liceo, Teresa no tenía en sus planes dedicarse al trabajo de salvavidas, sin embargo, sus padres la impulsaron para hacer el curso de la Armada. Lo hizo y aprobó todos los exámenes, lo que no se esperaba era que para esa misma temporada la llamarían a trabajar de inmediato.
"Nunca voy a olvidar ese día, porque apenas llegué a la playa, instalé las banderas, puse la escalera y cuando subí a la torre vi inmediatamente alguien bañándose muy lejos. Estaba sola y era mi responsabilidad, así es que comencé al tiro con mi primer rescate como a las 11 de la mañana", detalló.
A pesar de haber comenzado su memorable primer día de trabajo con una inusual jornada, Teresa dice que los siguientes días empezaron a regularizarse y durante las mañanas el movimiento era más tranquilo.
Esta lola dice sentirse orgullosa de su trabajo y cree que nunca lo dejará. "Es mi vocación, porque arriesgo mi vida por otros. Eso no tiene precio", argumentó.
Pero su vida de adolescente continuaba y tenía que seguir yendo al colegio, en el que se desempeñaba con honores. "Mis profes me iban a ver a la playa y se sorprendían al verme trabajando. Pero esto mismo me ayudó para seguir con estudios superiores", explicó.
estudiante
Esta atlética tabina postuló hace tres años a una beca para estudiar en la universidad, y gracias a su esfuerzo, logró adjudicársela y hoy cursa el sexto semestre de Radiología en el Duoc de Valparaíso.
Por el mismo hecho de trabajar y estudiar dice que le hicieron un seguimiento y pudo optar por una beca de la Fundación Telefónica que le ha permitido costear los gastos de toda su carrera en la que sólo le falta un semestre para terminarla.
"Aprobando todos los ramos he mantenido esta beca y ahora sólo me falta un semestre que es de internado y espero tener la suerte de que sea en San Antonio", señaló.
Su vocación de salvar vidas seguirá compatibilizándola con su trabajo como radióloga, porque piensa desempeñarse en algún hospital: "son mejor remunerados que las clínicas", asegura.
"No creo que deje mi vocación de salvavidas. Espero poder seguir siempre en esto. Tal vez aportando a los que continúen. O los fines de semana, pero me gusta tanto que espero seguir siempre colaborando".
Ella viajaba todos los días a estudiar a Valparaíso y aunque sus clases y pruebas terminaban justo antes de comenzar la temporada estival, su trabajo de salvavidas podía desarrollarlo con libertad hasta el último día de febrero.
"Ahora termino mis clases el viernes 13 y el domingo 15 ya comienza la temporada, así es que ahí voy a estar nuevamente", agregó.
Baywatch
Baywatch
No es común tener mujeres salvavidas en las playas del litoral, por eso surge la curiosidad de saber cómo luciría esta baywatch de El Tabo.
"No tenemos vestimenta de mujeres, es sólo para hombres. A mí me pasan una polera, un short y un buzo, aunque yo igual uso unas lycras, porque el traje de baño se corre. No sirve", confiesa.
Y pese a la desbordante belleza de Teresa, hoy se encuentra soltera y sin compromisos.
- ¿Qué es lo más complicado al ser salvavidas?
- Cuando llegan los buses llenos de gente de Santiago, comienza el ajetreo. Y durante las tardes, cuando hay personas que se pasan de trago y se meten imprudentemente al mar.
- ¿Entonces los veraneantes de la zona no son los más complicados?
- Por lo general la gente de acá le tiene más respeto al mar y no cometen las imprudencias como los que vienen de Santiago. Los que no conocen el mar son los más atrevidos. Creen que es lo mismo nadar en el mar que en una piscina y por eso se confían.
Teresa es nacida y criada en El Tabo, estudió en el colegio municipal de la comuna y dentro de sus proyectos no contempla alejarse de su amada playa.
"Siempre estoy metiéndome al mar. Incluso en el invierno, me pongo traje de agua y ejercito. No puedo estar sin meterme al agua. No me imagino lejos de acá".
Como anécdota dentro de estos años que desempeña en esta labor recordó que hace tres años participó en el rodaje de una película nacional llamada "Salvavidas", donde aparecen todos sus colegas de El Tabo. "Fue muy entretenido", señaló.