Viaje al centro del mayor incendio forestal de los últimos 25 años en la zona
Cuesta imaginarse 15 mil hectáreas totalmente quemadas. Profesional de Conaf ha estado día a día junto a los brigadistas en el combate a las llamas.
Cuando Patricio Balladares, ingeniero geomensor de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), tenía pesadillas se imaginaba un incendio forestal avanzando descontrolado por los cerros.
Veía en sueños una nube negra de humo que devoraba todo a su paso. Árboles, pastos, arbustos, todo sucumbía.
Lamentablemente esta semana todos esos negros sueños se hicieron realidad con el gigantesco incendio que consumió 15 mil hectáreas en el límite entre las provincias de Melipilla y San Antonio.
Balladares fue convocado a participar en las labores de control de este siniestro coordinando el trabajo de los cientos de brigadistas que llegaron, herramienta en mano, a dejar su fuerza y sudor para controlar al fuego.
Ha sido un trabajo que no concluye, porque el fuego atizado por las condiciones ambientales de los últimos días, no se quiere dejar vencer así como así.
Junto con el aspecto ambiental (altas temperaturas y fuerte viento) hay que considerar lo agreste de la zona donde los efectivos trabajaron.
Por eso se valoró la unión para apoyarse en este esfuerzo. Codo a codo se arriesgaron funcionarios de Conaf, Ejército y Bomberos venidos de diversos lugares del país.Todo para darle a la naturaleza una segunda oportunidad.
Y hay que estar siempre atentos. Ya lo dijo el director de Conaf en la Región Metropolitana, Jorge Marín, respecto de los incendios forestales que afectan a la provincia de Melipilla, pues en la institución esperan que el fuego en el sector Chorombo Alto decline con el paso de las horas, pero igual se teme que, por el contrario, el viento pueda reactivarlo.
Detalló que son diez las brigadas que trabajaron en el sector para controlar el fuego. "Nos complican las condiciones climáticas. Esperamos que no salga viento en la tarde, porque teníamos muchos sectores bastante calmos pero cuando salió el viento nuevamente rebrotó el incendio. Nos complica el viento que sale a las cinco o seis de la tarde", explicó Marín.
gigantesco
No se tiene registros de un incendio forestal de estas magnitudes en la zona.
De hecho Patricio Balladares, jefe del programa de incendios forestales de Conaf, recordó que en algún momento uno de sus colegas más antiguos le comentó que en los años 80 en el sector de Leyda se originó un incendio que arrasó con 12 mil hectáreas en dos semanas.
"Para que te hagas una idea en el incendio de las Torres del Paine se consumieron 12 mil hectáreas también. En este último incendio se han quemado 14 mil 950 hectáreas en sólo 5 días. Eso da una idea de lo violento que ha sido", contó Balladares desde la humilde escuelita rural de Chorombo, en la comuna de María Pinto en Melipilla.
Allí las salas de clases en vez de recibir niños estudiantes, alberga por estos días a profesionales de Conaf, del Ejército, Bomberos y todos los integrantes del aparataje que se ha dispuesto para enfrentar las llamas.
Afuera del recinto, Balladares puede apreciar vehículos de todo tipo, maquinaria pesada, herramientas varias, incluso un helicóptero.
-¿Te imaginabas un incendio como este?
-Ciertamente no. De hecho cuando se activó la alarma por este siniestro yo me encontraba en Olmué en mi día libre. Se comunicaron conmigo, me informaron, tomé mi equipo y me vine rápidamente a la zona de la emergencia. Cuando llegué vi de inmediato que las condiciones eran realmente difíciles.
-¿El viento y el calor?
-Efectivamente. Mucho viento, alta temperatura que alcanzaba fácil los 38 grados Celsius y además una geografía con una serie de quebradas que hacía muy difícil el trabajo. El fuego era muy fuerte, las pérdidas son tremendas. No te digo sólo de árboles y pastizales, sino también de la vida silvestre y de animales domésticos. Hace poco me encontré con un ternero totalmente calcinado. Aunque uno sabe que estas muertes pueden suceder, no dejan de golpear. Y junto con este incendio en Melipilla hay que destacar que la situación se complicó porque se dieron varios otros en forma simultánea, en el fundo Miramar, dos en Cuncumén, en Cartagena, etc.
-En una entrevista a finales del año pasado Diario El Líder comentabas la necesidad de prevenir los incendios. ¿Este incendio echa por tierra todo lo que se ha hecho?
-Bueno, cuesta asumir que estas cosas sucedan. Conaf ha hecho una campaña amplia para llamar a la comunidad a evitar acciones de riesgo que produzcan estos incendios y hay que seguir en ello.
-Mira, hay un estudio de personal especializado, incluso de la policía, que hay que esperar. Se deben tomar las medidas pertinentes.
Balladares responde el llamado de Diario El Líder a eso de las 23 horas. Se encontraba elaborando el informe del incendio de esa jornada.
Quizás era el único momento del día en que hacía un alto. De pronto se excusa por comer una galleta. "Es que no he comido nada desde el almuerzo. No he parado en todo el día", cuenta.
Hace un alto y se escucha que se despide de alguien. "Era la gobernadora de Melipilla Adelaida Mendoza. Recién se va a esta hora de aquí y eso que llega todos los días como a las 8 de la mañana. Eso habla del esfuerzo por enfrentar esta situación".
el más grande
Con su experiencia este profesional señala que es el incendio forestal más grande que le ha tocado enfrentar.
"Uno en San Antonio está acostumbrado a cosas más pequeñas, pero aquí se juntaron la extensión y la fuerza de las llamas. Si era realmente impresionante", relata.
-¿Sentiste miedo?
-Bueno, uno está preparado para estas situaciones, pero es inevitable estar siempre atento. Uno piensa en la familia, en mi señora Susana y en mi hijo Jaime, en mis padres cuando ve toda esta destrucción. Por momentos uno veía una nube negra gigante que avanzaba sin control hacia los distintos puntos cardinales. Las jornadas se trabajo al principio se prolongaron hasta las 3 y media de la mañana. Después a las 8 había que estar de vuelta en la línea de fuego. Y no sólo yo tengo la camiseta bien puesta de Conaf, sino todos los brigadistas y todos quienes participan en estos trabajos.
-¿Se da esa comunión entre los distintos trabajadores?
-Sí y es muy lindo. Mira, aquí en la escuela de Chorombo por ejemplo, hay brigadistas que llegaron desde Aysén, otros de la Cuarta Región. Son como 450 personas . Hay unos jóvenes y otros de más edad. Todos nos reunimos al desayuno y al almuerzo. Comentamos lo acontecido en el día y notamos que todos hablamos en la misma sintonía.
-En lo personal y en el pleno profesional también es un desafío...
-Efectivamente porque uno está preparado para estas situaciones. Además hay una serie de recursos dispuestos para que trabajemos. Hay maquinaria pesada, llegarán más bulldozers y unos skidders a reforzar estas labores. Por ejemplo, puedo solicitar un vuelo en helicóptero cuando sea necesario para evaluar la situación desde el aire. Entonces, es una gran responsabilidad organizar todo para que los recursos sean empleados de la manera más eficiente. En esos vuelos nos acercamos al incendio y las turbulencias eran muy fuertes.
-¿Es arriesgar la vida muchas veces?
-Creo que aquí todos están comprometidos a arriesgar la vida por la naturaleza. Reitero es arriesgar la vida por otras vidas.
-¿Eso te deja conforme?
-Más que conforme, es la satisfacción de proteger la vida, no sólo de los animales, sino también de las personas.