La seguidilla de temblores que ha afectado a la provincia durante estos últimos días tienen a la reconocida limpiadora de pescado, Carmen Vargas, con el alma en un hilo.

Ella teme que con cada remezón lo que queda del muro de contención de aguas lluvias que se vino abajo durante el terremoto del 27 de febrero de 2010 y que destruyó parte de su casa, se deslice y provoque una nueva tragedia.

El temor crece aún más cuando Carmen recuerda al pescador Luis Véliz Quiroz, de 43 años, que murió aplastado por dicho muro durante el terremoto de 2010, luego que el concreto cayera sobre la habitación en que Véliz vivía y que se encontraba ubicada en la parte trasera de la casa de Carmen, en calle Huallipén 290, en el cerro Arena.

"Cada vez que tiembla pienso que lo que queda de ese muro se va a venir abajo y todos vamos a morir aplastados, tal como ocurrió con el Lucho", reconoció Carmen, quien no aguanta la pena al recordar a su amigo.

El cuerpo sin vida del malogrado trabajador fue encontrado 38 horas después del terremoto bajo los grandes bloques de concreto que cayeron sobre su cama.

Carmen aseguró que a raíz de la seguidilla de temblores que ha afectado a la provincia, el muro ha ido cediendo.

"Lo peor es que está afirmado sólo de un pilar. Además los cimientos de la casa de mi vecino, que es de dos pisos, también están cediendo y en cualquier momento se vienen encima de mi casa", dijo muy preocupada.

"Para el terremoto gran parte de mi casa quedó destruida. Un pilar se metió por mi baño y echó abajo el muro de mi casa. Lo mismo pasó con el lavadero", contó.

ayuda

Carmen aseguró que desde que el muro se cayó, (eso hace más de cuatro años), personal municipal ha ido en varias ocasiones a tomar medidas y ver su situación, pero hasta ahora, según ella, no ha recibido ayuda y eso la tiene muy mal.

Incluso ayer cuando intentaba conseguir una audiencia con el alcalde Omar Vera, ella sufrió una fuerte caída.

"Estoy cansada de pedir ayuda y que nadie me escuche. Muchas personas han venido hasta mi casa, pero hasta ahora no ha pasado nada. El solo pensar que ese muro se va a venir abajo justo cuando esté mi hija con mi nieta me pone muy mal. Ando histérica y ya ni duermo pensando en qué va a pasar con nosotros en caso de que venga un temblor más fuerte".

"Mi pareja está muy enferma del corazón y eso también me tiene muy mal porque a veces pienso que un temblor lo va a pillar en el baño y va a morir aplastado".

"Lo único que le pido a Dios es que este muro no siga cediendo porque vamos a tener que lamentar una nueva tragedia en mi casa".

El pescador Matías Morales vive de allegado en la casa de Carmen. Asegura que han intentado solucionar el problema, pero que no hay mucho que hacer.

"He tratado de limpiar los escombros, pero me da miedo mover alguna cosa porque se puede venir todo abajo", aseguró Morales.

"Con algunas latas he tratado de sujetar la arena, pero no hay caso. Imagínese que el colchón donde estaba sentado el Lucho todavía está debajo del muro. Todo está tal cual lo dejó el terremoto".