Una de las vocales de la mesa N° 19 de la Escuela Presidente Pedro Aguirre Cerda de Cartagena se quedó dormida y llegó después de las diez de la mañana.

En tanto, llegaban varias personas a votar, no podían dejarlas como vocales "porque eran puros adultos mayores y no podíamos dejarlos en esta jornada tan larga", dijo una de las integrantes de la mesa.

Dos jóvenes cartageninas concurrieron cerca de las 9 de la mañana para cumplir con su obligación, pero sólo les faltaba uno más para comenzar la jornada electoral.

"El tiempo seguía pasando y no venía nadie que pudiera quedarse. En un momento hubo una voluntaria, pero su marido se enojó con ella y no la dejó quedarse", comentó una de las vocales que no quiso dar su nombre.

"Yo había ya votado en la mesa ocho y me iba a mi casa, pero me pidieron que me quedara y me gustó la idea", dijo Fernanda Ávila, de 63 años que se quedó voluntariamente a cumplir su deber cívico en este local de votaciones.

Fernanda que vive en San Sebastián, le pidió a su hija que le llevara almuerzo, porque tenía que quedarse.

Cuando eran las 10:10 de la mañana se pudo constituir recién esta mesa.

Una vez que ya comenzaban a trabajar, apareció la cuarta vocal, que por haber acudido a la mesa antes de las 11 am pudo integrarse y no quedar como ausente.

Dayenú Aranda de 26 años fue designada vocal de la mesa 19, pero se quedó dormida luego de haber tenido una pesada carga de trabajo el día anterior. "Me estaba cambiando de casa desde Quilpué, por eso estaba demasiado agotada y me acosté muy tarde, pero no pensaba faltar", dijo.

Atrasada