Paola Barahona (34) dice que no tiene palabras para describir todo lo que ha sentido a partir del 16 de diciembre de 2011. La madrugada de ese día su esposo, Hernán Patricio Alfaro Plaza (35), fue asesinado de un balazo en el tórax mientras se desempeñaba como guardia del conocido pub 9 Milímetros de Barrancas.

Su sufrimiento ha aumentado en los últimos días. Ayer, en la tercera jornada del juicio oral, nuevamente le tuvo que ver la cara a Javier Adolfo Hernández Retamales, el autor confeso del crimen.

"Sólo espero que se haga justicia y que le den la pena más alta que se pueda, porque una persona como esta no puede andar libre por la calle. Es un peligro público porque no respeta nada. Ojalá reciba la cadena perpetua que está solicitando la Fiscalía", indicó la viuda al término de la jornada de ayer.

Paola Barahona desmintió la versión entregada por el acusado en el juicio oral al asegurar que "nunca hubo un forcejeo entre mi marido y el asesino. El llegó y le disparó sin que mi esposo tuviera la oportunidad de defenderse". Agregó que tampoco fue su esposo el guardia que habría empujado al homicida cuando se le negó la entrada al local, unos 45 minutos antes de que volviera con el revólver 38 milímetros.

homicidio calificado

Esta versión fue confirmada por Katalina Gudenschwager, abogada del Centro de Apoyo a Víctimas de la Subsecretaría de Prevención del Delito que se hizo parte del caso.

"Todos los peritajes han demostrado que no hubo un forcejeo. En el video (correspondiente a una cámara de seguridad del pub) se observa claramente que el acusado aparece por el lado de la víctima y percuta su revólver con la clara intención de matarlo. Más encima, cuando la víctima se encuentra en el suelo, vuelve a percutir otra dos veces su arma apuntando a la cabeza, sin que salieran las balas", reveló la abogada.

Katalina Gudenschwager dijo que el guardia apenas tuvo tiempo para apoyar su mano en el revólver. "Fue un disparo a quemarropa", afirmó, al tiempo que señaló que el caso reúne todas las características de un homicidio calificado.

El fiscal Sergio Espinosa, a cargo del caso, argumentó que "creemos que se configura el homicidio calificado porque el acusado, al momento de negársele la entrada al pub, amenaza a los guardias y les señala que volverá con un revólver a matarlos. La amenaza la concreta 45 minutos después cuando dispara contra la víctima. El sabía que el arma estaba cargada porque minutos antes de llegar al local se le escapó un tiro en las cercanías de la bomba Copec (frente al pub)", detalló.

El fiscal Espinosa sostuvo que el médico legista declaró en el juicio que desde el punto de vista médico no había forma de salvar la vida de Hernán Alfaro, fundamentalmente por el lugar donde recibió el disparo y por el daño interno que éste le provocó.

Paola Barahona sufre pensando en el impacto que el homicidio generó en toda su familia. "Mis hijas (de 16 y 4 años) se quedaron sin su padre y yo, sin mi matrimonio que pensé que sería para toda la vida".

La madre del guardia asesinado, de 62 años y quien solicitó reserva de su identidad, también pidió a la justicia cadena perpetua para el hombre que le arrebató la vida a su hijo.

"Este sujeto no merece el perdón de Dios. Nos ha hecho un daño muy grande. Yo recién me estoy dando cuenta, después de dos años, que mi hijo no va a volver. Ahora estoy asumiendo todo lo que pasó. Hasta hace poco tenía la esperanza de que volviera", relató antes de estallar en un amargo llanto.

"Este sujeto no tomó en cuenta que mi hijo estaba trabajando y no parrandeando. Cómo le explica usted a su hija menor que el papá no va a volver a la casa, cuando ella lo espera todos los días pensando que le traerá dulces y juguetes. Por eso le digo que merece la pena más alta y ningún tipo de beneficios", agregó la madre de la víctima.

De acuerdo a fuentes del caso, el juicio oral debería finalizar a más tardar el jueves de esta semana.