De naranjo y con bengalas le dijeron "adiós amigo Pinto"
El funeral del jugador de Juan Aspeé, Daniel Pinto, fue multitudinario y en la cancha.
El tradicional luto negro no se vio en el funeral de Daniel Antonio Pinto Ortiz (36). El color naranjo lo inundó todo en el cortejo fúnebre del jugador de Juan Aspeé.
El "Pinto" fue despedido la tarde de ayer entre aplausos y como si se tratara de su último partido. Hubo bengalas, cánticos futboleros y una última visita a la cancha de la "Naranja mecánica"
La ceremonia partió en la parroquia San Francisco de Asís, en La Campiña, donde uno de los tres hijos de Daniel, Diego, colocó un balón de fútbol sobre el féretro, el cual estaba escrito con diversas dedicatorias como "te llevaremos para siempre en nuestros corazones". Además, la calle Ginebra, donde vivía Daniel Pinto, estaba adornada con globos negros y anaranjados.
Tras la misa, los hinchas de Juan Aspeé llevaron a pulso el cuerpo de Daniel hasta la cancha del club donde prendieron las bengalas y donde se oyeron algunos disparos de escopeta.
"Era un hombre muy querido en el barrio. Siempre era amable con todos. Lo vamos a extrañar mucho", expresó Marisol, una vecina de La Campiña.
Al funeral asistieron cientos de personas, tanto vecinos del sector, como miembros de Juan Aspeé y de "Los Jugosos", grupo de colocolinos al cual Pinto también pertenecía.
Como sus amigos quisieron despedirlo en grande, luego de llevarlo al recinto de Juan Aspeé dirigieron su cuerpo en una caravana hacia el centro de San Antonio y luego regresaron a Llolleo.
En el cementerio Parque del Sendero se realizó su funeral.
Daniel Pinto se quitó la vida la mañana del lunes de esta semana en su casa de calle Ginebra tras sufrir una profunda depresión.
A Pinto lo lloran su viuda Carolina y sus hijos Diego, Mario y Daniel.