Asesino de guardia del 9 Milímetros contó cómo fue el horrendo crimen
En el juicio oral, Javier Hernández dijo que el vigilante le había quebrado un diente tras golpearlo.
A dos años del asesinato de Hernán Patricio Alfaro Plaza (35), ayer el único acusado por el homicidio contó su versión sobre los hechos ocurridos la madrugada del 16 de diciembre, cuando disparó contra el guardia de seguridad del pub "9 Milímetros".
En el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal, Javier Adolfo Hernández Retamales declaró y confesó que fue él quien disparó contra el guardia con un revólver 38 milímetros.
"Le mostré el arma para intimidarlo y se lanzó (el guardia) encima mío. Forcejeamos y se me salió el disparo con los nervios, porque me sujetó el arma. (Tras el disparo) Él cayó hacia atrás. Yo pensé que no era verdad que le había pegado (un balazo) y traté de que no se levantara para que no me pegara. (Para eso) lo intimidé mostrándole el arma", expresó frente a la terna de jueces y ante el fiscal Sergio Espinoza.
Cuando Hernán Alfaro quedó tendido en el piso desangrándose producto del balazo en el corazón, su agresor se fugó del lugar.
"Cuando vi que era verdad que le pegué (un balazo) me asusté y arranqué. (...). Lo único que hice fue correr y correr y así llegué a mi casa (en Llolleo alto)", relató Javier.
Luego de ello el hombre huyó hacia Melipilla y de ahí a varios lugares, hasta que medio año después fue atrapado en Quintero por Carabineros en un control de identidad. "El día que me hicieron el control yo me iba a ir a entregar", aseguró.
El hombre confesó expresamente que fue él quien percutió el arma: "Yo le disparé, pero no quería disparar ni asesinarlo, no tenía en mi mente algo así", relató ante los familiares del guardia de seguridad, quienes lloraron ayer en la primera jornada del Juicio Oral.
Los hechos previos al momento en que Javier le disparó a quemarropa a Hernán Alfaro ocurren afuera del pub "9 Milímetros" y desde que sucedió el crimen en diciembre de 2011 se dijo que fue porque el guardia le impidió al homicida ingresar al local por estar en estado de ebriedad.
¿Por qué lo hizo?
El origen del disparo fue detallado por Javier Hernández, quien explicó que le disparó al guardia tras una riña que protagonizaron.
Esa misma noche Hernández quiso ingresar al pub y efectivamente Alfaro se lo impidió. Según relató el acusado, el guardia se ofuscó con él y lo golpeó con combos y patadas afuera del local de Barros Luco.
"Después de los golpes yo estaba enojado y con adrenalina y me fui a mi casa. Ahí me di cuenta que me faltaba la mitad de un diente (por la golpiza) y regresé para hablar con el dueño para que respondieran por el diente (...). Le dije al guardia que llamara a su dueño (del local) para hablar con él y no me tomó en cuenta y le mostré el arma hacia abajo", explicó.
Además el hombre argumentó que llegó armando hasta el local para evitar ser golpeado nuevamente.
En el juicio se mostraron imágenes de cuando Javier fue golpeado por el guardia de seguridad, pero no de cuando le disparó para matarlo.
El fiscal que lleva el caso, Sergio Espinoza, explicó que el Ministerio Público busca comprobar que el hecho se trató de un homicidio calificado y por ello persigue que el tribunal dicte una condena de cadena perpetua para Javier Hernández Retamales.
Perpetua