Jacqueline Bornes Acuña llegó al Tribunal de Garantía de San Antonio para ser parte del público asistente al juicio oral que debía enfrentar su hijo de iniciales C.B.B., quien desde el 8 de agosto se encuentra recluido en un Centro de Internación Provisoria (CIP) en la comuna de Limache.

El joven fue acusado de protagonizar el pasado 4 de mayo en la caleta de San Pedro, en la comuna de Cartagena, un ataque contra un menor de 16 años de condición transexual llamada Catalina (causándole una herida punzante en el ojo con un cuchillo, perdiendo posteriormente la vista). Esto provocó la movilización del Movilh, que se hizo cargo de la defensa de la víctima a través de la abogada Rubi Cabrera.

Sin embargo, es la misma madre del acusado la que explica la relación existente entre su familia y Catalina, la que dista mucho de ser una mala relación.

"Ella es amiga de mis hijas, se junta con ellas, y hasta hace poco hasta iba aún para mi casa, ya que nosotros la queremos mucho. Cuando eran chicos los cuida a todos juntos en la casa, y por eso tenemos la convicción de que esto se trata solamente de una riña y un mal entendido", comenta Jacqueline Bornes.

La mujer dice que nunca han discriminado ni mucho menos a Catalina por ser transexual, ya que como afirma, "la criamos muchas veces como un hijo más, y nunca podríamos tener una mala palabra en su contra".

una larga jornada

La jornada ayer en los tribunales sanantoninos fue bastante extensa, ya que se tomaron diversas declaraciones de los testigos presentados por ambas partes.

Llamó la atención que entre los testigos presentados por la defensa del acusado, haya estado un primo de Catalina, lo que demuestra el verdadero lazo de amista existente entre ambas familias.

Jacqueline Bornes fue acompañado por algunas de sus hijas al tribunal, además de sobrinos.

Ella es madre de 11 hijos, y aclara que su hijo de iniciales C.B.B., siempre ha sido uno de sus retoños más tranquilos, dedicado al buceo, y que nunca le había dado un problema.

La mujer agrega que en el sector donde convive su familia junto a la de Catalina, nunca nadie la ha discriminado por su condición sexual.

"Yo me pongo en el lugar de ella, que perdió el ojo, que de repente cuando va a otros lados donde no la conocen ni le tienen la confianza que le tenemos acá, la molestan, y ella ha tenido que ir haciéndose fuerte frente a esto. Por eso es que hemos estado tranquilos, sabiendo que nunca le haríamos daño a una niña como la Catalina, que siempre ha sido querida por nosotros", afirma Jacqueline Bornes.