Las imágenes que nos dejó el terremoto del 27-F en San Antonio
A cuatro años del sismo que remeció gran parte de la zona central del país. El recuerdo sigue vivo.
Cuando el reportero gráfico de Diario El Líder, Sócrates Orellana, llegó el 27 de febrero del 2010 al sector de los Ojos de Mar de Llolleo, el panorama era desolador.
Las antiguas cabañas del sector sur habían sido arrasadas por una gran ola. Las personas huían del lugar buscando un sitio seguro y se rumoreaba que se habían muero varias persona
Fueron los instantes posteriores al terremoto que remeció fuertemente al Litoral Central y que en San Antonio dejó un saldo de 8 muertos, tras el movimiento de 8 puntos en la escala de Mercalli, a las 3.34 de la mañana.
6 personas fallecieron en el sector de los Ojos de Mar y 2 en el centro de la ciudad, una por el repentino susto y el otro, por aplastamiento tras derrumbarse su casa.
El sismo es considerado como el segundo más fuerte en la historia del país y uno de los cinco más fuertes registrados por la humanidad, sólo superado por el de Valdivia en 1960.
En el puerto de San Antonio y en Llolleo, el impacto del tsunami generó graves daños en la infraestructura portuaria y las viviendas cercanas a la costa, además el grupo de bloques de Villa del Mar debió ser demolido para dar paso a un nuevo emplazamiento con edificios de mejor construcción y más seguridad.
Consecuencias
El puerto sanantonino fue cerrado para todo tipo de embarcaciones, según lo informó en aquella oportunidad el gobernador marítimo de la comuna, capitán de navío, Otto Mrugalski. Al momento de registrarse el terremoto, la autoridad marítima ordenó que los buques que se encontraban en faenas de embarque y desembarque de cargas salieran a la gira
El espigón presentaba un hundimiento y los sitios 1,2,3 y 5 registraban desniveles en la superficie. A esto se sumó, la pérdida de una grúa en Panul.
Donde sí las cosas se salieron de control fue en la cárcel de San Antonio.
Aquel 27 de febrero, los hechos comenzaron pasadas las 18 horas cuando los reclusos empezaron a exigir que fueran trasladados al patio del penal, ante el temor que les producían las réplicas del sismo.
En medio de la batahola generada por familiares de los internos que llegaron a las cercanías de la cárcel, hizo su ingreso efectivos del grupo antimotines de Gendarmería. El motín generó un masivo operativo policial que incluyó la presencia de más de 50 agentes de la PDI y Carabineros de San Antonio.
Los primeros rayos del sol dejaron a la luz la magnitud de la catástrofe que una vez más azotó a la ciudad. La tierra descargó con toda su furia su fuerza, especialmente sobre las zonas donde se encontraban las construcciones más antiguas.
Inmuebles, cuya data de construcción se remonta a las primeras décadas del siglo XX fueron las más afectadas. El impacto destructivo del terremoto dejó al grupo de comerciantes de la Galería Pacífico con mucho temor y sin poder trabajar.
Fiesta fatal
La noche de aquella jornada fue trágica para los jóvenes que disfrutaban del carrete en la discoteque Gabbana. Una persona sufrió la amputación de sus manos tras sufrir un grave accidente al interior de al interior del local.
El sismo provocó el desprendimiento de muro, el cual se vino abajo sobre el joven. Él y otras diez personas quedaron heridos. Más tarde fueron llevados hasta el hospital Claudio Vicuña. El director del recinto, doctor Milton Egaña Darricarrere, confirmó que el total de heridos por efectos atribuibles al sismo llegó a un total de 48.
lLos residentes de las cabañas de los Ojos de Mar sufrieron en carne propia la violencia de la naturaleza.
Sólo horas después de la tragedia, Margarita González, una sobreviviente del tsunami contó su experiencia. Ella y su madre y su madre Margarita Figueroa de 94
años estaban en una de las cabañas del camping de Llolleo cuando ocurrió el gran terremoto.
Minutos después del movimiento telúrico salieron a la terraza
para buscar mayor seguridad. Ahí estaban, cuando a eso de las 5 de la mañana ambas fueron arrastradas por una gigantesca ola que arrasó no sólo con su vivienda, sino que también con las otras 250 cabañas ubicadas al costado sur de los Ojos de Mar de Llolleo.
"Fue lo más terrible que he vivido en mis 63 años. Rodábamos y nos dábamos vuelta como si estuviéramos dentro de una lavadora", relató todavía horrorizada por la espantosa experiencia.
En medio de la gigantesca ola, Margarita sólo atinó a rezar y a agarrar con todas sus fuerzas a su longeva madre. Tras algunos segundos de pesadilla ambas aparecieron en medio del ojo de mar, con el agua hasta el cuello. "Lo único que dije fue Dios mío perdona mis pecados. Sólo un milagro de Dios me tiene viva junto a mi madre", aseguró la mujer, quien sufrió pérdidas por sobre los 10 millones de pesos. De su casa y sus enseres no queda absolutamente nada.
Durante más de una hora ambas mujeres gritaron por auxilio. Recién a las 7 de la mañana sintieron el movimiento de los rescatistas de Carabineros y del Ejército que llegaron a la emergencia. "Pensé que íbamos a morir ahogadas, gracias a Dios aparecieron los botes con los rescatistas. A ellos les debemos la vida".
Margarita González recordó que la noche previa al sismo estuvo compartiendo un asado con una de las mujeres que murió ahogada en el mismo sector de la tragedia. "Fue espantoso, el marido de la señora intentaba tirarla hacia arriba para que pudiera respirar, pero finalmente la señora no pudo sobrevivir", indicó al borde de las lágrimas.
Margarita González resultó ilesa, mientras que su madre sufrió una zafadura en la muñeca de su mano derecha, que pasó a ser un detalle en medio del dantesco panorama.
Un testimonio de la tragedia