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Los mariscales, ceviches y empanadas se acabaron rápido en San Antonio

El clásico del uno de enero otra vez se reeditó en nuestra ciudad. Cientos de personas llegaron al mercado para componer el cuerpo.
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"¡Ya chiquillos!, pasen por aquí para llevar el mariscal pa" componer la cañaaaa", grita un vendedor promocionando sus preparaciones marinas en la mañana de ayer en el mercado de San Antonio.

"Póngale marisco, póngale marisco, mire que se van a acabar lueguito", dice otro.

"Oiga, compre ceviches en lugares establecidos pa" que después no tenga sorpresas, oiga", se escucha por allá.

Lo cierto es que en la mañana de ayer cientos de sanantoninos y turistas repletaron el sector del Mercado de Mariscos Esfuerzo y Trabajo y la caleta Pacheco Altamirano, con la sola misión de disfrutar de un fresco mariscal para componer el cuerpo después de tanta juerga, copete y comida en la noche de Año Nuevo.

Unos andaban con las gafas oscuras amarradas a la cabeza, otros con cualquier sed y otros con una cara que denotaba una celebración bien larga y regada.

Mientras El Líder recorría el tradicional sector sanantonino se podía apreciar a algunos que todavía lucían esas especies de pelucas multicolores de cotillón.

El uno de enero es el único día del año donde alguien se puede andar paseando por la calle con unos pelos parados de todos colores y unas gafas colorinches con estrellas y a nadie le importa.

Es la magia del Año Nuevo, es la alegría de recibir otra etapa en nuestras vidas.

Mariscal y empanadas

Con un cuchillo de una hoja de 30 centímetros y una malla de limones recién partidos, Jorge Palacios y Elizabeth Sánchez se afanaban abriendo unas almejas recién compradas en un local del mercado.

Estrujaban los limones y de ahí directo a la boca.

"Siempre venimos después de Año Nuevo para acá", dice Jorge.

"Ya es una especie de tradición disfrutar del mar y recuperarse del mambo de anoche", señala.

-¿Y cómo estuvo la fiesta?

-Uhhh, cualquier mambo loco, cualquier chela.

Elizabeth a un costado lo corrobora con una risita cómplice. "Ahora con estas almejitas componemos el cuerpo y después a la playa a pasar toda la tarde", comenta con el brillo en los ojos a la espera de una jornada para recordar.

En uno de los locales del Mercado Esfuerzo y Trabajo hay una larga fila para comprar empanadas fritas.

Al menos 20 personas aguardan pacientemente a que la fila avance y así comprar las preparaciones con una masa crocante y con un pino de mariscos -que según dicen- revive hasta las momias chinchorro.

Inelia Tapia está afanada haciendo unas de queso camarón. "Bueno, ha estado bien bueno. Es que la gente sabe que aquí hacemos ricas empanadas y nos prefiere".

-¿Cuáles son las que tienen mejor salida?

-Las de marisco y las de camarón queso.

-¿Por qué?

-Porque tienen harto queso y harto camarón poh. Eso es lo que le gusta a la gente.

-¿Los clientes llegaron temprano?

-Sí, los jóvenes ya estaban antes de las 9 de la mañana por aquí.

-¿Se vinieron directo del carrete parece?

-Sí, derechito pa"cá...

Muy cerca Jacqueline Bobadilla, del local La Pepita, pesaba unos mariscos para sus clientes.

"Mire, el 31 de diciembre estuvo mejor que el uno. Es que parece que la gente se aperó previamente", cuenta.

-Pero igual la gente viene por estos productos para hacerse los cocimientos...

-Sí y están baratos. Lo mismo que la reineta que está a dos luquitas, pero ojo que se viene una buena noticia.

-¿Ya, y cuál sería?

-Que va a bajar de precio.

-¿Saaa, en serio?

-Sí poh, en las próximas semanas baja la reineta.

-¿Cómo tanta maravilla?

-Sí, en esta época siempre baja.

-Pero la baja será de verdad, no vaya a ser como las bencinas que caen dos pesos y después suben 30...

-Nooooo, cómo se le ocurre. Mire, yo creo que puede llegar a $1.500 el kilo.

-Esperemos ver para creer...

Buenos para el marisco

Desde la comuna de Peñaflor se vino derechito a San Antonio la tremenda familia Armijo Galaz.

Cerca de la caleta Pacheco Altamirano estaban afanados con mariscales y ceviches de reineta y mixtos (por si no lo sabía los mixtos llevan reineta y salmón).

Unos le ponían harto cilantro, otros le echaban su ajicito con limón, pero todos disfrutaban de verdad.

"Todos los años nos venimos a la playa, no ve que allá hacer cualquier calor", cuenta uno de los mayores que se identificó como Tato.

"Póngale Tato nomás, así me conocen todos", dice.

-¿Y los niños se sirven su mariscal también?

-Sí poh, si estos cabros chicos no son na regodeones. Le hacen chupete.

Para todos los gustos

Para todos los gustos

Ayer este tradicional sector sanantonino se llenó de color para recibir a los turistas y vecinos.

Había de todo. Merluza y sierra ahumada, cocadas, maní confitado, cabezas de pescado para tirárselas a los lobos y pelícanos que ayer se hicieron el pino. Terminaron pochitos.

Había hasta cocos pelados...

El muelle de pescadores -como siempre- recibió a otros parroquianos con caña en mano. De esos que esperaban capturar un pez para llegar a la casa con algo entre manos.

Aunque como siempre las reinetas y mariscos se lucieron.

"Oiga, llevo cualquier marisco para el medio cocimiento en la casa", dice un entonado comprador.

-¿Le va a quedar bueno?

-Shisss, va a quedar mortal. De chuparse los bigotes. El problema es que las patronas van a reclamar después, jajajaja.

Y se fue riendo con sus bolsas y amigotes de parranda rumbo a componer el cuerpo, la caña y a disfrutar de la linda tarde en el primer día del 2014 en este puerto llamado San Antonio.

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